Estudios culturales
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Los estudios culturales combinan sociología, teoría literaria, teoría del cine y antropología cultural para estudiar fenómenos culturales en la actual sociedad industrial. Los investigadores en estudios culturales a menudo se concentran en las relaciones entre ideología, raza, clase social, tecnología y género.
Los estudios culturales se preocupan por el significado y las prácticas de cada día o la vida cotidiana. Las prácticas culturales comprenden las formas en que las personas hacen determinadas cosas, tales como ver la televisión, o comer fuera. También el uso de los artefactos, por ejemplo: las flechas de guerreros y cazadores durante milenios y otros vestigios o trazas en el habitat; otro ejemplo: 'líneas' de Nazca.
Ziauddin Sardar enumera las siguientes características de los estudios culturales en su libro Estudios culturales para todos (2005):
- Los estudios culturales examinan sus materias en términos de prácticas culturales y sus relaciones con el poder.
- Tienen el objetivo de comprender la cultura en toda su complejidad y analizan el contexto político y social, que es el lugar donde se manifiesta la cultura.
- Son tanto objeto de estudio como lugar de la crítica y la acción política.
- Tratan de reconciliar la división del conocimiento, para superar la fractura entre un conocimiento cultural "tácito" y otro "objetivo" (universal).
- Se comprometen con una evaluación de la sociedad moderna moral y con una línea de acción política radical.
Los estudiantes de Reino Unido y de EE. UU. desarrollaron versiones un tanto diferentes de los estudios culturales tras dar los primeros pasos en la materia, al final de los años de 1970. La escuela británica, bajo la influencia de Richard Hoggart, incluyó puntos de vista políticos, y crítica de la cultura popular, así como del 'capitalismo' cultura de masas; absorbió algunas de las ideas de la Escuela de Frankfurt acerca de las "industrias culturales". Esto surge en los escritos de las tempranas escuelas británicas. Sus influencias pueden verse en los trabajos de Raymond Williams, Stuart Hall y Paul Gilroy.
En contraste, la escuela norteamericana se preocupó más por la comprensión de las reacciones de la audiencia y sus usos cultura de masas. Los defensores de los estudios culturales norteamericanos escribieron sobre los aspectos liberadores de los receptores. Véase los textos de John Guillory. Este enfrentamiento entre escuelas ha perdido valor con el tiempo.
Algunas escuelas añaden un modelo marxista. El principal punto de este arcercamiento al marxismo ortodoxo se concentra en la "producción de significado". Este modelo asume una producción cultural masiva e identifica el poder como algo residente en esos artefactos culturales. Desde un punto de vista marxista, quienes controlan los significados de producción controlan una cultura.
Hay otras corrientes, como los estudios culturales feministas. Ellas critican la idea sencilla de un significado dominante, compartido por todos, para cualquier contenido cultural. Los no marxistas sugieren que hay diferentes formas de consumo cultural (artefactos).
Otro punto importante de la crítica habla de un consumidor pasivo. Algunos desafían esta idea, porque las personas leen, reciben e interpretan los textos culturales. Así, un consumidor puede apropiarse, rechazar, o retar el significado de un producto. En el contexto de los estudios culturales, la idea de texto no sólo incluye el lenguaje escrito, sino también películas, fotografía o moda: los textos en los estudios culturales abarcan todos los artefactos de la cultura. Del mismo modo, la disciplina amplía el concepto de cultura. Cultura incluye las artes tradicionales y las artes populares, pero también los significados y prácticas cotidianas. Las dos últimas son, de hecho, el principal objeto de análisis de los estudios culturales.