Heinrich Harrer
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Heinrich Harrer (6 de julio de 1912 – 7 de enero de 2006) fue un montañero austriaco, deportista, geógrafo y escritor.
Harrer nació en Hüttenberg, Carintia. Desde 1933 hasta 1938 estudió geografía y practicó el deporte en la Universidad Kart Franzen de la ciudad de Graz. Allí se convirtió en miembro de la tradicional agrupación estudiantil ATV Graz.
Compitió en los Juegos Olímpicos de invierno de Berlín en Garmisch-Partenkirchen en la competición de esquí alpino combinado. Pese a lo que en alguna ocasión afirmó, no ganó nunca una medalla olímpica.
Harrer realizó la primera ascensión de la cara norte del Eiger en Suiza con Anderl Heckmair, Fritz Kasparek y Ludwig Vörg el 24 de Julio de 1938. Esta escalada se cuenta en el libro La Araña Blanca.
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[editar] Siete años en el Tíbet
Durante una expedición para escalar el Nanga Parbat (un monte en el que desde los primeros intentos en 1935, un total de once escaladores alemanes perdieron la vida intentado llegar a la cumbre. Nadie lo logró hasta 1953) en la India británica, situada en el actual Pakistán, estalló la Segunda Guerra Mundial en 1939 y Harrer fue capturado por las autoridades coloniales británicas como si se tratara de un enemigo y fue internado. Harrer tenía entonces 27 años. En 1944, tras cuatro años y medio de reclusión, Harrer y su compañero austriaco, Peter Aufschnaiter, lograron escapar del campamento británico, situado a las afueras de la localidad de Dehra Dun, al norte de la India. Durante los siguientes veintiún meses permanecieron ocultos en aldeas remotas, aprendieron el tibetano cerrado del interior, y realizaron la hazaña de recorrer 2.500 kilómetros hasta llegar a la ciudad prohibida de Lhasa. Allí Harrer se hizo amigo del joven Dalai Lama, descubrió el esplendor del budismo tibetano, y asistió al comienzo del comunismo de China. En 1949 ya era el maestro particular del líder espiritual y temporal de los tibetanos.
Documentó sus experiencias en aquel lugar en su libro Siete Años en el Tibet que fue publicado en 1953 y traducido a 48 idiomas. El relato de Harrer, las tribulaciones de un par de despreocupados jóvenes escaladores atrapados por la fragua de la historia, ha seducido a millones de lectores. La película de 1997 del director Jean-Jacques Annaud que lleva el primero de estos títulos está basada en sus escritos.
[editar] El regreso y las nuevas exploraciones
En 1952 volvió a Europa y más tarde tomó parte en numerosas expediciones etnográficas y otras relacionadas con el montañismo:
Harrer plasmó los primeros ascensos del Monte Débora y del Monte Hunter en Alaska en 1954. En 1962 fue el líder del equipo de cuatro escaladores que realizaron el primer ascenso de la Pirámide Carstensz (Puncak Jayadikesuma) en Nueva Guinea occidental, la cima más alta de Oceanía.
De acuerdo con harrerporfolio.com “Harrer recibió numerosos honores, incluyendo la Medalla Humboldt de Oro y la Medalla del Club de Exploradores por sus distintas expediciones y exploraciones. Ha escrito alrededor de veinte libros y ha recibido atención por parte de cuarenta producciones cinematográficas. Su obra recoge cinco décadas de exploración por los seis continentes.”
[editar] Un turbio pasado nazi
Figura venerada en Austria, se le considera también un apóstol de la causa del Tíbet. De aquí que causara una gran conmoción el artículo de la revista alemana Stern, en el que se afirmaba que Harrer había sido nazi desde 1933, miembro de las temidas SA, y más tarde de las SS. Al principio Harrer lo negó todo furiosamente. Pero cuando le presentaron pruebas irrefutables, aceptó parcialmente las acusaciones. Y luego desapareció. El periodista austriaco Gerald Lehner encontró un expediente de Harrer, de ochenta folios, en los Archivos Nacionales de Estados Unidos, en Washington. Los documentos no relacionan a Harrer con ningún crimen de guerra, pero plantean algunas cuestiones muy inquietantes. El Partido Nazi fue declarado ilegal en Austria en 1933, cinco años antes de que Hitler se anexionara el país en el ya famoso Anschluss. Si Harrer pertenecía a las SA desde 1933, es muy posible que conspirara contra su propio país.
Tiempo después surgieron nuevas pruebas de que la presencia de Harrer en el Tíbet se debía a una terrible y desconocida campaña nazi. De acuerdo con la estrategia trazada por Heinrich Himmler, el "arquitecto del genocidio" de Hitler. Himmler había enviado a Lhasa un equipo de reconocimiento varios años antes. "Además, al menos uno de los hombres de esa primera expedición, un nazi especialmente cruel que más tarde asesinó y mutiló a varios prisioneros de Auschwitz" (los subjetivismos no sirven, pruebas), había permanecido varios meses en Lhasa y se había hecho amigo del mismo tibetano que ayudó a Harrer y a Aufschnaiter a entrar en la ciudad prohibida.
El artículo de Stern armó gran revuelo en Alemania y en Austria. El principal argumento de su defensa era que había tenido que ingresar en las SS como condición para formar parte de las expediciones. Lo cierto es que en el festival de Breslatt, Himmler en persona había invitado a Harrer a participar en 1939 en la expedición de reconocimiento del Nanga Parbat. "Estaba dispuesto a ingresar en cualquier organización con tal de poder practicar el alpinismo", afirmó Harrer . "En aquel entonces no existía el menor indicio de que los nazis llegarían a ser la mayor organización criminal de todos los tiempos. No obstante, creo que lo sucedido con las SS fue uno de los errores de mi vida, quizá el mayor".
Independientemente del tipo de nazi que haya sido Harrer en 1939, lo cierto es que el Tíbet transformó al explorador. Sus 53 años como trotamundos dan cuenta de una gran labor humanitaria; Harrer no sólo ha salido en defensa de la soberanía del Tibet, sino también de la dignidad de los pueblos del Tercer Mundo.
[editar] Bibliografía
- Siete Años en el Tíbet, 1953.
- La Lhasa Perdida
- La Araña Blanca: la historia de la cara norte del Eiger, 1959 (revisada en 1965 y 1979)
- Dioses Ladakh y Mortales tras el Himalaya
- Reencuentro con el Tíbet
- Cuando Pienso en Bhutan, 2005
- Vine de la Edad de Piedra, 1965 (La historia de sus ascenso a la Pirámide de Carstensz en Nueva Guinea en 1962)