Tricotilomanía
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La Tricotilomanía, del griego thrix, trichós (cabello) y μανία (impulso, manía), es un hábito o comportamiento recurrente e irresistible dirigido a arrancarse el propio cabello o los vellos de distintas zonas del cuerpo, puede definirse como un trastorno de la conducta que puede llegar a manifestarse en un arrancamiento compulsivo del pelo, produciendo desde pequeñas pérdidas de cabello hasta alopecia severa.
El sujeto se arranca pelo a pelo, principalmente de la cabeza, aunque puede actuar también sobre distintas partes del cuerpo como cejas, pestañas, barba, axilas o vello púbico. No es un trastorno común y es largo de tratar, aunque sus efectos no suelen ir aparentemente más allá de los estéticos (calvas o zonas despobladas de pelo) y los sociales (derivados de mostrar en público los resultados del arrancamiento de pelo). También puede llegar a relacionarse con la Tricofagia que consiste en el hábito de mascar o ingerir el cabello, produciendo obstrucciones severas (tricobezoar) en el aparato digestivo.
La Tricotilomanía se considera un trastorno de control de impulsos. El punto es que la forma en que los sacan se asemeja a un rito. Estudios señalan que muchos adolescentes comienzan tocándose el pelo, para luego elegir el más grueso. Una vez que lo arrancan, lo miran y algunos incluso terminan comiéndose la raíz. A menudo, para que no los descubran, los enrollan y más tarde los tiran fuera de casa.
La Tricotilomanía se trata con fármacos y terapia psicológica. Pero una cosa es tomar medicamentos para no ser tan obsesivo, y la otra es desarmar el ritual que puede durar años. La literatura sobre los tratamientos psicológicos de la tricotilomanía sugiere que la terapia de conducta es eficaz para reudcir la urgencia y la frecuencia de arrancarse el cabello, tanto en niños como en adolescentes y adultos. El objetivo de la terapia es eliminar la conducta de arrancarse el pelo, a la vez que se fortalecen otras conductas incompatibles alternativas. Uno de los procedimientos terapéuticos utilizados para hacer frente a este problema es el entrenamiento en cambio de hábito desarrollado por Azrin y Nunn (1973, 1978). Aunque consta de trece componentes, consiste, básicamente, en incrementar la conciencia de la persona en cada una de las apariciones del hábito y controlarlo con una conducta incompatible con él (Carrasco, 1995).
La Tricotilomanía no está considerada un trastorno muy común. Son pocos los casos que se conocen, aunque puede llegar a afectar a una de cada veinticinco personas. Quienes la padecen experimentan una necesidad casi obsesiva de arrancarse el pelo y advierten los expertos que, si no se controla a tiempo, puede convertirse en una enfermedad muy duradera. La parte más afectada suele ser la cabeza, las cejas, las pestañas y la barba, aunque también puede verse afectada cualquier zona pilosa del cuerpo.
Según explica el jefe de Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal, Jerónimo Sáiz, "en un 10% de los casos, la Tricotilomanía está relacionada con un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC )", y es que los enfermos llegan a arrancarse el pelo de manera casi irracional. "Lo que obliga a hacerlo es un impulso irresistible, y eso angustia", matiza.
Existe la posibilidad de que la Tricotilomanía se manifieste de manera aislada e individual respecto a otros trastornos, aunque es muy frecuente que se relacione con trastornos del estado de ánimo y trastornos de ansiedad.
Actividades sedentarias como ver la televisión, leer, escribir, hablar por teléfono o el momento antes de ir a dormir son situaciones que favorecen el desarrollo de la enfermedad, puesto que el paciente se enfrenta a ratos vacíos en los que "no hay nada que hacer".
La Sociedad Española de Dermatología y Psiquiatría subraya, por su parte, la asociación "manifiesta" entre el estrés emocional y la enfermedad física, derivada de hábitos compulsivos que alivian la tensión a través de la manipulación del cabello. "Los afectados quedan atrapados en pensamientos que no pueden controlar y se ven obligados a repetir ciertos comportamientos como el único medio de aliviar su tensión interna", señalan desde la Sociedad.