Miguel Ángel Caballero Figún

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Miguel Ángel Caballero Figún, poeta y revolucionario. Nacido en Asunción un 3 de febrero de 1944, debió exiliarse con su familia a muy temprana edad, primero en Argentina y finalmente en Uruguay. Es triste comprobar a tantas décadas que hoy el camino del destierro sigue siendo el obligado destino de tantos compatriotas que no pueden vivir dignamente en su propia tierra. Poco ha cambiado el país desde los sombríos tiempos del dictador Higinio Morínigo, el primer tendota que sonó con el vitaliciado e intentó reeditar la dictadura perpetua, para caer del cargo sin atenuantes poco tiempo después de concluida la guerra civil de 1947, empujado por sus propios correligionarios.

Caballero Figún fue periodista, publicista, político, profesor de Historia y Literatura, músico y poeta. Incursionó en la política siendo aún adolescente, en Montevideo, integrando la coalición armada de febreristas y liberales conocida como Movimiento 14 de mayo, colaborando en su logística. De 1959 a 1962 militó en el comité regional del Partido Revolucionario Febrerista, del que su padre -el Dr. Miguel Ángel Caballero Ferreira- fue fundador.

En 1961 participó en la convención de dicha nucleación política celebrada en Corrientes, en la cual se designó presidente a Benigno Perrota. En mayo de 1965 contrajo nupcias con Concepción Mora Zorrilla de San Martín, uruguaya y nieta menor del "Poeta de la Patria" Juan Zorrilla de San Martín, madre de sus diez hijos y compañera de toda su vida.

En julio del 67, estando en Europa, toma clases de Economía Política y de Bolsa de Valores en Ginebra y Londres. De regreso se especializa en Seguros de Vida y funcionamiento de Fondos de Inversión en Montevideo y Buenos Aires. Por entonces colabora activamente en ayuda logística con el MLN (Tupamaros), durante la última época de la actuación armada de dicho movimiento, asumiendo costos y riesgos como pocos revolucionarios de los que abundan hoy , en los clubes de sociedad ,lo hicieron de verdad.

Ya de regreso en Paraguay, a mediados de la década de 1970, colaboró intensamente con la Organización Político Militar (OPM), último intento de derribar por las armas a la dictadura. Buena cantidad de militantes de ese movimiento, a quienes salvó la vida escondiendo en su casa en esos días difíciles, décadas más tarde accedieron a importantes cargos y ministerios. No tuvieron entonces remordimientos para dar la espalda al poeta que les abrió las puertas con inusual generosidad. Es que les resultó fácil olvidar la "lucha" cuando pudieron al fin acceder a las 4x4, el zoquete y elevarse al Olimpo del consumo suntuario que juraron combatir con las armas.

Miguel Ángel cultivó también la música, llegando a ser eximio guitarrista. Llegó a ofrecer conciertos de guitarra clásica como solista. Fue jefe de Redacción y director de "El Pueblo", además de fundador del semanario "La República", hostigado y clausurado por la dictadura de Stroessner.

Participó como catedrático en el Encuentro de Educadores de América Latina "Pedagogía 95" que tuvo lugar en La Habana, Cuba. Fue miembro del PEN Club, director de Cultura del Partido Revolucionario Febrerista y como periodista escribió para La Tribuna, ABC, Hoy, El Correo Comercial y los semanarios La Hoja, La Opinión y Tiempo 14.

Pero a pesar de toda su enciclopédica erudición, avasallante trayectoria y desbordante talento, Miguel Ángel debió pasar varias etapas de su vida, y en particular sus últimos años, conociendo la injusta humillación que la sociedad paraguaya y su infatuada comunidad artística reservan para quienes imponen a su obra el brillo de la genialidad y el sello inconfundible del compromiso. Al igual que José Asunción Flores y otros grandes creadores paraguayos, Caballero Figún fue condenado al ostracismo y la vejación ya en tiempos de "democracia", corroborando que el desprecio que los ricos y poderosos del Paraguay profesan por la cultura, es capaz de sobrevivir campantemente a cualquier régimen autoritario.