Indumentaria (Edad Moderna)
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[editar] Siglo XVI
El Renacimiento italiano de fines de la Edad Media, con sus ribetes de afeminación y sensualidad, fue decisivo para los trajes del siglo XVI, añadiéndose en los dos siguiente la fanfarronería o ampulosidad propia de la época. Lo característico del traje masculino del siglo XVI, hasta ya entrado el XVII consiste en el uso de los gregüescos o de grandes bullones sobre las calzas, desde la cintura hasta la mitad del muslo y el de otros bullones parecidos sobre los brazos. Unos y otros llevaban unos adornos de galones y de acuchilladas, que dejaban ver entre las aberturas del forro u otra pieza de color puesta por debajo, moda venida de Alemania con el Emperador Carlos V. Además, eran prendas de gente distinguida las golas o gorgueras rizadas, los ricos jubones, los gabanes amplios, el herreruelo o ferreruelo (capa corta y sin capucha), el birrete, el sombrero con plumas y los zapatos de punta roma y ancha.
Las mujeres también llevaban sus bullones y acuchillados pero en las mangas, y su gorguera rizada, además de las faldas y sobrefaldas, jubones y corpiños, capas o mantos rozagantes y su cofia para la cabeza.
[editar] Siglo XVII
El siglo XVII, se distinguió por la exageración de casi todas estas prendas y el abuso o prodigalidad de los encajes. Pero en España, se contuvo la corriente, merced a severas ordenaciones de Felipe IV. Desde su reinado, se convirtieron los gregüescos en anchos calzones hasta la rodilla y las calzas de punto quedaron en medias como las de ahora. El estrecho jubón se transformó en una prenda más holgada y con faldones cortos y la fastuosa gorguera se redujo a un cuello plano y horizontal, que se llamó golilla.
El traje femenino siguió, en cambio, participando en exceso de la exageración barroca, propia del siglo, con sus faldas ampulosas y sus jubones muy ceñidos.
[editar] Siglo XVIII
En el siglo XVIII destacan como prendas masculinas las casacas francesas y las chupas (casacas de inferior clase y algo estrechas), las chaquetillas, los calzones ajustados hasta la rodilla, las corbatas en vez de las golillas, las pelucas y los grandes sombreros. Mientras tanto, en las vestiduras femeninas continúa el mismo estilo que en el siglo anterior y se adopta el uso de las mantillas para la cabeza en España si bien apenas fue admitido por las damas formales hasta la época de Fernando VII.
[editar] Siglo XIX
Del siglo XIX son propios el frac, la levita y el pantalón, para los caballeros, además de otras prendas, hoy en uso y la mantilla de seda para las señoras españolas las cuales moderaron en dicho siglo el fausto y la fanfarronería de las demás prendas del vestido de los precedentes.
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