Biennio rosso
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El biennio rosso o en español bienio rojo, es una sucesión de eventos de los años de 1919-1920 en la historia de Italia, protagonizada principalmente por los consejos de fábrica. Se le llamao rojo debido a la masiva revuelta popular que se dio sobre todo en el norte de Italia. Estos consejos de fábrica se generalizan vertiginosamente por todo Turín constituyéndose en cada una de las fábricas de la ciudad. En abril de 1920, se desata un conflicto menor por cuestiones de horario que va a abrir las puertas al verdadero problema de fondo: el poder obrero en las fábricas.
Los obreros se lanzan a la huelga que se extiende rápidamente por toda la zona del Piamonte, involucrando un medio millón de ellos. A la cabeza de éstas se ponen los consejos obreros que organizan cada detalle y rubrican su funcionamiento al máximo como dirección del proceso. Esto avisoraba una situación pre-revolucionaria.
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[editar] Consejos de fábrica
En Turín, y en el norte de Italia el movimiento obrero empezó a crecer en torno a comisiones internas. La ciudad de Turín, edificada alrededor de grandes fábricas automotrices, era el centro industrial más importante de toda Italia y reunía la flor y nata de la clase obrera italiana. La fábrica automotriz FIAT de Turín vio el surgimiento, en agosto de 1919, del primer consejo de fábrica que abrió el período conocido en la historia como el bienio rojo italiano.
Los consejos eran organismos de autoorganización obrera que se componían de representantes, uno por cada 15 o 20 personas, elegidos por asambleas por sección de la planta y por todos los obreros, estuvieran o no afiliados al sindicato. Los administradores de sección de planta elegían entonces una comisión interna de mandato revocable. Esto era conocido como el consejo de la fábrica, una estructura de democracia directa practicada y propuesta por los anarcosindicalistas -aunque normalmente dentro de sus sindicatos-, y hoy a través de los consejos de voceros de los anarquistas modernos.
Sus funciones iban desde el control del personal técnico, el despido de empleados que se muestren enemigos de la clase obrera, al control de la producción de la empresa y de las operaciones financieras.
[editar] Inicios de los consejos
Antes de noviembre de 1918, estas comisiones se habían convertido en una edición nacional dentro del movimiento del sindicato y antes del febrero de 1919, la Federación Italiana de Trabajadores del Metal (FIOM) ganó un contrato para permitir a las comisiones en sus lugares de trabajo. Entonces intentaron transformar a estas comisiones en consejos con una función directiva. Antes de mayo de 1919, los consejos “se convertieron en la fuerza dominante dentro de la industria metalúrgica y los sindicatos (convencionales) estaban en peligro de convetirse en unidades administrativas marginales” según Carl Levy (en su libro "Gramsci y los anarquistas"). Así describió el marxista heterodoxo Antonio Gramsci la originalidad de los consejos:
[...] la única institución proletaria que, por nacer precisamente allí donde no subsisten las relaciones políticas de ciudadano a ciudadano, allí donde no existe para la clase obrera ni libertad ni democracia, sino sólo las relaciones económicas de explotador a explotado, de opresor a oprimido, representa el esfuerzo perenne de liberación que la clase obrera realiza por sí misma [...]
Aunque estos hechos sucedieron en gran parte en Turín, esta militancia recorrió Italia con campesinos y trabajadores que tomaban fábricas y tierra. En Liguria, por ejemplo, después de que una interrupción en la paga, los trabajadores del metal y de la construcción naval ocuparon y dirigieron sus plantas por cuatro días.
Durante este período, la Unión Sindical Italiana (USI) se incrementó a 800.000 miembros y la influencia de la Unión Anarquista Italiana (20.000 miembros más Umanità Nova, su diario) creció por consiguiente. El marxista y reportero galés, Gwyn Williams dice claramente en su libro "Orden proletario" (pg. 194-195):
[...] anarquistas y sindicalistas revolucionarios eran el más importante [...] grupo revolucionario a la izquierda […] El rasgo más saliente en la historia del anarquismo y sindicalismo en 1919-1920 fue el rápido crecimiento [...] Los sindicalistas sobre todo captaron la opinión de la clase obrera militante que el movimiento socialista inútilmente trataba de captar.
[editar] Ocupaciones de fábrica
La Cofindustria (organismo que agrupa a los industriales italianos) responde ante este ambiente con un intento de cierre masivo de fábricas que, ante el convulsivo escenario, encendió más la situación ya que miles de obreros se movilizan a lo largo y ancho de Italia ocupando sus fábricas y concentrando los medios de producción de los principales centros económicos en sus manos.
Los anarquistas fueron los primeros en sugerir tomarse los lugares de trabajo. El teórico y militante anarquista Errico Malatesta escribió en Umanità Nova en marzo de 1920:
(las) huelgas generales de protesta no afectan a nadie […] proponemos una idea: la toma de posesión de fábricas […] el método tiene ciertamente un futuro, porque corresponde a los últimos fines del movimiento de trabajadores
Los consejos de fábricas promueven la gestión obrera de la producción, como respuesta ofensiva al ataque de las patronales. La patronal exige al gobierno intervenir para frenar a los trabajadores, éste en cambio le sugiere cumplir con las regulaciones industriales ya existentes.
[...] los trabajadores pensaron que el momento estaba maduro para la toma de posesión de una vez para siempre de los medios de producción. Se armaron para su propia defensa [...] y comenzaron a organizar la producción por su propia cuenta [...] El derecho de propiedad fue de hecho abolido [...] era un nuevo régimen, una nueva forma de vida social que hacía su entrada. Y el gobierno se echó a un lado al sentirse impotente para ofrecer oposición.
Errico Malatesta, Vida e ideas, pg. 134
Los trabajadores ferroviarios se negaron a transportar tropas, los obreros se fueron en contra de las consignas de los sindicatos reformistas y los campesinos ocuparon tierras, aunque cabe señalar que el movimiento era casi exclusivo de los trabajadores industriales (cosa que se señalaría luego como una debilidad). Daniel Guérin da un resumen de la extensión del movimiento:
[...] la dirección de las fábricas [...] se llevaba a cabo por medio de comités de trabajadores técnicos y administrativos. La autogestión llegó lejos [...] La autogestión emitió su propio dinero [...] Se requería estricta autodisciplina [...] (y) una estrecha solidaridad se estableció entre las fábricas [...] (donde) las menas y el carbón se ponían en un fondo común y se repartían equitativamente.
El anarquismo, pg. 109
La burguesía, presa del pánico y del peligro de perderlo todo, firma un acuerdo en donde los trabajadores obtienen importantes ventajas reivindicativas y después de cuatro semanas de ocupación los trabajadores decidieron abandonar las fábricas. Esto fue debido a la actuación del Partido Socialista y de los sindicatos reformistas. Se opusieron al movimiento de ocupación y negociaron con el Estado por una vuelta a la "normalidad" a cambio de la promesa de aumentar legalmente el control por los trabajadores, en asociación con los jefes. Esta promesa no se mantuvo. La falta de organizaciones interfábrica independientes hizo que los obreros dependieran de los burócratas de las uniones sindicales para obtener información sobre lo que pasaba en otras ciudades, y usaron ese poder para aislar las fábricas y las ciudades entre sí.
[editar] Último intento
Gobierna un sentimiento de derrota entre la clase obrera italiana ya que el 27 de septiembre de 1920, se quita la autorización y se despide a los administradores de consejos, cosa que los trabajadores intentan bloquear con una paralización. Los patrones respondieron con un cierre, y con ayuda de miles de soldados del ejército del gobierno de Giovanni Giolitti, las fabricas son desalojadas y montó ametralladoras fuera de las fábricas. Las demandas de los jefes eran imponer otro contrato a la FIOM para modificar el control directivo. Estas demandas fueron dirigidas a destruir el sistema de consejos de fábrica y su modelo de asociación.
Los trabajadores de Turín respondieron con una huelga general en defensa de los consejos. Los trabajadores habían invitado a unirse a los sindicatos y a los partidos marxistas y socialistas, pero estos la rechazaron, y sólo los grupos anarcosindicalistas estaban dispuestos a actuar y la confederación local de la USI no podía proporcionar la infraestructura necesaria para un movimiento de ocupación totalmente coordinado. Después de dos semanas en huelga, los trabajadores decidían rendirse y el movimiento obrero manifiesta cabalmente sus límites para transformar la correlación de fuerzas. Al final, el control fue dado de nuevo a los jefes de las fábricas modificando las reglas de los contratos dando algunas concesiones legales pero suprimiendo definitivamente los consejos, con la ayuda de los grupos socialistas estadocéntricos, y arrestaron a muchos de los principales organizadores obreros y anarquistas.
[editar] Disputas y protagonistas
Las disputas dentro de la revuelta se dieron entre los sectores moderados del Partido Socialista Italiano que querían sólo lograr mejoras laborales, los sectores radicales del mismo partido liderados entre otros por Antonio Gramsci que estaban influenciados por la reciente revolución rusa de 1917 y que posteriormente fundarían el Partido Comunista Italiano, y los sectores de obreros y campesinos anarquistas entre los que se encontraba como líder y teórico sobresaliente Errico Malatesta así como el rol trascendental de la federación sindical Unione Sindacale Italiana (USI) de tendencia anarcosindicalista.
(sobre las fábricas ocupadas ondeaba) un bosque de banderas negras y rojas (puesto que) el consejo del movimiento de Turín era esencialmente anarcosindicalista [pg. 241]. (Las actividades de resistencia eran) ya directamente guiadas o indirectamente inspiradas por los anarcosindicalistas [pg. 193]
Gwyn Williams, Orden proletario
Otra figura importante en el movimiento fue Amadeo Bordiga quien se convertiría en teórico de la tendencia de izquierda comunista (tendencia posteriormente crítica de la linea del Comintern). Esta línea de pensamiento era contraria al leninismo y al estatismo.
[editar] Contexto y consecuencias
Similares eventos en otros países en el mismo período de tiempo como Alemania, Austria y Hungría en mucho también motivados por la exitosa reciente revolución rusa. La represión estatal y la división entre los sectores de socialistas terminaron con el movimiento. Las revueltas del biennio rosso motivaron a las clases dominantes italianas a apoyar a Benito Mussolini y a su movimiento fascista que terminara subiendo al poder en los años 1920s. El fascismo fue apoyado como prevención contrarrevolucionaria, lanzado como resultado de la fracasada revolución.