La Hispano-Suiza
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 Emblema de la marca Hispano-Suiza |
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| Datos de la empresa | |
|---|---|
| Productos fabricados | |
| Automóviles de turismo, básicamente de lujo y de competición | |
| Motores de aviación | |
| Automóviles bélicos acorazados | |
| Años de producción | |
| Desde el 14 de junio de 1904 hasta finales de 1936 | |
| Capital inicial | |
| 500.000 pesetas (3.005 €) | |
| Lugares de Fabricación | |
| España | |
| Barcelona (a partir de 1904) | |
| La Sagrera (Barcelona, a partir de 1906) | |
| Ripoll (a partir de 1915) | |
| Francia | |
| Parls (a partir de 1911) | |
| Bois-Colombes (a partir de 1913) | |
Hispano-Suiza fue una empresa española de automóviles de lujo y competición que tuvo también una vertiente en los diseños de motores para la aviación, vehículos de transporte e incluso vehículos bélicos y armas. La marca nació en 1904 a cargo de los empresarios españoles Damián Mateu y Francisco Seix junto al ingeniero suizo Marc Birkigt. La empresa tuvo un gran desarrollo durante las décadas 2ª y 3ª del siglo XX hasta que quebró en el inicio de la Guerra Civil Española, en el año 1936.
[editar] Historia
[editar] Precedentes
[editar] La Compañía General Española de Coches Automóviles
La Compañía General Española de Coches Automóviles era una empresa barcelonesa fundada en 1898 propiedad de Emilio de La Cuadra. Ésta gestionaba la representación de los automóviles Benz en España. Cuando la empresa planeaba el desarrollo de unos innovadores automóviles eléctricos, De la Cuadra contrató un joven ingeniero suizo de 21 años, Marc Birkigt, que destacaba por sus innovadores diseños de mucha calidad y funcionalidad, que serviría a la empresa para dar un buen impulso a sus diseños. Más tarde, el diseño del coche eléctrico resultó un fracaso y cesó su desarrollo. Pero mientras se diseñaban éstos coches eléctricos, Birkigt se dedicó también al estudio de los automóviles Benz que poseía la compañía, centrándose principalmente en la parte mecánica. De este modo, Birkigt se dio cuenta de las enormes posibilidades del motor de explosión sacando la conclusión de que ése sería el futuro de los automóviles. De esta manera, Birkigt construyó varios modelos en 1900 para probar un motor de explosión que resultaron un éxito gracias a la gran calidad que poseían sus motores. Pero la capacidad financiera de La Cuadra era muy limitada y la compañía quebró poco después.
[editar] J. Castro
Más tarde, a finales de 1902, Birkigt se asoció con otro empresario, José María Castro y Fernández y fruto de esa unión nació la firma "J. Castro, Constructor Hispano Suiza de Automóviles", cuyo taller estaba situado también en Barcelona. El ingeniero suizo consiguió la fabricación de varios autos de 2 cilindros con 10 CV de potencia, e incluso algunos de 4 cilindros. Pero de nuevo, las condiciones económicas para seguir con la nueva empresa no fueron las adecuadas y el capital se agotó pronto. Aunque la empresa quebró, gracias al éxito de sus nuevos automóviles, Birkigt consiguió fama como ingeniero. De este modo, un admirador de sus coches llamado Francisco Seix consigue que Damián Mateu se haga cargo de una nueva empresa de automóviles con Birkigt. De este modo se funda La Hispano-Suiza.
[editar] Inicio
Fruto de la unión de los empresarios Damián Mateu, Francisco Seix y del ingeniero Marc Birkigt nace La Hispano-Suiza, Fábrica de Automóviles S.A. Damián Mateu era el presidente, y Marc Birkigt, director técnico. El capital de la empresa se cifra en 500.000 pesetas (3.005 €) de las cuales se emiten la mitad en 1904, y en el año siguiente se emita la otra mitad, quedando así 1.000 acciones de 500 pesetas (3 €). Al final del año 1904 se vendieron 2 coches, uno de 10 CV y otro de 14/16 CV vendido a un argentino por 14.000 pesetas (84 €). Pronto, los automóviles Hispano-Suiza fueron considerados coches de lujo y muy prestigiosos, que además eran suficientemente rápidos como para hacerse un hueco en las carreras de coches y triunfar en múltiples competiciones.
[editar] Desarrollo e impulso para la Hispano-Suiza
El rey de España Alfonso XIII era un gran aficionado al mundo del automóvil y pronto tuvo un gran interés por la marca. Poseía muchos de los modelos que fabricó la firma e incluso compró en 1910 el 8% de las acciones. Éste interés hizo que el rey Alfonso XIII promocionara la marca en muchos círculos de la alta sociedad y lanzara a la fama Hispano-Suiza como coches fiables y prestigiosos.
A partir de 1906, Hispano-Suiza se presenta en los salones del automóvil, como el de París o el de Londres, consiguiendo gran admiración y curiosidad a la vez que reconocimiento entre el numeroso público. El capital se amplía hasta 1.500.000 pesetas (9.015 €) y se adquiere el terreno de "La Sagrera" para la instalación de una nueva fábrica para abastecer la nueva oleada de clientes. Dadas las importantes innovaciones técnicas desarrolladas por la empresa, ésta firma un contrato de cesión de tecnología con la "Societé d'Automobiles à Genève" para la fabricación de automóviles Hispano-Suiza en el territorio de Suiza.
Poco a poco Hispano-Suiza fue completando su gama de modelos que ya se extendía desde un pequeño utilitario de 12/15 CV hasta un gran 60/75 CV de 6 cilindros creado para rivalizar con con los modelos más lujosos de varias marcas automovilísticas, al cual correspondería el honor de ser el primer coche de 6 cilindros fabricado en España. De este modo, en 1908, la firma alcanzó la cifra de 250 unidades vendidas destinadas al uso de ciudad y turístico en 24 series distintas, correspondientes a modelos de motores de 4 cilindros de potencias 20/30; 24/30 y 30/40 CV. El rey Alfonso XIII solicitó a Birkigt que fabricara un modelo deportivo de serie. Así nació un deportivo de 15/45 CV que se le denominó posteriormente "Alfonso XIII" en honor al rey.
Con la mejora de los motores, en 1909 Hispano-Suiza lanza al mercado varios modelos con destino al transporte público, cuya publicidad radica en la aportación de sus vehículos para la creación de nuevas empresas de transporte. Así surgen en esa época, por ejemplo, la Hispano-Manresana o la Hispano-Hilariense. En esos momentos, la Hispano-Suiza comenzó a participar en carreras de forma oficial. Pero en 1910, cuando la empresa empezó a tener éxito comercial, estalló una huelga de trabajadores que amenazó con el hundimiento de la empresa. Como consecuencia, se hubieron de anular muchos pedidos, tanto nacionales como extranjeros, se suspendieron las representaciones en los territorios extranjeros y se perdieron trabajadores especializados en la fabricación de automóviles, suponiendo una pérdida de producción de un tercio.
[editar] Producción en Francia
Como consecuencia de este golpe a la empresa, en 1911 ésta decidió instalar una fábrica en Parls, Francia (cerca de París) para mantener en auge la producción y satisfacer así la gran cantidad de pedidos, en especial, los del Hispano Alfonso XIII.
Marc Birkigt fue enviado allí para organizar la producción de la nueva fábrica. Esta decisión tuvo consecuencias muy favorables para el desarrollo de la firma, ya que se disponía de mayores cantidades de materias primas, habían muchas empresas auxiliares de la automoción que podrían abastecer mejor a la fábrica de Hispano-Suiza, había más mano de obra cualificada y las exportaciones podían ser más rápidas y a menor precio. En 1912, la fábrica de París superó la producción de la fábrica de Barcelona. En ese mismo año, la empresa experimenta la sobrealimentación con compresores mecánicos aunque poco después fracasaron con unos motores mejores constituidos por unas válvulas en cabeza.
En 1913 se acordó el traslado de la producción francesa de Parls a Bois-Colombes. Así, en 1914 la fábrica ya estaba lista para producir. En ese mismo año se empezó a fabricar un nuevo diseño del Alfonso XIII con 16 válvulas y un nuevo vehículo de color de plata conocido como "La sardina" que batió récords de carreras en cuesta.
[editar] La Primera Guerra Mundial, motores aeronáuticos
En 1914 estalló la Primera Guerra Mundial, y la marca Hispano-Suiza tuvo que afrontar una etapa decisiva en su desarrollo. Dados los hechos, Birkigt decide trasladarse de nuevo a Barcelona. Allí estudió el desarrollo de un nuevo motor que tenía el mismo principio mecánico que el de los coches de competición, basado en la tecnología de mando directo. Este desarrollo tuvo una gran importancia en el mundo automovilístico de la época. Pero la fábrica francesa tuvo que paralizarse durante la guerra, y la fábrica española sufrió grandes problemas de abastecimiento, debiendo recurrir al mercado norteamericano. La demanda interna se vio fuertemente multiplicada a causa de los pedidos del Ministerio de la Guerra y los dirigentes de Hispano-Suiza se vieron obligados a triplicar la producción en la fábrica de La Sagrera.
España carecía de suficientes recursos mecánicos para abastecer a la aviación de la Gran Guerra. De este modo el gobierno español encargó la producción de motores de aviación a la fábrica Hispano-Suiza. A los motores de aviación se le aplicaron los principios del mando directo. Así, nace un motor de 8 cilindros en V con otro nuevo avance, los bloques de aleación de aluminio, que aligeraron notablemente los motores desarrollando la misma potencia. Los países aliados que estaban presentes en la guerra se dieron cuenta de que los motores diseñados por Hispano-Suiza superaban con creces los motores de los que disponían inicialmente. En consecuencia, los pedidos empezaron a aumentar, pero como las fábricas de Hispano-Suiza no tenían la capacidad de fabricación suficiente para abastecer a todos los países, la firma debió vender licencias de sus motores a varios fabricantes. Se alcanzó a fabricar 49.893 motores Hispano-Suiza, que obtuvieron óptimos resultados en pruebas de resistencia, llegando a soportar las 50 horas de funcionamiento ininterrumpido. Paralelamente, en 1917, Hispano-Suiza abre una empresa con el nombre "La Hispano Suiza Fábrica de Automóviles y material de guerra, S.A." con la fábrica y la sede en Guadalajara. En ella se fabricaron algunos automóviles, como el modelo "Guadalajara" pero, sobre todo, se produjeron camiones para uso civil y militar. Durante esa época también se fabricaron algunos vehículos acorazados de combate.
[editar] Resurgimiento después de la guerra
Esto supuso un gran éxito para la marca, que vio aumentado su capital enormemente, dando como resultado 6.500.000 de pesetas de capital (39.065 €) en 1915 y 10.000.000 de pesetas (60.100 €) en 1918. Dada la creciente demanda, se adquirieron más terrenos en La Sagrera y se abrió una nueva fábrica en Ripoll para establecer las secciones auxiliares de la empresa. Desde ese momento, la firma Hispano-Suiza lució su nuevo emblema con las banderas de España y Suiza: la cigüeña, en honor a una escuadrilla francesa de aviación que destacó por sus victorias con unos cazas que tenían un dibujo de una cigüeña. En el Salón del Automóvil de París de 1919 se mostró por primera vez el nuevo Hispano Suiza H6, que montaba los nuevos motores de aviación. Este coche incorporaba, además, una primicia mundial: los frenos servoasistidos. Muy pronto, otras firmas como Rolls-Royce o Renault pidieron la patente a Hispano-Suiza, dado que éste era un sistema perfecto para frenar coches de mucho peso, como las grandes berlinas de lujo. Además, el modelo Alfonso XIII gana la carrera de "La Cuesta de las Perdices" con un H6 de serie, que consigue muy buenas críticas entre el público. Pero en España había un ambiente de fuertes tensiones entre los trabajadores, y la producción en Barcelona se paralizó casi totalmente. En 1920 se reemprende la fabricación en la fábrica francesa de Bois-Colombes.
[editar] Demanda del gobierno francés
Aunque Hispano-Suiza experimentó por aquel entonces un gran impulso gracias a los beneficios obtenidos en la Primera Guerra Mundial, el gobierno francés presentó una demanda contra la marca gravándola con un impuesto extraordinario, alegando que durante la guerra había conseguido un gran capital.
En 1920, las exigencias del gobierno francés eran cada vez mayores, pidiendo cantidades de dinero que afectaban al capital social de la firma. Hispano-Suiza se negó a pagarlo argumentando que era una empresa española, y que conforme a un tratado de 1862, una empresa española no podía deber dinero a un gobierno francés y viceversa. Pero la administración francesa hizo oídos sordos a las razones de Hispano-Suiza, y respondió con el embargo de todas las propiedades que tuviera la firma en Francia. Damián Mateu consiguió involucrar al gobierno Español, provocándose así un conflicto entre gobiernos. Finalmente se aceptó el arbitraje del conflicto por parte del presidente de la Confederación Helvética, y éste falló a favor de España e Hispano-Suiza. A cambio, la fábrica de Francia pasó a depender de una sociedad autónoma francesa, la "Societé Française Hispano Suiza, S.A.", la cual tenía derecho a usar la marca y las patentes de Hispano-Suiza, aunque ésta poseía la mayoría de acciones de la empresa francesa.
[editar] Edad de oro de La Hispano-Suiza
Paralelamente, en 1922 Hispano-Suiza sigue batiendo récords con su nuevo H6C. Se diseñaron 2 modelos, uno de chasis largo de lujo, y otro de chasis corto para la competición. La versión de lujo tenía una carrocería diseñada por la fábrica aeronáutica Nieuport, hecha de madera. Se venden dos automóviles en Inglaterra, uno al capitán Kingston y otro a Wolf Barnato. De este modo se consiguieron victorias con H6C de chasis corto en España, Inglaterra e incluso en Estados Unidos. En el 1929 el Jesús del Gran Poder, un avión llamado Breguet, impulsado por un motor Hispano-Suiza de 600 CV, cruza el Océano Atlántico desde Sevilla hasta Río de Janeiro y, poco después, un avión con un motor diseñado por Marc Birkigt hace un vuelo histórico al recorrer sin escalas el trayecto París - Nueva York.
En 1930, la cartera de clientes de Hispano-Suiza destaca por su prestigio: el rey Alfonso XIII, los reyes Gustavo V de Suecia, Carlos II de Rumania, Rativ de Egipto, el rey de Afganistán, el príncipe de Mónaco, el príncipe consorte de Gran Bretaña o el Sha de Persia. Además, la burguesía, la élite industrial y financiera se vio atraída por esta marca de prestigio digna de reyes, que únicamente era comparable a otra gran marca de lujo como Rolls-Royce. También Einstein y Pablo Picasso tuvieron un Hispano-Suiza.
La Hispano-Suiza francesa presenta en el Salón del Automóvil de París el J12, un coche caracterizado por su lujo y buen diseño. El J12 era un coche extraordinario, de características inauditas en aquella fecha: con 12 cilindros, 9500 cc, 220 CV superaba los 170 km/h. con un motor muy elástico, suave y silencioso. Así, la factoría de París deja de fabricar el H6 después de 15 años de fabricación; contínuíó con el T64 o "junior", aunque siguió fabricándose en Barcelona. En 1929, se celebró en Sevilla la Exposición Ibero-Americana. El pabellón de La Híspano-Suiza estaba situado en la Avenida de Portugal, obra del arquitecto don Vicente Traver, que ocupó una superficie de 1.500 metros cuadrados. En el mismo año se celebró la Exposición Internacional de Barcelona, y el Pabellón Hispano-Suiza estaba en la avenida del Mirador del Palacio Nacional de Montjuich.
[editar] La Segunda República Española
El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República Española, perdiendo la marca uno de sus más importantes clientes: Alfonso XIII. La bandera tricolor republicana (rojo-amarillo-violeta) reemplazó la bandera monárquica (rojo-amarillo-rojo). Las fábricas catalanas de la marca se colectivizaron mediante un decreto firmado por Josep Tarradellas. El cambio de régimen, que pasó de un gobierno apoyado en la aristocracia a un gobierno mucho más popular, afectó desde un principio a la imagen de Hispano-Suiza, y las ventas en España disminuyeron. La fábrica de Guadalajara tuvo que venderse al grupo Fiat, aunque Hispano-Suiza siguió quedándose con la sección de fabricación de aeronaves. En 1934, Marc Birkigt completa el diseño del K6, de 6 cilindros y 30 CV, el último automóvil diseñado por el ingeniero suizo.
En 1935 murió el dirigente de la empresa Damián Mateu a causa de una rápida enfermedad, dejando como director de Hispano-Suiza a su hijo Miguel Mateu. Miguel asume el mando de la empresa bajo unos circunstancias muy desfavorables, ya que estaba a punto de empezar la Guerra Civil Española. Miguel Mateu y los consejeros de la empresa consiguen pasar la frontera y se exilian en Francia. Desde allí, Miguel Mateu planea abrir una fábrica en Sevilla para la fabricación y reparación de aeronaves de la aviación nacional. La fábrica de Barcelona de Hispano-Suiza comienza a construir vehículos blindados a cargo del gobierno de la República Española. La maquinaria de la fábrica de Guadalajara se traslada a un taller de Alicante donde se emplea para reparar aviones rusos. En Francia, los dirigentes de Hispano-Suiza apoyaron a los franquistas y pronto montaron un taller en Sevilla para la reparación de la aviación de Franco. Así, el 1 de abril de 1939, la Guerra Civil Española finaliza y Franco entra a Madrid con un Hispano-Suiza. Cuando terminó la guerra, Hispano-Suiza retoma las fábricas de Barcelona y Guadalajara, pero ésta última está totalmente desmantelada.
[editar] Declive y transformación
El empobrecimiento de España se hizo cada vez más notable en el periodo de posguerra. La importación de materiales, así como la exportación de automóviles manufacturados, resultaban muy costosas. Las ventas dentro de España se reducen de manera importante, ya que incluso algunas clases de la alta sociedad se ven afectadas por la pérdida de capital y bienes. Por lo tanto, el mercado interior fue quedando muy pequeño, mientras que el acceso al exterior se vio imposibilitado por los altos impuestos que la marca había de pagar y el reducido capital de que disponía Hispano-Suiza después de la guerra. El gobierno ve más favorable para el país la fabricación de camiones, y en 1946 se forma la fábrica Pegaso o ENASA. En Francia, la fábrica Hispano-Suiza empezó a construir únicamente motores y piezas para aviones, dejando de producir también automóviles.
[editar] Situación actual
Actualmente los automóviles Hispano-Suiza son piezas de colección que dejaron de fabricarse hace más de 60 años. Pero siguen siendo coches de lujo al alcance de unos pocos, que siguen levantando admiración e inspiración a simpatizantes y diseñadores. La fabricación de motores para la aviación, así como de piezas aeronáuticas, es el principal pilar en el que se soporta la fábrica francesa Hispano-Suiza. Consiguió muchos logros durante la II Guerra Mundial y sigue diseñando piezas actualmente.
[editar] Modelos
| Modelo | Año | Nº de cilindros | Potencia (CV) | Cilindrada (cc) | Frenos | Cambio | Velocidad máxima (Km/h) |
| 10 HP | 1904 | 6 | 10 | ~ | ~ | ~ | ~ |
| 14-16 HP | 1904 | 6 | Desde 14 hasta 16 | ~ | ~ | ~ | ~ |
| Acorazado tipo Birkigt | 1905 | 4 | 20 | ~ | ~ | ~ | 87 |
| 20-30 HP | 1906 | ~ | Desde 20 hasta 24 | ~ | ~ | ~ | 100 |
| 40 HP | 1906 | ~ | 40 | ~ | ~ | ~ | 100 |
| 60-75 HP | 1907 | 6 | Desde 60 hasta 75 | ~ | ~ | ~ | ~ |
| 12-15 HP | 1907 | ~ | Desde 12 hasta 15 | ~ | ~ | ~ | ~ |
| 20-30 HP | 1908 | 4 | Desde 20 hasta 30 | ~ | ~ | ~ | ~ |
| 24-30 HP | 1908 | 4 | Desde 24 hasta 30 | ~ | ~ | ~ | ~ |
| 30-40 HP | 1908 | 4 | Desde 30 hasta 40 | ~ | ~ | ~ | ~ |
| Alfonso XIII | 1912 | 4 | 64 | 3620 | De tambor en la ruedas traseras (delanteras sin frenos) | Manual, 3 velocidades y marcha atrás | 121 |
| 15-20 HP | 1909 | 4 | Desde 15 hasta 20 | ~ | ~ | ~ | ~ |
| 20-30 HP | 1909 | 4 | Desde 20 hasta 30 | ~ | ~ | ~ | ~ |
| T21 | 1913-14 | ~ | Desde 15 hasta 30 | ~ | ~ | ~ | ~ |
| T22 | 1913-14 | ~ | Desde 18 hasta 60 | ~ | ~ | ~ | ~ |
| T23 | 1913-14 | ~ | Desde 30 hasta 90 | ~ | ~ | ~ | ~ |
| T26 | 1914-15 | ~ | 20 | ~ | ~ | ~ | ~ |
| T30 | 1915-24 | ~ | 16 | ~ | ~ | ~ | ~ |
| 32 HP | 1916 | ~ | 32 | ~ | ~ | ~ | ~ |
| H6B | 1919 | 6 | 135 | 6600 | De tambor en las 4 ruedas con servofreno Hispano-Suiza | Manual, 3 velocidades y marcha atrás | 137 |
| T48 | 1924 | 4 | 90 | 3746 | ~ | ~ | ~ |
| T49 | 1924-36 | ~ | ~ | ~ | ~ | ~ | ~ |
| T64 | 1929-33 | ~ | ~ | ~ | ~ | ~ | ~ |
| T60/T60 RL/T60 | 1932-43 | ~ | ~ | ~ | ~ | ~ | ~ |
| H6C | 1924 | 6 | 160 | 8000 | De tambor en las 4 ruedas con servofreno Hispano-Suiza | Manual, 3 velocidades y marcha atrás | 177 |
| 56 | 1928 | 6 | 46 | ~ | ~ | ~ | ~ |
| J12 | 1931 | 12 | 220 | 9500 | ~ | ~ | 185 |
| K6 | 1934-37 | 6 | 120 | 5200 | De tambor en las 4 ruedas con servofreno Hispano-Suiza | Manual, 3 velocidades y marcha atrás | 140 |
[editar] Militares
En los modelos de armas militares podemos destacar su cañón más popular, el Hispano de 20 mm, que se montó prácticamente en todos los cazas de la Segunda Guerra Mundial.
[editar] Triunfos y victorias
[editar] Enlaces externos
- La Hispano-Suiza (empresa española)
- Hispano-Suiza (empresa francesa)
