Jesús Blasco
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Jesús Blasco Monterde (Barcelona, 3 de noviembre de 1919 - 21 de octubre de 1995) fue un autor de historietas español, creador del famoso personaje Cuto. Es considerado uno de los grandes del cómic español.
Su primer dibujo se publicó en la revista Mickey, el 27 de abril de 1935, cuando sólo contaba quince años. Ese mismo año comenzó a colaborar profesionalmente con dos de las principales revistas de historieta de la época, Pocholo y Boliche. En las páginas de esta última apareció por primera vez su personaje Cuto, protagonista de una serie titulada "Cuto, Gurripato y Camarilla".
Fue llamado a filas al comenzar la guerra civil española, y combatió en el ejército republicano. Al terminar el enfrentamiento, fue recluido en un campo de concentración, en Francia, hasta 1940. Allí dibujaba para los guardianes a cambio de comida.
Ese mismo año regresó a España, donde consiguió trabajo como director artístico de la editorial Plaza, y como portadista para las editoriales Molino y Clíper. La editora Consuelo Gil lo llamó para colaborar en su semanario, Chicos, en el que Blasco publicaría sus obras más importantes. Recuperó a Cuto, al que dio ahora los rasgos de su hermano Alejandro, convirtiéndole en el niño aventurero más emblemático de la historieta española (comparado por algunos comentaristas con Tintín, con el que también comparte el gusto por los pantalones bombachos). Del personaje dibujó varias aventuras en las páginas de Chicos, pero destacan sobre todo Tragedia en Oriente (1945) y En los dominios de los sioux (1946).
Para la revista Mis Chicas, también editada por Consuelo Gil, creó a otro personaje entrañable, Anita Diminuta (1941). En la misma revista publicó la historieta Los tres inseparables (1943).
Realizó varias historietas bélicas, ambientadas en la Segunda Guerra Mundial, como La Escuadrilla de la Muerte (1941) o Episodios de Guerra (1948). Algunas de sus creaciones en esta época, tanto en el campo de la historieta realista como en el de la humorística, fueron: Chispita (1946), Kul-Hebra (1949), Tontone y Cia, Jim el Terrible, Smiley O'Hara (1950), Lex Tarron y Joe Bazooka.
En 1957 comenzó a trabajar para la agencia británica Fleetway, que le ofrecía mejores perspectivas que la raquítica industria del tebeo español. Para el mercado británico dibujó numerosas historietas del Oeste, como Billy the Kid, Wyatt Earp, Buffalo Bill, Shot Basky y Blackbow, series de aventuras como Moctezuma's Daughter, Edward and the Jumblies,The Indestructible Man, The Slave of the Screamer, Phantom of the Forest y Miss Tarántula, y el cómic de superhéroes Zarpa de Acero (Steel Claw). Desde 1968 realizó también trabajos en el ámbito francófono, como el western Los guerrilleros, con guiones de Miguel Cussó, o una adaptación al cómic de la Biblia, Une Bible en Bande Dessinée, para editorial Dargaud, un trabajo de encargo que le permitió pagar sus facturas. Para el mercado italiano realizó una adaptación de El libro de las maravillas de Marco Polo, que en España publicó Bruguera en su colección Joyas Literarias.
En 1982 fue galardonado con el "Yellow Kid" del Salón del Cómic de Lucca (Italia), uno de los premios más importantes que puede recibir un historietista. Inició, con guiones de Víctor Mora, una nueva etapa de El Capitán Trueno, que tuvo corta vida a causa del cierre de Bruguera en 1986. En el mismo año empezó a colaborar con la editorial italiana Bonelli, para la cual ha realizado hasta 1994 seis historias de Tex Willer, el personaje más popular de los fumetti, y una de Zona X. En 1987 emprendió otra colaboración con Mora, la serie Tallafero. Falleció en 1995.
Sus hermanos Pili, Alejandro y Adriano son también historietistas.
La obra de Blasco es única en el contexto de la historieta española de posguerra. Su dominio del dibujo y de la narrativa hacen que pueda comparársele sin complejos a sus admirados grandes maestros de la historieta norteamericana, como Alex Raymond, Harold Foster o Burne Hogarth. Lamentablemente, debido a las mezquindades de la industria española del tebeo, en muchas ocasiones tuvo que acceder a trabajos de encargo que, aunque magníficamente realizados, no le permitían desarrollar al máximo sus extraordinarias dotes artísticas. Su etapa en Chicos marca una de las cumbres de la historieta española del siglo pasado.
Por desgracia, la obra de Blasco resulta actualmente casi inencontrable, a excepción de algunas ediciones facsímiles de los álbumes de Cuto, realizadas por editoriales para coleccionistas.