Tratado de Lunéville
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El Tratado de Lunéville se firmó el 9 de febrero de 1801 entre Francia y el Sacro Imperio Romano por José Bonaparte y Luis, Conde de Cobentzel, respectivamente.
El ejército austriaco había sido derrotado por Napoleón en la Batalla de Marengo el 14 de junio de 1800, y por Moreau en la Batalla de Hohenlinden el 3 de diciembre del mismo año. Forzados a pedir la paz, firmaron éste como uno más de una serie de tratados. Este tratado marcó el fin de la Segunda Coalición, y dejó a Inglaterra como única nación aún en guerra con Francia.
El tratado declaraba que «de ahora en adelante y por siempre, habría paz, amistad y buen entendimiento». El tratado requería al mismo tiempo de Austria el reforzamiento de las condiciones del anterior Tratado de Campo Formio (27 de octubre de 1797). Ciertos territorios austriacos en Alemania pasaron a manos francesas, al tiempo que el Emperador renunciaba a sus reclamaciones sobre el Sacro Imperio Romano. El control francés se extendió a la margen izquierda del Rin «en completa soberanía», mientras renunciaba a la posesión de los territorios al este del Rin. Las fronteras en disputa de Italia fueron definidas, y el Gran Ducado de la Toscana pasó a Francia, siendo compensado el Duque con posesiones alemanas. Los dos partícipes del tratado acordaron la independencia de las repúblicas de Baviera, Cisalpina, Helvética y Liguria.
Austria volvió a entrar en Guerra con Francia en las Guerras Napoleónicas, a partir de 1805.