Género gramatical
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El género gramatical es un sistema de clasificación nominal que poseen algunas lenguas en que los elementos nominales de las lenguas son clasificados dentro de un número finito de clases, para las cuales generalmente hay reglas de concordancia.
En las lenguas indoeuropeas típicamente el número de géneros varia entre dos y tres, normalmente masculino, femenino o neutro de manera que concierta con una determinada flexión. Otras lenguas como las lenguas bantúes el número de clases nominales supera la decena, para el protobantú las clases principales en el singular son al 1 = para personas, la 3 = para objetos alargados y también árboles, la 5 = objetos que aparecen en pares o grupos, la 7 = para instrumentos o medios y la 9 = para ciertos animales (las clases 2, 4, 6 y 8 son formas de plural de las clases 1, 3, 5 y 7).
El género es una propiedad lingüística en un idioma y no indica el sexo biológico, aunque en un cierto número de lenguas uno o varios de los géneros se usen mayoritariamente para uno de los sexos biológicos, seguramente en ninguna lengua del mundo para seres sexuados hay relación necesaria sexo biológico y el género de la palabra para designar al ser animado.
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[editar] El género en castellano
En castellano es una discriminación formal que posee capacidades contrastivas diversas; cuentan con él el sustantivo, el adjetivo, el artículo y algunos pronombres. Sirve para establecer concordancia entre un adjetivo y el sustantivo al que califica y entre un artículo y el sustantivo al que actualiza. La concordancia es algo más flexible cuando se trata de sujeto y atributo. El género masculino es la forma no marcada o inclusiva: si digo "los alumnos de esta clase" me refiero a alumnos de sexo masculino y femenino; el género gramatical femenino es la forma marcada y por tanto resulta la exclusiva o excluyente: si digo "las alumnas de esta clase" no me refiero también a los de sexo masculino, sino solamente a los de sexo femenino. Se expresa por medio de morfemas constitutivos:
- -o o nada para el masculino: camarero.
- -a, -esa, -isa, ina, -iz para el femenino: leona, abadesa, poetisa, gallina, actriz.
De ahí que se pueda considerar que, en castellano, un sustantivo puede estar marcado [+femenino] y la ausencia de la marca femenina, [-femenina], es el masculino, que no está marcado para femenino pero aun así puede incluir elementos femeninos. Indica generalmente, cuando se refiere a seres animados, sexo masculino o femenino, entre otras nociones.
Existe además el género neutro entre los artículos (lo, que sirve para sustantivar adjetivos y señalar conceptos abstractos: "lo profundo", "lo externo"), los pronombres personales en tercera persona del singular (ello, lo), los demostrativos (esto, eso, aquello), algunos pronombres indefinidos (algo, nada) y los adverbios cuantificadores (cuanto, cuánto, tanto). Los adjetivos con ellos deben concordarse en masculino singular, dado que no tienen marcas específicas para el género neutro.
Entre las otras capacidades contrastivas del género gramatical español figuran las siguientes:
- Masculino pequeño (anillo, cubo) - Femenino grande (anilla, cuba)
- Masculino humano (cosechador, impresor) - Femenino cosa (cosechadora, impresora)
- Masculino elogioso (gallo, zorro) - Femenino despectivo (gallina, zorra)
- Masculino individual (leño) - Femenino colectivo (leña)
El género en castellano puede ser vacilante: el mar, la mar. Algunas palabras, sobre todo denominaciones de animales, necesitan marcar el femenino sexual o el masculino sexual con las palabras macho o hembra: "águila macho", "águila hembra". Otras veces, la evolución de una palabra ha provocado su "cambio de género": la puente es ahora el puente, la reuma el reuma, etc....
[editar] El género en otras lenguas
En las lenguas en que existe el género neutro suele darse el contraste entre animado/no animado.
Por ejemplo, en ruso la flexión varía en acusativo y genitivo de los sustantivos masculinos no animados, mientras que es igual en los animados, . Así, автобус (avtobus, autobús), sustantivo masculino, hace el acusativo singular como автобус (avtobus), pero el genitivo como автобуса (avtobusa). Pero el sustantivo animado Борис (Boris) hace tanto el acusativo como el genitivo como Бориса (Borisa).
Las lenguas indoeuropeas tienen tradicionalmente tres casos: masculino, femenino y neutro, como el latín, el alemán o el ruso. Otros, como el castellano o el francés han perdido el neutro, pero lo conservan en el artículo para sustantivar adjetivos y en algunos pronombres. Asimismo, el ruso hace distinción en el masculino singular entre animado y no animado, y el polaco además hace esta misma distinción en masculino plural. Por su parte, en inglés el género no rige ninguna flexión en adjetivos o determinantes, pero sí en los pronombres, de manera que se pueden deducir los géneros de esa manera.
Otras lenguas tienen diferentes criterios de clasificación (género) para sus sustantivos. Así, la lengua australiana Dyirbal posee cuatro clases:
- I - objetos animados, hombres
- II - mujeres, agua, fuego, violencia
- III - frutas y verduras comestibles
- IV - todo lo demás
En navajo la clasificación, que afecta al verbo, se realiza por la consistencia, forma o el criterio [±animado] de los sustantivos.
[editar] Género y sexo
No se deben confundir los términos género y sexo. La clasificación de la clase nominal en masculino, femenino y neutro es engañosa, ya que se trata de una clase a la que pertenece un sustantivo, y para la cual rige o realiza en sí mismo una flexión en algún otro elemento gramatical (en castellano en determinantes, pronombres y adjetivos, en inglés sólo pronombres, etc).
A veces se usa la nomenclatura género natural (equivalente al sexo) para contrastar con género gramatical. En la frase Pedro es una visita muy molesta la palabra visita tiene género gramatical femenino y género natural masculino. El género no está basado en el sexo biológico (extragramatical), que sería masculino, sino en la clase a la que tal sustantivo pertenece, que es el género femenino.
El género natural de los objetos inanimados es neutro, pero en castellano su género gramatical debe necesariamente ser masculino o femenino.
El uso de la palabra género como sinónimo de sexo (p. ej. violencia de género) debe evitarse (la RAE no recoge el significado de género como el de sexo [1] y [2]).