Racismo en España
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El racismo en España puede rastrearse, como para cualquier otra zona del mundo, desde cualquier época histórica, pues enfrentamientos de causa económica, social o política se han justificado muy eficazmente con el disfraz de la diferencia racial, encontrándose tanto ejemplos de racismo entendido como ideología como racismo en actitudes y comportamientos.
La imposible definición de la inexistente raza española (véase Etnografía de España) no lo ha impedido, si bien es cierto que lo que con más frecuencia se ha dado son los fenómenos ligados al racismo, como la xenofobia y el odio religioso.
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[editar] Moros y cristianos
El carácter nacional español, de existir, se ha buscado siempre (Américo Castro en polémica con Claudio Sánchez Albornoz) en ese enfrentamiento presente en el imaginario colectivo y hasta en las fiestas populares que llevan ese nombre tan poco políticamente correcto («Moros y cristianos»).
Los conflictos con aspectos de naturaleza racista más importantes de la Historia de España tienen una vinculación estrecha con las luchas religiosas de la Edad Media, aunque no se puede atribuir únicamente a la religión y tienen claras expresiones racistas. Para los reinos cristianos, son fundamentalmente la Reconquista y la Repoblación (que puede entenderse como una limpieza étnica). Simultáneamente, en Al-Andalus las divisiones sociales superponían a la escala de riqueza una concepción del origen familiar basada tanto en el origen étnico como en la religión: ponía en la cúspide a los de origen árabe, seguidos por los de Oriente Medio, los bereberes norteafricanos, los muladíes (musulmanes de origen hispanorromano) e incluso eslavos, en el extremo inferior quedaban los cristianos y judíos. El deseo de arabización incluía un ideal con componentes religiosos, lingüísticos, culturales e indudablemente raciales. Las clases dirigentes reivindicaban o incluso inventaban ancestros árabes. Durante las épocas críticas de intensificación del integrismo religioso, como ocurrió durante el dominio almorávide, se incrementó de tal modo la represión contra mozárabes y judíos, que se produjeron emigraciones masivas a los reinos cristianos del norte peninsular.
[editar] Los judíos
Desde finales de la Edad Media (asaltos a las juderías de 1391 y revuelta de Pedro Sarmiento en Toledo), se origina la cuestión denominada limpieza de sangre, que condujo a la expulsión de los judíos (1492) y la discriminación de los cristianos nuevos en todos los aspectos, incluida la represión del criptojudaísmo por la Inquisición. El mantenimiento del problema converso durante toda la Edad Moderna (reactivado con la incorporación de Portugal (1580) o con el proceso de Zapata y otros de comienzos del siglo XVIII) es uno de los ejemplos más claros de la función del racismo como ideología, vehículo de control social tanto hacia la minoría como hacia la mayoría de la población que aguanta mejor su pobreza gracias a la ficción del orgullo de ser cristiano viejo. Muchas veces se ha argumentado que el atraso en la evolución económica y social de España se debe a la sospecha que generaba cualquier actividad que proporcionara un lucro, en beneficio de la bendecida renta feudal de señoríos y monasterios.
El tratamiento de los moriscos (de origen islámico) fue diferente al de los marranos (de origen judío): aunque la rendición de Boabdil se hizo a condición de poder mantener su religión y costumbres, la presión religiosa hizo que los tratados se incumplieran y se obligara a su bautismo general (1501). Tras la rebelión de los moriscos de Granada (1569), comenzó la solución final, un proceso que comenzó con su deportación al interior de la península que finalmente acabó con su expulsión definitiva (1609).
[editar] Los gitanos
La llegada de los gitanos a la península ibérica en el siglo XV fue acompañada de una legislación represiva (desde la famosa ley de los Reyes Católicos) que puede ser considerada racista, pero que no pudo tener la eficacia que pretendía dada la permanencia de la comunidad gitana. La pretensión de los Reyes Católicos era forzar la alternativa entre la asimilación o la expulsión, del mismo modo que en el caso de los judíos.
Mandamos a los egipcianos que andan vagando por nuestros reinos y señoríos con sus mujeres e hijos, que del día que esta ley fuera notificada y pregonada en nuestra corte, y en las villas, lugares y ciudades que son cabeza de partido hasta sesenta días siguientes, cada uno de ellos viva por oficios conocidos, que mejor supieran aprovecharse, estando atada en lugares donde acordasen asentar o tomar vivienda de señores a quien sirvan, y los den lo hubiese menester y no anden más juntos vagando por nuestros reinos como lo facen, o dentro de otros sesenta días primeros siguientes, salgan de nuestros reinos y no vuelvan a ellos en manera alguna, so pena de que si en ellos fueren hallados o tomados sin oficios o sin señores juntos, pasados los dichos días, que den a cada uno cien azotes por la primera vez, y los destierren perpetuamente destos reinos; y por la segunda vez, que les corten las orejas, y estén sesenta días en las cadenas, y los tornen a desterrar, como dicho es, y por la tercera vez, que sean cautivos de los que los tomasen por toda la vida.
Real Pragmática de 1499, fechada en Medina del Campo, Novísima Recopilación, Libro XII, título XVI [10].
En 1749, la Gran Redada o Prisión General de los gitanos, durante el reinado de Fernando VI, y mediante un plan secreto organizado por el Marqués de la Ensenada, pretendía
prender a todos los gitanos avecindados y vagantes en estos reinos, sin excepción de sexo, estado ni edad, sin reservar refugio alguno a que se hayan acogido
Fueron detenidos casi todos los gitanos españoles, unos 9.000 (otros 3.000 ya estaban en prisión), los hombres enviados a los arsenales de la marina y las mujeres y los niños encarcelados. Sólo serían indultados 14 años después por el rey Carlos III, y algunos no serán liberados definitivamente hasta 1783.[1]
La posterior situación de los gitanos difícilmente puede compararse, como a veces se hace, al apartheid sudafricano o a la situación histórica de los negros en Estados Unidos, pero ha sido objeto de una clara discriminación racial incluso hasta la actualidad.
[editar] Los negros
Es de suponer que desde la prehistoria existe población de origen africano en España, aunque es improbable adscribirla a ningún tipo racial concreto. En época protohistórica y en época antigua, se registra documentalmente y con testimonios arqueológicos la existencia de población de origen africano, principalmente mediterráneo pero también subsahariano, llegadas con los contingentes militares cartaginés y romano. En la época islámica, un número considerable de personas negras vinieron a España y algunas ocuparon altos cargos en los sistemas califales y en la cultura. Por ello, y al ser África negra una gran proveedora de oro, durante la Edad Media existió el estereotipo de la persona negra acaudalada; es entonces cuando surgen los mitos del Preste Juan y Baltasar. Posteriormente, con la colonización de América y el establecimiento del comercio triangular, y notablemente desde finales del siglo XVII, la esclavitud de africanos negros incide en un crecimiento de la aversión hacia lo negro. Desde el siglo XVIII una serie de pseudociencias coadyuvan en la justificación de la esclavitud de las personas negras. En el siglo XIX España será la última potencia occidental en abolir la esclavitud, lo cual incide en la persistencia del racismo anti-negro. Ya la Constitución de Cádiz de 1812 condicionaba el pleno derecho de los negros:
Art. 22. A los españoles que por cualquier línea son habidos y reputados por originarios del Africa, les queda abierta la puerta de la virtud y del merecimiento para ser ciudadanos: en su consecuencia las Cortes concederán carta de ciudadano a los que hicieren servicios calificados a la Patria, o a los que se distingan por su talento, aplicación y conducta, con la condición de que sean hijos de legítimo matrimonio de padres ingenuos; de que estén casados con mujer ingenua, y avecindados en los dominios de las Españas, y de que ejerzan alguna profesión, oficio o industria útil con un capital propio
Durante la Guerra de Cuba los mambises (guerrilleros independentistas, muchos de ellos negros) son presentados por la prensa como un peligro terrorifico y se difunde la idea de que los negros son aliados de las potencias que quieren destruir al Imperio Español, especialmente de Gran Bretaña, motejada de Pérfida Albión, por sus esfuerzos en la abolición de la esclavitud y del tráfico de esclavos.
La mayor parte del siglo XX significó un período de relativa calma en que la figura del negro, es vista con cierto paternalismo ridiculizante o patético, especialmente durante el régimen franquista. La presencia de población que pudiera identificarse como negra en la sociedad española estaba fundamentalmente compuesta por emigrantes de la colonia de Guinea Ecuatorial, Cuba así como algunos afronorteamericanos. Con una presencia local muy anterior, se divulgó desde 1952 (publicación del artículo de Arcadio Larrea Los negros de la provincia de Huelva), la presencia de descendientes de esclavos en Huelva, en poblaciones como Gibraleón, Niebla, Palos o Moguer. Sólo en Gibraleón se contabilizaba su número en doscientos, con algún caso de mestizaje. El artículo denunciaba su situación mísera y discriminación, existiendo incluso una especie de ghetto en el barrio de Villalatas de Gibraleón.[2] Sin embargo, desde finales del siglo XX y principios del siglo XXI el crecimiento de la inmigración se vincula a un aumento de la negrofobia de la mano de grupos neonazis y de ultraderecha, y a la desconfianza o desinformación de la clase trabajadora cuando ve en el inmigrante un competidor. Desde entonces vienen produciéndose ataques racistas en ocasiones con resultado de muerte o invalidez (entre otros, los casos de Lucrecia Pérez, Augusto Ndombele, Ypo Joe o Miwa Buene). Actualmente, cuando se calcula que viven en España cerca de 500.000 personas con herencia de África negra, instituciones como Amnistía Internacional,[3] SOS Racismo,[4] Movimiento Contra la Intolerancia,[5] denuncian que se producen anualmente en España un número no inferior a 200 agresiones físicas racistas contra personas negras.
[editar] América
La formación de una sociedad estratificada por orígenes raciales en la América española comenzó con la Conquista, y fue debatida conscientemente (véase la Polémica de los naturales). Con el tiempo se hizo más compleja, por la llegada de esclavos africanos y el mestizaje, muy diferente en cada zona de América, desde las Antillas, que cambiaron enseguida por la negra su presencia indígena, hasta Paraguay, donde ésta es la esencial. La identidad racial tuvo un papel destacado en la formación de las naciones hispanoamericanas tras su Independencia, que dirigieron fundamentalmente los criollos contra los peninsulares, con poca o ninguna intervención dirigente de indios, negros, mulatos o mestizos. Ni siquiera las naciones donde la presencia europea se convirtió en ampliamente mayoritaria (Uruguay, Argentina, Chile y Costa Rica) estuvieron ausentes de problemas raciales.
Los movimientos migratorios de América latina hacia Europa se han incrementado notablemente y han generado la presencia de colectivos muy numerosos de origen hispanoamericano en España: desde los argentinos, chilenos y uruguayos de finales de los setenta (muchos de ellos perseguidos políticos), a la inmigración masiva por motivos económicos de finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI, en la que (además de aquéllos y sin que falten representantes de todos los demás países) destacan los procedentes de Ecuador y República Dominicana. Coincidiendo con ello han aparecido fenómenos de xenofobia y racismo, cuya extensión es difícil de medir, pero que han producido esporádicamente conflictos (véase más abajo, sección Racismo en España#La actualidad).
Un caso peculiar ha sido la incorporación de soldados de nacionalidad extranjera a las Fuerzas Armadas de España (desde su profesionalización y el final del servicio militar obligatorio, 2002), que comenzó limitándose al 2% de las tropas (2004) y en la actualidad está limitado al 9% (desde mayo de 2007), límite del que se ha alcanzado la cifra del 7% (2008). Únicamente está accesible para los originarios de países hispanoamericanos o Guinea Ecuatorial. Para la continuidad de estos soldados por más de seis años de servicio o para su promoción, se les requiere la obtención de la nacionalidad española. La convivencia de soldados de origen español y extranjero en el ejército no parece haber ocasionado problemas graves más allá de algún caso puntual.[6]
[editar] Crimen de odio y expresiones xenófobas y racistas
En el habla popular se encuentran expresiones peyorativas que son habitualmente utilizadas contra los inmigrantes de origen latinoamericano, tanto específicamente como para toda la inmigración no europea y otros de forma general.[7] Las expresiones xenófobas y racistas, así como el denominado negacionismo y lo que en algunas legislaciones se califica de crimen de odio, están perseguidos por la ley y la práctica de los tribunales.
Hay que tener en cuenta que la STC [sentencia del Tribunal Constitucional] se realiza en un tiempo en el que todavía no se castigaban en nuestro Cp [Código penal] las conductas de provocación a la discriminación, etc (Estas figuras fueron introducidas en la Reforma de de 1985, precisamente fundamentada en la sentencia que comentamos); y en el ámbito de una solicitud de amparo de protección del derecho al honor, por lo que el TC relaciona las expresiones xenófobas y racistas con dicho derecho para fundamentar su ilegitimidad y su exclusión del ámbito de la libertad de expresión. Una vez que nuestro Cp castiga expresamente este tipo de comportamientos, en el caso en que las expresiones pretendan provocar la discriminación deberá acudirse al 510. Si se trata de expresiones de contenido racista o xenófobo que no puedan calificarse de provocación a la discriminación, deberá acudirse a los delitos de injurias. Y solo cuando las expresiones vayan todavía más lejos e inciten directamente a realizar alguna de las conductas previstas en el 607.1 en contra de los miembros del grupo con la intención de destruirlo en todo o en parte habrá que acudir al 615. Ya que es la manifestación racista o xenófoba, y no el cuestionamiento de la historia, lo que resulta excluido del derecho a la libertad de expresión y lo que puede ser por tanto, punible.[8]
[editar] La raza española
El siglo XIX, que supuso la construcción nacional de Alemania o Italia y el surgimiento de nacionalismos en toda Europa no fue tan espectacular en España en ese aspecto.[9]
Es a finales de siglo, con el desastre de 1898 y el regeneracionismo cuando comienza un repensamiento de la idea de España desde un cierto sentimiento de inferioridad que se rebela y que coincide con el surgimiento de los nacionalismos periféricos (Sabino Arana, y el Adeu Espanya de Joan Maragall). El planteamiento de razas inferiores y superiores, identificadas con naciones emergentes y decadentes, está en el ambiente intelectual de la época, lleno de alusiones a la virilidad y el valor que acompaña al pasado y deseado gran Imperio. La conmemoración del cuarto centenario del descubrimiento de América (1892), además de buscar una reconciliación con las repúblicas americanas que no impidió la última y más dolorosa independencia, la de Cuba (1898), inaugura una recuperación del orgullo español en su papel en el mundo, que termina con la proclamación del 12 de octubre (fecha del desembarco de Colón en San Salvador-Guanahaní) como día de la Raza. La definición científica de raza desde un punto de vista etnológico o antropológico era lo que menos importaba.
La llegada a España de la ideología fascista comenzó escasamente durante la dictadura de Primo de Rivera, cada vez con más implantación en sectores de la derecha durante la Segunda República y de forma evidente durante la Guerra Civil. El componente racista era básico en el nazismo alemán, pero en el franquismo, como en el resto de movimientos fascistizantes que surgieron en la Europa de entreguerras era más importante la componente conservadora y religiosa (el llamado nacionalcatolicismo), que para Trevor-Roper puede llamarse Fascismo clerical. No obstante, existió un matiz racista, y prueba de ello son algunos personajes como el coronel y psiquiatra Antonio Vallejo-Nájera,[10] y la producción de una inquietante literatura sobre eugenesia en los años siguientes (tema que, por otra parte, tampoco estaba ausente de la reflexión intelectual en la Europa Nórdica y Estados Unidos).[11] Lo mismo podría decirse de la obsesión personal de Franco con la conspiración judeomasónica. El impacto del Holocausto desprestigió de tal manera el racismo que a mediados del siglo XX pocos se atrevían a defenderlo. La posición oficial en España era definir al español como el menos racista de todos los pueblos colonizadores, tomando al mestizaje como prueba; incluso se enaltecía la aportación cultural de los gitanos, tomando a individualidades artísticas del mundo del flamenco y de la tauromaquia (roles similares a los de los negros en Estados Unidos); y se presumía de la protección dada a los judíos durante la persecución nazi, gracias al redescubrimiento de los sefardíes de Europa Oriental y a las leyes que favorecían su retorno.
[editar] La actualidad
Los movimientos de extrema derecha que se formaron desde los últimos años del franquismo y se convirtieron en grupos neonazis a finales del siglo XX, incorporan el racismo como seña principal de su ideología y se destacan por sus opiniones y actitudes contrarias a la inmigración, en particular la de extraeuropeos.
Sin estar ligado a esos grupos, incidentes racistas más o menos espontáneos han ocurrido esporádicamente. Los dos ejemplos más graves quizá serían:
- el asesinato, el 13 de noviembre de 1992, de Lucrecia Pérez, en la discoteca abandonada Four Rouses de Aravaca (Madrid). Se trataba de una dominicana de raza negra, que estaba ocupando el lugar junto a otros inmigrantes en situación precaria. No se llegó a determinar si había intereses inmobiliarios detrás del improvisado grupo de personas de confusa ideología que realizó el atentado;
- los incidentes de febrero de 2000 en El Ejido, Almería, zona de agricultura intensiva con una gran presencia de temporeros norteafricanos. La tensión que producía su masificación y falta de integración con la población local, terminó estallando en un motín contra ellos en respuesta, se decía, a una situación de inseguridad ciudadana que culminó con distintos casos atribuidos a inmigrantes, desde robos hasta violaciones y el asesinato de tres vecinos del municipio.[12] Hubo heridos y destrozos materiales en las infraviviendas de los inmigrantes.
Posiblemente sea en el entorno violento de las hinchadas del fútbol (Ultras Sur del Real Madrid, Frente Atlético del Atlético de Madrid, Boixos Nois del F.C. Barcelona, entre otros) donde se encuentre de una forma más o menos organizada un refugio a los comportamientos racistas, lo que ha dado origen a una legislación restrictiva contra símbolos y otras muestras de odio racial.
Es pronto para saber si podría formarse un movimiento racista de mayor importancia, sobre todo tras los atentados del 11 de marzo de 2004, cosa que de momento no parece haber ocurrido.
Agresiones racistas de mayor o menor repercusión mediática ocurren con alguna frecuencia. La policía calcula que en España hay casi 10.000 "ultras" y neonazis. Sólo en Madrid han sido detenidas este año [2007] 64 personas por 59 actos delictivos de este tipo.[13]
Véanse casos concretos en wikinoticias
[editar] Véase también
- Chovinismo
- Etnocentrismo
- Racismo
- Racismo en Argentina
- Racismo en Europa
- Prejuicio
- Lista de prejuicios cognitivos
[editar] Referencias
- ↑ Antonio Gómez Alfaro, La Gran Redada de Gitanos, Ed. presencia gitana, Madrid, 1993. ISBN 84-87347-09-6; Teresa San Román. La diferencia inquietante, (esp. pág 38 a 43) Ed. Siglo XXI. Madrid, 1997. ISBN 84-323-0951-6; Angus Fraser, Los gitanos, (esp. pág 170 y sig.), ed Ariel, Barcelona, 2005, ISBN 84-344-6780-1. Antonio Gómez Alfaro: El 24 de mayo: Una fecha idónea para convertirla en el Día del Gitano Madrileño
- ↑ Eran popularmente denominados "negros", "morenos", "panturranos", "panzurranos" o "barrigas verdes". El artículo de Arcadio Larrea es citado por Julio Izquierdo Labrado (1999) El comercio de esclavos en Gibraleón Palos de la Frontera.
- ↑ Inmigración, racismo, xenofobia: Amnistía Internacional España - Derechos Humanos
- ↑ SOS Racismo
- ↑ Movimiento Contra La Intolerancia
- ↑ Miguel González Una decena de militares embozados da una paliza a tres soldados inmigrantes. Dos arrestados por la agresión xenófoba en el cuartel barcelonés de El Bruc El País, 01/03/2008
- ↑ Sudacas, Panchitos, Poni, Payoponis, Parauno, Carapaella, Indio, Mono, Moctezumas, Chiwakas, negros, morenos,... pueden ser algunos de estos epítetos. Da unos ejemplos del uso en Canarias, con referencia tanto a los peninsulares (godos), africanos, latinoamericanos, etc. Heraclio Sánchez Expresiones xenófobas…políticamente correctas La Opinión de Lanzarote, Martes, 20 de marzo de 2007 [1]
- ↑ EL DERECHO A LA LIBERTAD IDEOLÓGICA Y DE EXPRESIÓN; EL ARTÍCULO 607.2;SENTENCIAS., en [2]
- ↑ En una reciente polémica Antonio Elorza y José Álvarez Junco han debatido este tema Elorza vs. Álvarez Junco o cómo ven dos catedráticos la nación española Periodista Digital, 28.11.05.
- ↑ Vicenç Navarro La Gestapo en España, EL PAÍS Cataluña - 26-02-2003[3]. Rodolfo Serrano Articulo de Antonio Vallejo Nágera En busca del 'gen rojo' Antonio Vallejo Nágera dirigió en 1938 un estudio sobre prisioneros de guerra para determinar qué malformación llevaba al marxismo], El País, 07/01/1996. También se refiere al asunto, citando como los psiquiatras involucrados a Antonio Valléjo-Nágera y a Juan José López Ibor, Beatriz Preciado (2008): Testo yonqui, Madrid: Espasa, véase resumen en el artículo Farmacopornografía, El país, 29 de enero de 2008. No obstante, en el artículo citado de Rodolfo Serrano, se dice que Valléjo-Nágera, Ya en la posguerra, desplazó de su cátedra al doctor López Ibor, al que se le consideraba "poco afecto al régimen".
- ↑ F. ROBERTI, Diccionario de Teología Moral, Barcelona 1960; L. SCREMIN, «Eugenesia», en Diccionario de Moral Profesional Médica, Barcelona 1954; E. ARCUSA, Responsabilidad médica, Bogotá 1966, 60-66; T. TOTH, Eugenesia y catolicismo, Madrid 1940; A. VALLEJO-NÁJERA, Eugenesia de la hispanidad, Burgos 1937; A. DE SOBRADILLO, El certificado médico prematrimonial, Salamanca 1943; J. LECLERCQ, La familia, Barcelona 1964, 48-58, 242-254; J. FORD, Genetics for medical students, 4 ed. Methuen 1956; C. C. LI, Population genetics, Chicago 1955; C. BRESCH, Genética clásica y molecular, Madrid 1966, 521-541; V. CONILL, «Reconocimiento médico prematrimonial», en Temas de Sexología humana, Barcelona 1964 [4].
La Gestapo colaboró, por ejemplo, en el establecimiento de los campos de concentración franquistas, donde supervisó experimentos encaminados —según el director médico que dirigió tales experimentos, el doctor Vallejo-Nájera— a purificar la raza española eliminando el gen rojo. Tal personaje, director de los Servicios Psiquiátricos del Ejército franquista, había sido educado en la Alemania nazi. Escribió extensamente (en libros titulados Eugenesia de la Hispanidad y regeneración de la raza, Política racial del nuevo Estado, y otros) sobre la degeneración de la raza española, que según él había ocurrido durante la República, postura, por cierto, también adoptada por López Ibor, quien había sostenido que el prototipo hispano estaba genéticamente definido. A juicio de Vallejo-Nájera se necesitaba en la España franquista una regeneración racial, debido al incremento de «tarados» y «enfermos» (términos que él utilizó para definir a las personas con discapacidades y a las personas enfermas, incluyendo como enfermedad también cualquier postura crítica al régimen franquista). Llegó incluso a criticar a la profesión médica por conservar la vida de los «degenerados» (tal como señala Michael Richards en el capítulo «Purificar España» de su excelente libro Un tiempo de silencio). Vallejo-Nájera promovió así las ideas racistas y prácticas genocidas nazis indicando que la «regeneración de la raza impone una política de eliminación de todos los agentes físicos, psicológicos y morales que degeneren la raza», y consideró la eliminación física, a través de asesinatos políticos, como parte de esta purificación de la raza. Instruyó también a las mujeres jóvenes a no leer libros excepto los religiosos, y definió a las mujeres republicanas como la forma más extrema de degeneración de la raza. En realidad, muchos de los experimentos realizados en los campos de concentración nazis en Alemania fueron realizados antes por la Gestapo en los campos de concentración franquistas. Es más, muchas de las víctimas de tales experimentos en los campos de concentración nazis fueron españoles republicanos residentes en Francia que fueron deportados por la Gestapo a tales campos. Esos republicanos españoles fueron el mayor grupo de deportados (después de los judíos) que la Gestapo llevó desde Francia a los campos de concentración nazis. En tales campos se les conocía por su triángulo azul en sus uniformes. El 64% de ellos murió en esos campos. Otros muchos que no fueron deportados a los campos de concentración fueron enviados por la Gestapo a Alemania, donde trabajaron como esclavos, mientras que otros fueron detenidos y llevados por la Gestapo a España —como el presidente de la Generalitat, Lluís Companys—, donde fueron fusilados
Del coronel y psiquiatra Antonio Vallejo-Nájera, Benjamín Prado recuerda su «programa de reeducación» de niños republicanos y sus ideas de regenerar la raza a costa de prohibir la procreación entre republicanos. Para Benjamín Prado lo más sorprendente es que este personaje convenció a Franco, al llegar la Guerra Civil, para que creara el Gabinete de Investigación Psicológicas del Ejército donde pensaba demostrar su teoría de que el marxismo era una tara mental, expresada en libros suyos como La locura y la raza. Psicopatología de la guerra española, Eugenesia de la hispanidad y regeneración de la raza o Psiquismo del fanatismo marxista donde hablaba de la «inferioridad mental de los partidarios de la igualdad social y política o desafectos». Una vez probado por Vallejo-Nájera que ser marxista era una enfermedad mediante a análisis y pruebas con prisioneros de la Brigadas Internacionales y con presas de la cárcel de Málaga, Benjamín Prado cuenta en Mala gente que camina cómo las autoridades franquistas crean una penitenciaria para madres lactantes en donde «disponen a su antojo de los hijos de las presas». «Cuando ejecutaban a sus madres o los niños excedían en edad, eran enviados a un seminario para que se los reeducase, o dados en adopción por la Iglesia y el Estado, que se habían atribuido su tutela legal para familias católicas afines a la causa». «La Iglesia hacía bautismos masivos y las monjas se llevaban a los niños de la prisión de las madres lactantes», agregó
- ↑ Noticia de prensa contemporánea a los hechos (7 de febrero de 2000) Un brote de xenofobia desata una violenta 'cruzada' contra los inmigrantes en El Ejido [7]. Visión literaria del hecho por Antonio Burgos, comentarista de "Protagonistas" de Onda Cero (8 de febrero de 2000) Santiago Matamoros cabalga de nuevo en El Ejido [8]. Descripción de los hechos, con un análisis más amplio, por Vicente Cervantes, en là página web Violencia racista en El Ejido
un un inmigrante magrebí asesina a dos agricultores lo que calienta los ánimos de la población hasta límites máximos, que se desbordan cuando el sábado pasado otro inmigrante mata a una joven que se resistió a que éste le robara el bolso. La tragedia fue dramatizada irresponsablemente por algunas televisiones locales (está por estudiar el efecto de estas nuevas televisiones en las masas) y el alcalde de El Ejido en vez de calmar los ánimos parecía alentar el rencor. Para colmo, la semana pasada entra en vigor la nueva Ley de Extranjería aprobada con los votos en contra del PP. La negativa del gobierno a facilitar la tramitación de esta ley (incluso los funcionarios no saben que documentación pedir a los inmigrantes para aplicar la ley) provoca que se formen colas de inmigrantes de ilegales para solicitar su regularización en la subdelegación del gobierno que llegan a alcanzar más de mil personas, lo que provoca la lógica indignación de los inmigrantes.
- ↑ Jesús Duva escribió un artículo con ese título en El País, 18 de noviembre de 2007