Reinos de los burgundios
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Se conoce como reinos burgundios un período histórico de la Alta Edad Media en que el pueblo germánico de los burgundios alcanzó su auge gobernando en dos regiones históricas, Sapaudia y Burgundia, que comprendían un amplio territorio localizado al sureste de la actual Francia, el norte de Italia y casi toda Suiza.
Comienza, a principios del siglo V, con su establecimiento en la frontera de Rín, sigue en el año 443 con su reasentamiento dentro de los limites del Imperio Romano como pueblo foederati y finaliza en el año 534, casi un siglo después, cuando su independencia acaba tras su sometimiento a los francos.
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[editar] Origenes tribales de los Burgundios
Los burgundios fueron un pueblo de origen escandinavo, que tras un primer paso por las tierras del Vístula, se habían asentado en la zona próxima a Worms tras el asalto de las tribus germánicas de la frontera del Rín.
[editar] Reinos burgundios
- Contexto histórico: Alta Edad Media
[editar] Primer reino
La importancia del pueblo burgundio en los años finales del imperio era ya evidente. En 411, en Mainz, uno de sus reyes Gundicar (o Gundahario), en complicidad con el rey álano Goar, logró que Jovino, un senador galoromano, se sublevase contra Roma. Encabezó una revuelta apoyada por la nobleza gala, los alanos y los burgundios y se autoproclamó emperador de Occidente (411-413). Con la anuencia de ese emperador al que controlaba, Gundicar se instaló en la ribera izquierda del Rín, entre los ríos Lauter y Nahe, organizando su nuevo reino alrededor de la vieja colonia gala romanizada de «Borbetomagus» (actual Worms) como capital. Jovino, tras un cambio de alianzas, fue derrotado y ejecutado por los visigodos en el año 413, pero como condición para una nueva tregua con los burgundios, el emperador Honorio les entregó «oficialmente» las tierras ocupadas.[1]
Cuando el Imperio Romano se debilitó, autorizó a algunos pueblos germánicos a asentarse en su territorio como «foederati». Estos pueblos recibieron la tierra —sus tierras no formaban parte del dominio galo-romano— y una parte del impuesto sobre la renta a cambio de garantizar la seguridad del territorio. A pesar de ese nuevo estatus de foederati, los burgundios marcharon contra la Alta Galia romana (Gallia Belgica), lo que llevó al general y Magister Militum romano, Aecio a enviar contra ellos a mercenarios hunos, que terminaron invadiendo el reino del Rín en 437. Gundicar fue muerto en la batalla, junto con la mayoría de las tribus burgundias.[2]
La destrucción de «Borbetomagus» (Worms) y del reino burgundio por los hunos se convirtió en objeto de leyendas heroicas y es el origen del tema de los Nibelungos, luego incorporado en la saga del Cantar de los Nibelungos.
[editar] Asentamiento en Sapaudia y Burgundia
Por razones no citadas en las fuentes, en el año 443 a los burgundios se les concedió de nuevo, por segunda vez, la consideración de foederati. Aecio más que frenar el avance de los alamanes en la meseta suiza, quería asegurar algunos de los importantes pasos alpinos, como el Valais, y la conexión Rín-Ródano, que garantizaban la circulación entre la península itálica y la Galia y Germania. Al tiempo disponía de una reserva militar para controlar la Galia. Los burgundios fueron reasentados en dos regiones cercanas (Crónica Gallica 452):
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- la Sapaudia («pays des sapins», país de los ábetos), un área localizada algo más al sur del anterior asentamiento de los burgundios, al otro lado de la gran curva del Rín, en la parte meridional de la Maxima Sequanorum. Al este, curso abajo del Ródano, se encontraban los álanos, en torno a Lugdunum (hoy Lyon).[3] No corresponde con ninguna región actual y comprendería los cantones suizos de Ginebra, Vaud y Neuchâtel y las regiones francesas próximas («savoyardes»), en lo que sería el germen de la actual Saboya. Era un amplio territorio que se extendía desde la meseta del Aar hasta el Rín, delimitado geográficamente por el río Ain, el Ródano, el Lago Leman, el Jura y el río Aar y que incluía los lagos Morat, Neuchâtel y Leman y ciudades como Ginebra, Noviodunum (o «Colonia Iulia Equestris», actualmente Nyon), Avenches, Aventicum (antigua capital de la Helvetia) y Vindonissa (uno de los principales campamentos romanos que protegían antiguamente el limes del Rín y que había sido sede de la Legio XIII Gemina y la Legio XXI Rapax, y que en ese momento ya había sido abandonado y ocupado por la población civil y que corresponde con la actual Windisch).
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- la Burgundia, un área situada al noroeste de la anterior, en el valle del río Saona, en particular, alrededor de Dijon y «Augustodunum» (la fortaleza de Auguste, la actual Autun). Este área, en el que se asentó otra columna de burgundios, geográficamente no tiene que ver con la Borgoña actual, ya que cambiará mucho a lo largo de los años que seguirán, pero llegará a dar nombre a todo el reino.
Como los invasores fueron una minoría, no podían imponer su idioma, pero algo influyeron en el latín hablado por los habitantes de la zona. (Más adelante, una nueva ola de transformaciones lingüísticas condujo a la gradual desaparición de latín hablado que se transformara en diversos dialectos franco-provenzales que se designan con el término "patois". Esta transformación idiomatica se desarrollará entre los siglos V y el IX).
Un nuevo rey, Gondioc, presumiblemente hijo de Gundicar, parece haber reinado a la muerte de su padre.[4] En total, desde ese momento ocho reyes burgundios de la casa de Gundicar gobernaran el reino hasta que sea tomado definitivamente por los francos en 534.
[editar] Aspiraciones al Imperio
Como aliados de Roma en sus últimas décadas, los burgundios lucharon junto a Aecio y una confederación de visigodos y otros pueblos en la contienda que se libró contra Atila en la batalla de Chalons (también llamada Batalla de los Campos Cataláunicos) en el año 451. La alianza entre burgundios y visigodos parece haber sido fuerte, ya que Gondioc y su hermano Chilperico I también acompañaron en 455 a Teodorico II a Hispania para luchar contra los suevos (Jordanes, Getica, 231).
También en 455, una ambigua referencia —infidoque Tibi Burdundio ductu (Sidonio Apolinar en Panegyr. Avit. 442.)— implica a un inidentificado traidor líder burgundio en el asesinato del emperador Petronio Máximo, en el caos que precedió al saqueo de Roma por los vándalos. El patricio Ricimero fue también culpable; este evento marca la primera indicación de la relación entre los burgundios y Ricimero, el nuevo Magister militum y gobernante de facto del Imperio de Occidente en los años que siguieron. Para fortalecer alianzas, casó a una hermana suya con Gondioc, rey de los burgundios, y el hijo de ambos, Gundebaldo, crecerá bajo su tutela. (John Malalas, 374)
Los burgundios, aparentemente confiados en su creciente poder, negociaron en el 456 una expansión territorial y un nuevo reparto de poder con los los senadores locales romanos. (Marius de Avenches)
En 457, Ricimero derrocó a otro emperador, Avito, y situó a Mayoriano en el trono. Este nuevo emperador resultó inútil tanto para Ricimero como a los burgundios: al año de su ascensión, el general romano Ægidius, enviado por Mayoriano los despojó de las tierras que habían adquirido dos años antes y recuperó Lyon. Después de mostrar más signos de independencia, fue asesinado por Ricimero en 461 y ese mismo año, los burgundios, que seguían expandiéndose, recobraron Lyon, que pasó a ser una de las sedes de su reino (con Viena y Ginebra).
Algunos años más tarde, en 472, Ricimero —en ese momento yerno de Antemio, emperador de Occidente— se asoció con Gundebaldo para matar a su suegro; Gundebaldo decapitó al emperador (al parecer, personalmente). (Crónica Gallica 511; Juan de Antioquía, fr. 209; Jordanes, Getica, 239). Ricimero nombró entonces a un nuevo emperador, Olybrius, pero ambos murieron en unos meses, sorprendentemente de causas naturales. Gundebaldo parece haber sucedido a su tío como patricio y su nombramiento como magister militum le permitió ejercer como hacedor de emperadores, situando a Glicerio en el trono. (Marius de Avenches, Juan de Antioquía, fr. 209) En 473, a la muerte de su padre Gondioc, Gundebaldo dejó el cargo y volvió a Burgundia para heredar el trono junto con sus tres hermanos, siguiendo las costumbres hereditarias de los pueblos germánicos: Gundebaldo recibió la parte principal y estableció su sede en Lyon; Godegisilo, la fijó en Genava (Ginebra); Chilperico II en Valentia Julia; y Gundemaro II en Colonia Julia Vienna (Vienne). (Gregorio, II, 28), aunque en algún momento parece que los tres hermanos pudieron vivir todos en Ginebra y luego cambiaran de ciudad.
Al año siguiente, en 474, la influencia burgundia en el Imperio parece haber llegado a su fin: Glicerio fue depuesto en favor de un nuevo emperador, Julio Nepote, al que ya no controlaba Gundebaldo.
[editar] Unidad de los reinos burgundios
En esos años la pujanza romana se estaba debilitando y los burgundios habían ampliado significativamente su reino. Es probable que una alianza con los alamanes —que avalan la similitud en la organización del poder y un cierto sincretismo cultural[5] — les hubiera permitido su expansión conjunta en el dominio galo-romano después de la caída del Imperio. Sin embargo, la unificación de su territorio no era todavía evidente, ya que los burgundios habrían adoptado un modo de organización similar al del alamanes, con co-reinos en las principales ciudades ganadas a los galo-romanos, que además de las capitales ya citadas (Lyon, Vienne, Valence y Ginebra), incluirían Vindobona y «Vesontio» (la actual Besançon), posiblemente compartida con los alamanes.
La unidad si era clara, sin embargo, para el ejército burgundio en campaña, lo que fue favorable para realizar nuevas conquistas: por el sur, la Sapaudia llegó a la Provenza en luchas contra el reino visigodo, también un reino en plena constitución y con el que en el año 478, sellaron un acuerdo fijando la frontera en el Durance. La separación montañosa de la cordillera de los Alpes les aisló del reino de Odoacro en Italia (y después del reino ostrogodo que le sucedió).
El 4 de septiembre de 476, cuando el jefe hérulo Odoacro depuso al último emperador Rómulo Augústulo, finalizó el Imperio Romano de Occidente. En ese momento la Sapaudia puede considerarse ya un verdadero reino que se extendía a lo largo de todo el valle del Ródano hasta (Lyon), por el sur hasta la Provenza y los Alpes —ganaron el control total del Valais y los pasos alpinos—, y al este a casi toda Suiza.
Al norte, a finales del siglo V, los burgundios remontaron el Saona hasta alcanzar los territorios de otro de los pueblos foederati, los francos. Las tribus francas, rodeadas por otros pueblos invasores —sajones por el norte, alamanes por el este, burgundios por el sureste, y visigodos por el suroeste, Aquitania y a lo largo del Loira— se vieron forzadas a establecer entre ellas un pacto casi de supervivencia: los reinos francos surgidos de los Salios y unificados por Clodoveo trataron las amenazas de sus vecinos, una por una, al principio del siglo VI, hasta lograr imponerse a todos ellos.
[editar] Consolidación del reino: Segundo reino
De acuerdo con Gregorio de Tours, los años que siguieron al retorno de Gundebaldo a Burgundia vieron una sangrienta consolidación de su poder, [6] aunque esto es cuestionado por otros historiadores, como Bury, que señala problemas en gran parte de la cronología de los acontecimientos que relata Gregorio.[7]
Gundebaldo no se contentó con su parte y se volvió en contra de sus hermanos con la esperanza de convertirse en rey único. En el 486 mató a Gundemaro, aunque se sabe poco de este encuentro ya que no hay no hay menciones específicas en las fuentes. Siete años después, en 493, asesinó a su otro hermano Chilperico II, ahogó a su esposa y sus dos hijas fueron exiliadas: una de ellas, Crona, se convirtió en monja y la otra, Clotilde, se refugió con su tío Godegisilo. Este acordó en 493, en una de las alianzas matrimoniales tan queridas por los pueblos germánicos, de acuerdo con Gundebaldo, su matrimonio con el rey de los francos, Clodoveo I (ella haría posible la conocida conversión al catolicismo del rey franco).
Con las muertes de Gundemaro y Chilperico II, Gundebaldo se convirtió en rey único de Burgundia, manteniendo su hermano Godegisilo el gobierno de los los burgundios en Ginebra. En el año 494, Gundebaldo casó a su hijo Segismundo con Ariagne, una hija ilegitima del rey ostrogodo Teodorico el Grande —en ese entonces ya poderoso rey de Italia, que propiciaba este tipo de alianzas matrimoniales para convertirse de facto en rey de los pueblos germánicos—, sellando así una alianza que le permitirá extender su poder sobre el sudeste de la Galia (norte de la actual Italia, el oeste de Suiza, y el sudeste de Francia), logrando la enemistad de los francos. Hacia 499, su hermano Godegisilo parece haber pactado con Clodoveo I para derrocarlo del trono.
Hacia el 500, cuando Gundebaldo y Clodoveo fueron a la guerra y se enfrentaron en la Batalla de Dijon, Gundebaldo confiaba en que su hermano vendría con refuerzos y no en que se uniría a los francos. Juntas, las fuerzas de Godegisilo y Clodoveo aplastaron al ejército de Gundebaldo, aunque él logró huir, perseguido por Clodoveo, hasta Avignon. (Marius a. 500; Gregorio, II, 32) Gundebaldo se temió lo peor con el ejército de Clodoveo a sus puertas. Envió a a uno de sus hombres, llamado Aridio, para convencer a Clodoveo de que le repusiese en el trono a cambio de un tributo anual, petición a la que Clodoveo parece haber accedido. Gundebaldo, temporalmente confinado en Avignon, pudo volver a reconstruir su ejército y rompiendo el acuerdo con Clodoveo, sitió a su hermano Godegisilo en la ciudad de Vienne. Con el hambre, Godegisilo expulsó a la gente común de la ciudad y un indignado artesano, buscando venganza, se dirigió a Gundebaldo, que con su ayuda irrumpió en la ciudad por un acueducto. Godegisilo fue asesinado en el año 501 en una iglesia arriana junto con el obispo de la ciudad.
Tanto si Gundebaldo y Clodoveo reconciliaron sus diferencias, como si Gundebaldo se vio forzado a algún tipo de vasallaje por la anterior victoria de Clodoveo, Gundebaldo hizo la paz con los francos y aparece ya como único rey de los burgundios (por ejemplo, Gregorio, II, 33). En el año 507 los habría ayudado en la victoria sobre los visigodos de Alarico II, en la que los francos, tras cruzar el Loira hacia Tours, los enfrentaron en una llanura próxima a Poitiers en la Batalla de Vouillé. Convertido al catolicismo, Gundebaldo murió pacíficamente sucedido su hijo Segismundo en el 516. (También tuvo otro hijo: Gundemaro III, que sucedería a su hermano después de su muerte en el 524.)
[editar] La Caída del Segundo Reino
En un primer momento aliado de los francos y los ostrogodos, a Segismundo le costó mantener tales alianzas. La situación estalló en el año 522, cuando tras hacer contraido segundas nupcias con Constance, Segismundo hizo asesinar a su propio hijo Sigerico, tras acusarle de amparar un complot con su abuelo Teodorico aunque probablemente para eliminarle de la sucesión real. La muerte de ese nieto deterioró aún mas sus relaciones con los ostrogodos, ya en entredicho tras la conversión de Segismundo al catolicismo (los ostrogodos seguían siendo arrianos). La alianza entre burgundios y ostrogodos se vio suspendida y Teodorico ocupó el territorio entre el Durance y el Isère.
La guerra con los francos, conocida como Guerra de Burgundia (523-524), comenzó en ese año 523, a instancias de Clotilde, que vió llegado el momento de vengar la muerte se padre y tío. Sus tres hijos, Clodomiro, Childeberto I y Clotario I —ya reyes francos herederos a la muerte de su padre Clodoveo—, organizaron una expedición contra los burgundios. Segismundo los dirigió contra la invasión pero derrotado tuvo que huir para buscar refugio en la Abadía de Agaune (ahora Saint-Maurice en el Valais): se puso el hábito de monje y se escondió en una celda. Allí fue capturado por Clodomiro, que lo llevó como prisionero y garantía, una vez acabada la expedición, junto a su familia, a Orleans, su capital. Los tres hermanos regresaron a sus reinos, dejando algunas guarniciones en Burgundia.
El otro hermano de Segismundo, Gundomaro III, logró regresar triunfalmente a la cabeza de las tropas enviadas por su aliado y pariente, Teodorico el Grande, con el que logro rehacer su alianza, y recuperó Burgundia, hizo masacrar a las guarniciones dejadas por los francos y se proclamo rey.
Clodomiro, en Orleans, el 1 de mayo de 524 hizo entonces arrojar a un pozo a Segismundo y a sus dos hijos, Gisald y Gondebaud (Marius d'Avenches)[8] Luego, a la cabeza de las tropas francas, se embarcó en una segunda expedición contra los burgundios y los ostrogodos. Durante esa segunda expedición, el 25 de junio de ese mismo año, en la Batalla de Vézeronce, Clodomiro perdió la vida. Sus tres hijos fueron recogidos por su madre hasta que se casó con Clotario I, que los hizo matar, quedando vivo solo Clodoaldo, porque huyó. Este, mejor conocido con el nombre de Saint Cloud, se hizo abad de Nogent prefiriendo renunciar a su cabellera, símbolo de la realeza, antes que a la vida.
Los francos se retiraron de Burgundia en ese momento y dieron temporalmente la lucha por finalizada. Después de la muerte de Teodorico, en agosto de 526, los francos se volvieron contra los burgundios, de 526 a 532, cuando finalmente perdieron la Batalla de Autun y también, y para siempre, su independencia política. Teodeberto, rey de Reims, recibió el norte (Langres, Besançon, Autun, Chalon, Aventicum-Vindonissa, Octodurus); Childeberto, rey de Paris, el centro (Lyon, Mâcon, Vienne, Grenoble y quizás Ginebre y la Tarentaise); y Clotario, rey de Soissons, presumiblemente el sur hasta la Durance. Desde entonces, Burgundia formará parte de los reinos de la Dinastía Merovingia, y los mismos burgundios serán absorbidos también.
El nombre de los burgundios ha permanecido desde entonces asociado al área de la moderna de Francia que aún lleva su nombre: véase más adelante la historia de Borgoña. Entre los siglos VI y XX, sin embargo, los límites y las conexiones políticas de este ámbito han cambiado con frecuencia, y ninguno de esos cambios ha tenido nada que ver con el territorio original de los burgundios. El nombre borgoñes utilizado hoy y, en general, por los escritores de habla inglesa para referirse a los burgundíos, es de formación más tardía y se refiere más precisamente a los habitantes del territorio de Borgoña, el que sucedió a Burgundia y que recibe el nombre por el pueblo burgundio. Los descendientes de los burgundios hoy se encuentran principalmente entre las regiones francófonas de Suiza y las regiones vecinas de Francia.
[editar] Población y colonización del territorio
El tamaño de la población burgundia establecida en la Sapaudia en 443 ha sido ampliamente debatido, con muy diversas estimaciones. A partir de los aproximadamente 80.000 burgundios que llegaron a orillas del Rin en 370, de los 20.000 abatidos en 436 y los 3000 que habrían derrotado a los hunos en la orilla derecha del Rin, se infiere una gran población que habla de una ola de inmigración masiva.
La comparación con otras tribus bárbaras «foederati» instaladas en el Imperio o con otros pueblos germánicos da unas estimaciones más bajas, que van desde 25.000 (incluidos 5.000 guerreros) a una población entre 5-10.000 (con 1000 o 2000 guerreros). Por su parte, el estudio demográfico de los cementerios arroja una evaluación de toda la población del reino burgundio entre 300-500.000 habitantes (de los cuales alrededor de 80-100.000 estarían en la parte oriental suiza), repartidos en una área de aproximadamente 50-60.000 km2. Los burgundios representarían, según algunos autores, entre un tercio y una décima parte de la población de la Sapaudia, pero entre el 5-10% a menos del 1% de todo el reino.
Después de su establecimiento en Sapaudia en 443 y en la provincia de Lyonnaise en 457, las tropas burgundias probablemente fueron consideradas como «hospites» ("huéspedes"), en virtud de las disposiciones legales relativas al acantonamiento de las tropas romanas. Este sistema parece haber dado paso a continuación a la cesión de una parte de los ingresos fiscales, sin cambiar la propiedad de la tierra, y luego a una transferencia de bienes inmobiliarios, como queda reflejado en el modo de fijar el reparto definida por la «lex Burgundionum». Este reparto asignaba a los burgundios las dos terceras partes de tierra cultivable, un tercio de los esclavos y la mitad de las casas, granjas, jardines, bosques y pastos.
La extremadamente rápida integración de los burgundios y la ausencia de artesanado propio hace difícil su identificación en base a criterios arqueológicos, debiendo de considerarse indirectamente según el territorio donde ejercieron su soberanía —que cubriría unas 32 ciudades—, el aire cultural —manifestado sobre todo en las muestras de vida cotidiana, como en algunas costumbres y particularidades de la vestimenta romano-burgundia—, y finalmente en los propios asentamientos burgondios en sentido estricto, donde estaría el grueso de los grupos de inmigrantes. La evidencia arqueológica de estos asentamientos se encuentran especialmente en la zona de Ginebra y en el territorio de la Sapaudia.
Los elementos más característicos de su vestimenta son las fíbulas germánicas antiguas (fibulas encabezado por aves, fibules arqueadas), collares en hierro, pequeños pendientes. Además destacan por los espejos de metal de origen oriental y por los cráneos deformados artificialmente, que originalmente fue atribuido a los contactos que tuvieron con los hunos. El estudio de los cementerios de Sézegnin y de Monnet-la-Ville (Jura) mostró que los burgundios compartieron sus lugares de enterramiento con la población romana.
[editar] Las leyes burgundias
Los burgundios dejaron tres códigos legales, que se encuentran entre los primeros promulgados de cualquiera de las tribus germánicas. Durante el periodo de revueltas, en algún momento entre el 483-501, Gundebaldo comenzó a establecer la Lex Gundobada, promulgando aproximadamente la primera mitad, que se basaba en la Lex Visigothorum". (Drew, p. 1) A raíz de la consolidación de su poder, entre 501 y su muerte en 516, Gundebaldo publicó la segunda mitad de su ley, que era genuinamente más burgundia.
El «Liber Consitutionum sive Lex Gundobada» (Libro de la Constitución a raíz de la Ley de Gundobado), también conocida como la Lex Burgundionum, o más simplemente la Lex Gundobada o el Liber, se publicó en varias partes entre 483 y 516, principalmente por Gundebaldo, y también por su hijo, Segismundo. (Drew, p. 6-7) Es un registro del derecho consuetudinario burgundio y es un ejemplo típico de los códigos de derecho germánico de ese período. En particular, el Liber toma mucho prestado de la Lex Visigothorum (Drew, p. 6) y más tarde influyó en la Lex Ribuaria. (Rivers, p. 9) El Liber es una de las fuentes primarias para conocer la vida contemporánea burgundia, así como para la historia de sus reyes.
Al igual que muchas de las tribus germánicas, las tradiciones jurídicas burgundias permitían la aplicación de leyes distintas para distintas etnias. Así, además de la Lex Gundobada, Gundebaldo también emitió (o codificó) un conjunto de leyes para asuntos romanos del reino burgundio, la Lex Romana Burgundionum (El Derecho Romano de los burgundios).
Además de los códigos anteriores, el hijo de Gundebaldo, Segismundo, publicó más tarde la Prima Constitutio.
[editar] Cristianización
En algún momento de su estancia en las tierras orientales del Rin los burgundios habrían abandonando su politeísmo germánico y se habrían convertido al arrianismo como sus vecinos los gépidos. Esta forma de cristianismo resultaría una fuente de sospecha y desconfianza entre ellos y el entonces ya católico Imperio Romano de Occidente. Esas divisiones estaban, evidentemente, curadas o en curación hacia el año 500, como muestra Gundebaldo, uno de los últimos reyes burgundios, que mantenía una estrecha amistad personal con Avitus, el católico obispo de Vienne. Por otra parte, el hijo y sucesor de Gundebaldo, Segismundo, se convirtió ´le mismo en el año 515, fundó la abadía de Saint-Maurice d'Agaune, fortaleciendo así su conversión, y la de su pueblo —hay numerosas pruebas de ello, incluyendo l conversión de varias mujeres miembros destacados de la familia gobernante— después del Concilio de Nicea.
[editar] Bibliografía
Fuentes antiguas:
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- Amiano Marcelino. Res Gestarum Libri XXXI (llamada a menudo, simplemente, Historias), en 31 volumenes de los que los 13 primeros se han perdido. Es la obra más importante en latín del principal historiador romano que vivió y relató el proceso de decadencia y descomposición del Imperio Romano durante el siglo IV.
-
- Gregorio de Tours. Decem Libri Historiarum (Diez libros de historia, mejor conocida como Historia Francorum o Historia de los francos. Es la fuente contemporánea más importante para la historia de los merovingios.
- Chronica Gallica de l'année 511, antigua crónica de la que se conserva un único manuscrito del siglo XIII conservado en Madrid. «The Gallic Chronicle of 511: A New Critical Edition with a Brief Introduction», de R. Burgess, en R. W. Mathisen & D. Shantzer (dir.) Society and Culture in Late Antique Gaul: revisiting the sources, Aldershot, 2001 (pp. 85-100).
-
- Jordanes. Origen y hechos de los Godos (551) (llamada con frecuencia Getica, nombre que le diera Theodor Mommsen en 1882) (en latín: «De origine actibusque Getarum», o «De Getarum (Gothorum) Origine et Rebus Gestis», o «De Rebus Geticis»), que versa «sobre el origen y hechos de los Getae (godos) desde la antigüedad hasta nuestros días».
-
- Marius Aventicensis (o Marius de Avenches). Chronica. Comprende el periodo entre 455 y 581, y es una valiosa fuente sobre los Burgundios y los francos, especialmente sobre la segunda mitad del siglo VI, "and serves to correct the bias of Gregory of Tours against the Arians of Burgundy" (Wace). Disponible, con el original latino, en [1]
Fuentes modernas:
-
- Dalton, O.M. The History of the Franks, by Gregory of Tours. Oxford: The Clarendon Press, 1927.
- Drew, Katherine Fischer. The Burgundian Code. Philadelphia: University of Pennsylvania Press, 1972.
- Favrod, Justin, Les Burgondes. Un royaume oublié au cœur de l'Europe, Presses polytechniques et universitaires romandes, Lausanne, 2002 (ISBN 2-88074-596-9).
- Leguay, Jean-Pierre , L'Europe et les États barbares, Ve-VIIIe siècles, Saint-Étienne, Francia, 2002 (ISBN 2-7011-3254-1).
- Murray, Alexander Calder. From Roman to Merovingian Gaul. Broadview Press, 2000.
- Périn, P. & G. Duchet-Suchaux, Clovis et les Mérovingiens, P. Périn & G. Duchet-Suchaux, Paris, France, 2002 (ISBN 2-235-02321-5).
- Rivers, Theodore John. Laws of the Salian and Ripuarian Franks. Nueva York: AMS Press, 1986.
- Rouche, Michel, Clovis, éd. Fayard, 1996 (ISBN 2-213-59632-8).
- Shanzer, Danuta. ‘Dating the Baptism of Clovis.’ En Early Medieval Europe, volumen 7, páginas 29-57. Oxford: Blackwell Publishers Ltd, 1998.
- Shanzer, D. and I. Wood. Avitus of Vienne: Letters and Selected Prose. Traducido con introducción y notas. Liverpool: Liverpool University Press, 2002.
- Wood, Ian N. ‘Ethnicity and the Ethnogenesis of the Burgundians’. In Herwig Wolfram and Walter Pohl, editors, Typen der Ethnogenese unter besonderer Berücksichtigung der Bayern, volumen 1, páginas 53–69. Viena: Denkschriften der Österreichische Akademie der Wissenschaften, 1990.
[editar] Ver también
[editar] Notas y referencias
- Este artículo fue creado a partir de la traducción del artículo Royaumes burgondes de la Wikipedia en francés, bajo licencia GFDL.
- ↑ Prosper, a 386.
- ↑ Prosper; Chronica Gallica 452; Hidatio y Sidonio Apollinario.
- ↑ The Merovingian Kingdoms. Ian N. Wood, Harlow, Inglaterra: The Longman Group, 1994. Támbién Gregorio II, 9.
- ↑ The Burgundian Code, de Katherine Fischer Drew. Philadelphia: University of Pennsylvania Press, 1972, p. 1)
- ↑ Las excavaciones arqueológicas no pueden distinguir las huellas de los alamanes y de los burgundios a lo largo del Rin.
- ↑ Gregorio, II, 28. La cronología de Gregorio de los acontecimientos en torno a Clodoveo y Gundebaldo ha sido cuestionada por Bury, Shanzer, y Wood, entre otros. Gregorio fue un apologista de los francos, y comúnmente desacredita a los enemigos de Clodoveo atribuyendoles a ellos bastantes actos chocantes. Al igual que ocurre con Godegisilo, también comúnmente se refiere a la traición de los aliados de Clodoveo, cuando en realidad Clodoveo parece haber comprado una vez desconectado (por ejemplo, en el caso de los francos ripuarios).
- ↑ The Invasion of Europe by the Barbarians, de J.B. Bury. Londres: Macmillan and Co., 1928.
- ↑ «jeté dans un puits avec sa femme et ses enfants», dice la crónica del obispo Marius de Avenches.