Luis Antonio de Borbón y Farnesio

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Luis Antonio de Borbón y Farnesio (Madrid, 25 de julio de 1727 – Arenas de San Pedro, Ávila, 7 de agosto de 1785), Infante de España, Cardenal, Arzobispo de Toledo y Sevilla, y Conde de Chinchón. Fue hijo de Felipe V, Rey de España y de su segunda esposa, Isabel de Farnesio.

Isabel de Farnesio, duquesa de Parma, era la segunda esposa del Rey Felipe V, que por tener dos hijos de un matrimonio anterior, no podía aspirar a que los hijos del segundo matrimonio reinaran en España. Por ese motivo, ella que como soberana de Parma tenía grandes influencias en Italia, consiguió para sus dos hijos mayores las coronas de Dos Sicilias (Carlos) y Parma (Felipe). El tercer y cuarto hijos varones (quinto y sexto de su esposo), no podía ya aspirar a corona alguna, por lo que al último, Luis, se le encaminó a la vida eclesiástica.

Sin embargo, nunca llegó a recibir las órdenes sagradas. En otras palabras, aunque fue Arzobispo y Cardenal, siempre fue seglar.

Con apenas ocho años de edad fue nombradoArzobispo de Toledo y de Sevilla y posteriormente Cardenal con el título de Santa María della Scala, cuya Iglesia en el Trastevere romano puede aún contemplarse.

Una vez que quedó viudo, Fernando VI comenzó a mostrar signos de desequilibrio. El Infante acompañaba al rey en Madrid primero y en Villaviciosa de Odón después, mientras la locura iba apoderándose de él. Isabel de Farnesio aguardaba acontecimientos en los palacios de La Granja y Riofrío.

Tras la muerte[1] de su medio-hermano, el rey Fernando VI, Luis pudo haberse convertido en Rey de España (Fernando VI falleció sin haber tenido hijos), pues el Tratado de Utrecht que reconocía el derecho al trono a la dinastía borbónica, disponía que solo los nacidos en España, podían ceñir la corona.

Y Carlos llevaba tanto tiempo reinando en las Dos Sicilias, que todos sus hijos nacieron allí sin derechos a suceder la corona española.

Se pretendía con estos pactos de familia, que una misma persona no pudiera ceñir a un tiempo las coronas de Francia y España, aún perteneciendo sus soberanos a la misma dinastía. No obstante, esta norma no tenía intención de impedir, y no impidió, que dos hermanos y un sobrino reinaran en Parma, Dos Sicilias y España a un tiempo.

Carlos cedió a su hijo menor Fernando el trono de Dos Sicilias, y con el resto de la familia regresó rápidamente a España para ceñirse la Corona.

El cardenal infante Don Luis, esperaba que su poderoso hermano el nuevo Rey, le permitiría abandonar sus cargos eclesiásticos (que dicho sea de paso le habían hecho riquísimo) y contraer matrimonio para llevar una vida sencilla. Venía aspirando a esta vida sencilla desde muchos años atrás. No sólo no le atraía la vida religiosa, sino que sentía ciertos escrúpulos pues era consciente que su vocación era otra. Fernando VII nunca le dispensó de su vida religiosa seguramente por no conservar suficiente razón para poder hacerlo.

Finalmente en 1754 el Rey le permitió abandonar la vida eclesiástica, si bien le puso varias condiciones. En primer lugar el Rey le designó esposa a Don Luis en la persona de Doña María Teresa de Vallabriga. En segundo lugar les desterró de la corte, y en tercer lugar despojó de todo tipo de honores y distinciones a los hijos que pudieran nacer de este matrimonio.

Estas condiciones se contienen en la llamada "Pragmática Sanción" que son las normas sobre matrimonios desiguales contraidos por miembros de la familia real española que han estado históricamente en vigor. Aunque la esposa no era de sangre real, el matrimonio se contrajo con consentimento y por orden del rey Carlos III.

El Infante si conservaba sus títulos y buena partes de sus rentas, y con su esposa inició una vida itinerante fuera de la corte, que por entonces radicaba en Madrid, El Escorial, Aranjuez y La Granja de San ildefonso. Vivió en lugares próximos a la sierra de Gredos, como Velada, Cadalso de los Vidrios o Arenas de San Pedro, dónde se hizo construir un Palacio.

El Infante adquirió a su hermano Felipe (que marchaba a reinar a Parma) el Condado de Chinchón, cuyos condes, importantes en Castilla en siglos anteriores y Virreyes del Perú, habíanse extinguido revirtiendo a la corona sus bienes y títulos que en esos casos podían venderse. El condado de Chinchón, además del castillo de dicha ciudad, incluia importantes extensiones de tierra, entre las que se incluian las de municipios como Chinchón, Morata de Tajuña, San Martin de la Vega, Colmenar de Oreja, Villaconejos, Villaviciosa de Odón o Boadilla del Monte, municipio este último que fue de la preferencia del Infante Conde de Chinchón, y donde encargó a Ventura Rodríguez la construcción del Palacio, fuente, huerta y jardines. Este palacio permitía al Infante mantener sus dos grandes aficiones: por un lado la caza, y por otro lado el cultivo de las letras y las ciencias, en suma una vida cultural que le hizo el primer mecenas de su tiempo.

El infante Luis fue gran aficionado al arte y la cultura, y patrocinó a músicos como Boccherini, arquitectos como Ventura Rodríguez y pintores como Francisco de Goya, Luis Paret y Alcázar, y Charles Joseph Flipart.

Fueron hijos del Infante y de Doña María Teresa (llamada "la infanta aragonesa")

• Luis María de Borbón y Vallabriga, XIV Conde de Chinchón y Arzobispo de Toledo.
• María Teresa de Borbón y Vallabriga, XV Condesa de Chinchón, esposa de Manuel de Godoy. Fue retratada por Goya (La condesa de Chinchón).
• María Luisa de Borbón y Vallabriga.

No obstante, aunque había conseguido una vida familiar inusual en aquellos tiempos el final de su vida no fue feliz. Su esposa le reprochaba el exilio en el que vivían. Y el Infante se temía que, como así fue, a su muerte el Rey ordenara separar a la familia, recluyendo a la viuda en Zaragoza, a las hijas en un Convento de Toledo, y al hijo poniéndole a disposición del Cardenal de Toledo, Lorenzana, quien hizo de él un buen sucesor.

Ni tan siquiera se respetaron sus deseos de que sus restos reposaran en su Palacio de Boadilla del Monte. Su cuerpo está enterrado en el Panteón de Infantes de El Escorial, con una curiosa corona de conde sobre su túmulo.

La viuda vivió sus últimos años en Zaragoza no del todo infeliz, manteniendo contacto con sus hijos, rodeada de sus paisanos y familiares y encerrada con la importante colección de arte reunida por su esposo. Ella misma está retratada por Francisco de Goya varias veces, y en la ciudad de Zaragoza se la recuerda con interés.

El hijo mayor, Don Luis, fue Arzobispo de Toledo y Cardenal como su padre, pero con verdadera vocación religiosa. De talante liberal, era el único miembro de la familia Borbón que quedó en España durante la guerra de la independencia. Por ese motivo, y por ser el Primado de España, fue presidente de la Regencia instaurada por las Cortes de Cádiz de 1808. La llegada de su primo Fernando VII supuso el final de su carrera política. Está enterrado en la catedral de Toledo, en la sacristía, en un mausoleo neoclásico meritorio de Valeriano Salvatierra.

La segunda hija, María Teresa, al convertirse en esposa de Manuel Godoy, fue la causante de la rehabilitación de sus hermanos, que recuperaron el apellido Borbón, y el tratamiento de Altezas Reales. Además, por renuncia de su hermano, recibió el título paterno de Condesa de Chinchón. En suma, su matrimonio permitió su salida del convento toledano donde se había recluido a las hermanas a la muerte de su padre sin otro motivo que incordiar a su madre. Ya como esposa de Godoy fue retratada, una vez más, por Francisco de Goya que al hacerlo firmó su obra maestra que puede contemplarse en el Museo del prado. Su vida fue desgraciada. Está enterrada en la Capilla del Palacio de Boadilla del Monte. Tuvo una hija llamada Carlota Godoy y Borbón.

La tercera hermana, María Luisa, casó con Don luis Melgarejo, duque de San Fernando de Quiroga. No tuvo sucesión. Está enterrada en la sacristía del Palacio de Boadilla del Monte, bajo una sepultura de mármol de Valeriano Savatierra.

Predecesor: Diego de Astorga y Céspedes

Arzobispo de Toledo 1735 - 1754

Sucesor: Luis Fernández de Córdoba