Escuela cirenaica
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La escuela cirenaica fue una escuela filosófica fundada por Aristipo de Cirene, discípulo de Sócrates, en el siglo V a. C., emparentada con las escuelas megárica y cínica.
Los cirenaicos se ocuparon fundamentalmente de cuestiones de ética. En su opinión, el bien se identifica con el placer, aunque éste debe entenderse también como placer espiritual. La felicidad humana, según Aristipo, consiste en librarse de toda inquietud, siendo la vía para lograrlo la autarquía.
En teoría del conocimiento, los cirenaicos defendieron una posición sensualista (la única fuente de conocimiento son los sentidos) y subjetivista (no hay más conocimiento que el conocimiento individual).
Los seguidores de Aristipo prolongaron las enseñanzas de su maestro hasta el período helenístico. Filósofos como Teodoro el Ateo, Hegesias o Aníceris representaron una tendencia filosófica más que una "escuela" propiamente dicha. Cicerón y otros autores nos cuentan que las lecciones dadas por Hegesias en Alejandría fueron causa de tantos suicidios que Ptolomeo Lagos tuvo que prohibir su continuidad.
[editar] Aristipo
Discípulo señalado de Sócrates y predecesor de Epicuro, fue el fundador de la escuela de Cirene o cirenaica. Para ella, el casi único criterio de verdad se halla en las emociones internas. Y en cuanto al origen del conocimiento, debe buscárselo en la sensación.
En lo que concierne al supremo fin del hombre debo ser considerado como la felicidad, fundamentalmente nucleada en torno del placer.
Se lo tiene como hombre materialmente pudiente, con riquezas y fortuna que le posibilitaban el ejercicio de una vida acorde con el tenor de su filosofía. No admitiendo criterios diferenciales que no fueran los del placer, en lo que respecta al bien y al mal, buscaba únicamente los goces. Los datos biográficos presuntamente conservados estiman que en su casa arraigó su doctrina hedónica. Su hijo Arete, formó al nieto de Aristipo, en el marco del hedonismo.
En torno de la divinidad, la escuela abrazaba el ateísmo. Y precisamente a Teodoro de Cirene se lo recuerda como Teodoro, el "ateo".
Aristipo, como buen discípulo de Sócrates, no extremó los cambios en su pensar, dentro de la escuela.
Hegesias es contado entre los alumnos de la escuela cirenaica. Este pensador no debió de sentirse muy satisfecho con el hedonismo cirenaico. En donde, simulténeamente a la postulación del placer se remarcaban los males inherentes a la vida, y las ventajas y beneficios de la muerte.Remarquemos quep parece haberse recogido que el rey Ptolomeo-como antes señalamos- le prohibió hablar de estas cuestiones, porque como consecuencia del influjo de sus enseñanzas no eran pocos los que se suicidaban.(Tal es lo que refiere Cicerón, en Tusc.libro 1.,§34)
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