Monarquía electiva
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La monarquía electiva es una forma de gobierno monárquica en la cual el monarca es elegido por votación a través de algún mecanismo. A diferencia de la democracia, los electores y los candidatos pertenecen a algún cuerpo restringido, por el cargo ocupado, la pertenencia a un estamento (nacimiento), o algún tipo de condición personal o social.
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[editar] Antigua Grecia
A lo largo de la historia ciertos pueblos han elegido esta como una forma de gobierno como una modificación entre la monarquía, la república y el despotismo. Un ejemplo de ello son los espartanos que por voto elegían anualmente a sus dos reyes.
[editar] Antigua Roma
La monarquía romana fue en principio electiva. A partir del quinto rey, la elección de los últimos se hizo siempre entre miembros de la misma familia, aunque no por descendencia directa de primogénito varón, que es lo que suele entenderse como monarquía hereditaria.
[editar] Pueblos germánicos
Los pueblos germánicos en el momento de invadir el Imperio Romano (siglo III al siglo V) disponían de una institución equivalente a la monarquía temporal electiva para tiempos de guerra, elegida por la asamblea de guerreros. Con el tiempo la institución se convirtió en una monarquía vitalicia. Siguió siendo electiva, aunque la esencia de la elección se fue desvirtuando por la práctica de la asociación al trono. Esta consistía en que el rey asociaba al reinado a una persona -normalmente, pero no necesariamente el hijo mayor- en sus últimos años, de un modo similar a lo que habían hecho los emperadores romanos. Incluso, para garantizar la elección del candidato deseado convocaba en vida a la asamblea -para entonces no compuesta por todos los hombres libres, sino sólo por los potentados más importantes, equiparados a la nobilitas (nobleza) romana del Bajo Imperio, con la que ya se habían fusionado mediante enlaces matrimoniales las familias germanas más importantes-. La transición a una monarquía hereditaria se hizo así de forma insensible. Lo siguiente fue la aplicación a la sucesión monárquica de las leyes o tradiciones de las tribus germánicas en cuestiones de herencia, especialmente las de los francos salios, que se dio en llamar ley sálica (que impedía la herencia a las mujeres). Tal cosa no tenía sentido en el origen, en que había que optar entre guerreros destacados por su valor probado en el combate.[1]
[editar] Francia y Alemania
La monarquía merovingia fue la que más eficazmente completó el proceso, aunque la discusión de su derecho pudo ser emprendida eficazmente por Carlos Martel, un alto dignatario de la corte que gobernaba en la práctica y que sostuvo, con apoyo del Papa, su mejor derecho al trono mediante la legitimidad de ejercicio]], probada en la defensa del reino franco con su triunfo frente a los musulmanes en la batalla de Poitiers. Los carolingios consiguieron hilar una dinastía en el siglo IX, pero el Sacro Imperio permaneció como una institución electiva, en que se fueron sucediendo diversas dinastías a lo largo de la Edad Media y la Edad Moderna (Otónidas, Hohenstaufen, Habsburgo), sin que fuera descartable la irrupción de la candidatura un candidato externo (Alfonso X el Sabio, Francisco I de Francia, que no obstante no consiguieron la elección). En Francia, los capetos consiguieron mantener la sucesión masculina ininterrumpida hasta la crisis que suscitó la Guerra de los Cien Años, en un momento en que los pretendientes a la corona no invocaban un mejor derecho por carisma o dotes personales, sino un mejor derecho dinástico.
[editar] España
La monarquía visigoda, que siguió una trayectoria idéntica, no tuvo ocasión de asentar el principio de monarquía hereditaria, y en los primeros siglos de la Reconquista, los reinos cristianos que se crearon en las montañas septentrionales de la Península Ibérica fueron construyendo sus propias instituciones, algunos más cercanos a las feudales que se estaban desarrollando en Francia, mientras que el reino de Asturias construyó con el tiempo una pretendida legitimidad visigoda. Los primero reyes de Asturias fueron electivos, pero ya para comienzos del siglo XI la institución se había asentado como hereditaria: Fue posible incluso el troceamiento y reparto de reinos como herencia entre los hijos de Sancho III el Mayor, que había unificado casi todos los territorios cristianos peninsulares (la adecuación o no del hecho al derecho navarro tradicional es cuestionada por los historiadores, pero efectivamente se produjo en la práctica). Más adelante fueron posible incluso la sucesión femenina (no se aplicaba la ley sálica) o las regencias por minoría de edad.
[editar] Polonia
En Polonia, tras la muerte del último Piast en 1370, los reyes polacos eran elegidos incialmente por un pequeño consejo; gradualmente este privilegio fue garantizado a todos los miembreos de la szlachta (nobleza polaca). Durante el periodo del Confederación polaco-lituana (1569-1795) los reyes eran elegidos por reuniones multitudinarias de nobles en un campo de Wola, en las cercanías de Varsovia. Ya que todo hijo de un noble polaco (no sólo el mayor) es noble a su vez, se estimaba que hasta 500,000 nobles podían teóricamente participar personalmente en las elecciones, lo que se convertía en el cuerpo electoral más amplio de la Europa de la época. Durante el tiempo de la elección, la función del rey se ejercía por un interrex (normalmente encarnado por el primado de Polonia). Este procedimiento se denominaba la wolna elekcja (libre elección).
[editar] Haití
El Imperio de Haití (1804-1806) fue electivo, o al menos su constitución (1805) preveía que la sucesión de Jean-Jacques Dessalines, único y efímero emperador, sería electiva, aunque el emperador tenía la potestad de designar candidato a la sucesión.
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[editar] Ciudad del Vaticano
El Estado de la Ciudad del Vaticano matiene ese sistema, mediante la elección del Papa en Cónclave, es decir: la reunión de los cardenales, que tienen el papel de príncipes electores. En un primer momento el Papa, como obispo de Roma, era elegido por el pueblo de Roma. Posteriormente se restringió el colegio electoral a los párrocos de las parroquias romanas (como ocurrió con los demás obispos de cada ciudad). Los cardenales, elegidos a su vez por el Papa, siguen siendo titulares de una parroquia en Roma.
[editar] Véase también
- Monarca
- Monarquía
- Monarquía feudal
- Monarquía autoritaria
- Monarquía absoluta
- Monarquía constitucional
- Monarquía parlamentaria
[editar] Referencias
- ↑ Perry Anderson Transiciones de la Antigüedad al Feudalismo, Madrid: Alianza
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