Manuel Herrera y Obes

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Manuel Herrera y Obes (Montevideo, 1806-1890), político y diplomático uruguayo, del partido colorado, uno de los prohombres de su partido y de los principales dirigentes del Gobierno de la Defensa, durante la Guerra Grande.

Hijo de Nicolás de Herrera y Consolación Obes, y padre de Julio Herrera y Obes, formó parte de la corriente familiar colorada de apellido Herrera, cuya trayectoria completa un siglo y medio de la historia uruguaya. Desde su juventud se vinculó al liderazgo de Fructuoso Rivera. Manuel Herrera y Obes también fue un hombre de letras, típicos representante de los “doctores”, estudió leyes y comenzó a actuar activamente en política durante el Sitio Grande (1843-1851), apoyado en sus vastos conocimientos y el prestigio de sus apellidos. Fue Juez de Comercio y Hacienda, miembro de la Asamblea de Notables y del Consejo de Estado, en agosto de 1847 el presidente del Gobierno de la Defensa.

Joaquín Suárez, lo nombró ministro de Relaciones Exteriores. Eran tiempos difíciles, en los que la intervención europea había permitido la subsistencia del Montevideo colorado y unitario amenazaba con un abrupto final y las autoridades gubernamentales en desairada posición. La gestión de Manuel de Herrera fue en esos días de fundamental importancia; participó de manera directa en la detención y expulsión de Rivera, su antiguo modelo y protector, lo que motivó una amarga queja escrita del caudillo, y desarrolló una nueva estrategia orientada a ganar la guerra basada en la “política americana”: en vez de depender de Francia y Gran Bretaña, procuró el apoyo de las fuerzas políticas del continente hostiles a Juan Manuel de Rosas y a sus proyectos expansivos.

Estimó que la fidelidad del caudillo entrerriano Justo José de Urquiza al “Restaurador” era débil, y realizó gestiones para lograr su cambio de actitud. Al mismo tiempo envió a Brasil como ministro diplomático a Andrés Lamas, con el expreso propósito de lograr una participación del Imperio de Brasil en la guerra del Río de la Plata. Esta política obtuvo el más rotundo éxito; Urquiza rompió con Rosas e invadió Uruguay para forzar el levantamiento del sitio y la desaparición política de Manuel Oribe, y el gobierno de Brasil envió una fuerza armada a Uruguay. Cierto que este apoyo no fue gratis, pues costó la firma de los tratados de 1851 y la pérdida de cualquier derecho de reclamación sobre el territorio de Misiones Orientales, además de otras servidumbres, pero el Gobierno de la Defensa ganó la guerra – pese a que el tratado de paz del 8 de octubre adoptó la fórmula que expresaba que no "hubo ni vencidos ni vencedores".

En 1850 sucede a Lorenzo Antonio Fernández en el rectorado de la Universidad de la República, el cual desempeñó hasta 1852 y posteriormente asume para un nuevo período entre 1854 y 1859. En agosto de 1851 se le concede el título de doctor en Derecho.

Durante la presidencia de Juan Francisco Giró luego de acabada la guerra grande fue nombrado Ministro de Hacienda, y dimitió en septiembre de 1853, después de la renuncia del presidente y la asunción del anticonstitucional Triunvirato (Rivera, Juan Antonio Lavalleja y Venancio Flores). Al ser designado Venancio Flores presidente constitucional por el resto de la legislatura, le ofreció a Manuel Herrera integrar el Tribunal de Justicia, pero este rehusó ante la falta de garantías legales. Aceptó, sin embargo, ser ministro de Hacienda y Relaciones Exteriores en el fugaz gobierno golpista presidido por Luis Lamas (1855), lo que lo desprestigió fuertemente.

En 1863 fue electo senador y actuó como “fusionista” durante los gobierno de Gabriel Antonio Pereira y Bernardo Prudencio Berro (con quien sostuvo una polémica periodística de altura sobre los caminos a seguir por Uruguay). Al producirse en 1865 la victoria de la Revolución de Venancio Flores iniciada en 1863, este lo nombró miembro de la Comisión Revisora del Código de Comercio en 1865 y del CC en 1867. Fue por dos veces ministro de Relaciones Exteriores con el presidente Lorenzo Batlle y realizó infructuosas gestiones de pacificación con los líderes blancos de la Revolución de las lanzas de 1870-1872. Mantuvo buenas relaciones con los gobiernos del “militarismo”, y Máximo Santos le ofreció el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores, que él rehusó inicialmente y terminó por aceptar. Fue luego designado primer presidente del Partido Colorado y electo senador en 1887. Cuando fallece en 1890, su hijo Julio Herrera y Obes, ocupaba la Presidencia del Uruguay.

Predecesor: Lorenzo Antonio Fernández	Rector de la UdelaR 1850 - 1852	Sucesor: Florentino Castellanos
Predecesor: Florentino Castellanos	Rector de la UdelaR 1854 - 1859	Sucesor: Fermín Ferreira