Yema de huevo
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Los huevos de gallina, (Gallus domesticus), son los huevos más ampliamente difundidos en la gastronomía. La yema constituye la célula huevo que originará, de estar fecundado, un nuevo organismo. La yema supone una reserva energética para el desarrollo del embrión.
[editar] Características nutricionales
Son altamente nutritivos. Proveen una gran cantidad de proteínas completas; la proteína del huevo, la ovoalbúmina, posee una elevada calidad proteica , y proporciona cantidades significativas de varias vitaminas y minerales, incluyendo vitamina A, riboflavina, ácido fólico, vitamina B6, vitamina B12, hierro, calcio, fósforo y potasio. Además, su bajo precio favorece la extensión de su consumo.
Toda la vitamina A, D y E del huevo están en la yema de huevo. El huevo es uno de los pocos alimentos que contienen de forma natural vitamina D. Una yema de huevo grande contiene aproximadamente 60 kcal, o 250 kJ; la clara de huevo contiene cerca de 15 kcal, o 60 KJ. Es común la creencia de que el excesivo consumo de huevo puede conducir a una hipercolesterolemia: últimamente se rechaza esta hipótesis, dado que el metabolismo del colesterol implicado en la regulación de la colesterolemia es endógeno, y no está especialmente influido por la ingesta de éste, aunque sí por las grasas saturadas que frecuentemente lo acompañan en estos alimentos.
Cabe destacar que la yema de huevo es el representante por excelencia de células de proporciones inmensas: y más aún en el caso de especies como la avestruz (Struthio camelus).
[editar] Otros usos
Cabe mencionar que la yema de huevo fue el emulsionante preferido desde la antigüedad y hasta mediados del siglo XIX para confeccionar las pinturas de temple o témpera, para esto se mezclaban homogéneamente los pigmentos molidos o pulverizados que daban los colores (óxido de cobalto para el azul etc.) en la yema de huevo hasta que ésta obtenía la coloración deseada, luego tal témpera se usaba casi inmediatamente en la pintura artística.