Fernando Ortiz (escultor)
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Fernando Ortiz, (Málaga; 1717 - 1771), escultor español y académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid) desde 1756.
[editar] Biografía
Es el escultor de mayor importancia de la capital malagueña durante el siglo XVIII. Nace en Málaga en una familia de artesanos, sin antecedentes familiares vinculados con la creación escultórica. De su infancia y juventud poco se conoce en la documentación histórica de la época. El artista inicia la actividad profesional destacada a partir de su matrimonio (1737) y adquiere un progresivo reconocimiento, en especial desde el año 1756 con su nombramiento de académico de mérito, por la sección de escultura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y de comisionado por el Palacio Real como experto en materiales pétreos, para la búsqueda e inspección de mármoles de las canteras andaluzas con destino a la construcción y decoración del edificio.
La formación artística malagueña de Fernando Ortiz estuvo vinculada a los talleres de las familias Zayas y Medina en los que adquiere el conocimiento técnico de la imaginería, talla, dorado y policromía y el lenguaje de los recursos expresivos y comunicativos del realismo barroco derivado de Pedro de Mena con las transformaciones e influencias estéticas del siglo XVIII.
Esta característica se aprecia en San Francisco de Asís (1738) del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, su primera obra conocida, obra que ha estado atribuida a Pedro de Mena hasta su reciente restauración que ha permitido conocer su firma y fecha. Su estilo personal evoluciona hacia unas formas italianizantes a partir de 1756, cuando trabaja temporalmente en Madrid en un relieve con destino al Palacio Real bajo las directrices del escultor Juan Domingo Olivieri. Su estilo italianizante y la barroca composición de sus esculturas se aprecia en el San José de la Catedral de Málaga, en la Inmaculada del Museo de Bellas Artes de Málaga y en el San Sebastián destruido de la iglesia de Teba (Málaga), que había estado atribuido a Nicolás Salzillo.
Sus clientes principales fueron, en el plano privado, los representantes del alto estamento eclesiástico y, en el institucional, la administración diocesana y las hermandades y cofradías.
Su actividad desbordó el límite provincial tallando para capilla de la Divina Pastora de Motril (Granada), antes iglesia de la orden capuchina, la Divina Pastora (1745-47); el relieve que representa a la Filosofía (1756) con destino al Palacio Real, una Virgen Dolorosa en Ceuta y la Virgen de la Merced (1766) de la iglesia de la Merced de Osuna.
En su producción artística vinculada a la Semana Santa de Málaga hemos de distinguir las esculturas producidas por el artista con el objetivo plástico de la manifestación procesional y aquellas otras imágenes concebidas para otra función e incorporadas a la actividad procesional en periodos históricos posteriores.
Los escribanos públicos y procuradores le encargaron en 1749 un grupo del Santo Sepulcro con urna y una serie de ángeles y una imagen de la Virgen Dolorosa para su cofradía de Nuestra Señora de las Angustias. Años después talla una imagen (1756) de gran calidad técnica y artística con la representación de Jesus en la Oración en el Huerto. Por esta época talla la cabeza y manos de la Dolorosa de Servitas. Estas imágenes son las únicas realizadas o adaptadas por Ortiz para su procesión por la ciudad.
Las obras adaptadas en el siglo XX a la función procesional y pertenecientes a la producción de Fernando Ortiz, al margen de las atribuciones existentes en torno a Pedro de Mena, son la antigua imagen de la Virgen de Soledad de la iglesia de San Pablo (1737-56), el Cristo y la Dolorosa de la Cofradía del Amor (1746-71), la Virgen de la Estrella (1756-71), y la Virgen de Consolación y Lágrimas, antes de sus transformaciones (1756-71). Aunque a veces atribuidas no son de su producción la actual Virgen de la Estrella, la Virgen de Gracia y Esperanza y de la Virgen de la Soledad de la hermandad del Santo Sepulcro.
Otras obras importantes de destacar son la cabeza de San Juan de Dios del Museo de Bellas Artes de Málaga, que había estado atribuido a Pedro de Mena, San Antonio Abad también en dicho museo y la Piedad de mármol de la fachada del Palacio Episcopal malagueño. Participó en el diseño de la imaginería de la catedral malagueña.