Postrimerías
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Las cuatro Postrimerías son, según los catecismos de la Iglesia Católica, muerte, juicio, infierno y gloria: ni más ni menos que lo que espera después de la vida. Otros sustituyen en esta enumeración el juicio por el Purgatorio. Su inconografía ha inspirado a los artistas frecuentemente (Juan de Valdés Leal, por ejemplo) y a poetas y escritores, como Dante Alighieri y su Divina Comedia.
La Muerte física es, según el catolicismo, una consecuencia del pecado; termina con nuestra existencia mortal y nos pasa a la inmortal, como es el destino común de los hombres; tra tristeza y debe ser temida, aunque Cristo ha conquistado a la muerte y todos los que mueren en Cristo viviran con Él (Rom 6:5; 8; 8:17; 2Tim 2:11)
El Purgatorio es la purificación necesaria para el Paraíso y consiste en un estado intermedio de purificación en que hay diversos grados de expiación de pecados; puede ayudarse con la oración y es una agonía temporal.
El Infierno es el sitio donde el gusano no muere, preparado para el Diablo y sus ángeles, donde son el llanto y el crujir de dientes e imperan las tinieblas y el silencio de la ausencia de Dios; se lo compara a un abismo y a una prisión donde hay aflicción y tormento y se excluye de la presencia de Dios. El fuego del infierno es la retribución del pecado y el castigo por rechazar voluntariamente la gracia de Dios; ahí ya no es posible el arrepentimiento y no hay esperanza posible.
El Paraíso es el lugar donde habita Dios y de donde vino y a donde volvió Jesús. Es el hogar de la especie humana y Cristo nos conduce a él, pues es un lugar destinado a toda la humanidad que lo desee. No es fácil de lograr sin esfuerzo y también allí hay grados diversos de felicidad.
[editar] Enlaces externos
- Juan de Valdés Leal, Postrimerías de la vida humana (Enlace roto. Disponible en Internet Archive el historial y la última versión.)