Diario Madrid
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El diario Madrid fue un periódico que se publicó en Madrid (España) entre 1939 y 1971.
Juan Pujol Martínez, que durante la Segunda República había dirigido el diario vespertino de orientación derechista Informaciones (propiedad de Juan March) y había sido diputado en las listas de la CEDA, optó y obtuvo una de las pocas licencias de apertura de periódicos que se concedieron tras el final de la Guerra Civil Española. En sus inicios, el diario Madrid, fue un periódico modesto, sin grandes aspiraciones y que llegó a alcanzar a finales de los años 50 una tirada de 60.000 ejemplares.
En 1962, la cabecera es adquirida por la sociedad Fomento de Actividades Culturales, Económicas y Sociales (FACES), integrada por diferentes corrientes afines al régimen franquista. En 1966, Rafael Calvo Serer, notable miembro del Opus Dei y partidario de Juan de Borbón, se hace con el control de la empresa editorial y nombra a Antonio Fontán director del periódico. Es en esa época cuando un excelente plantel de periodistas comienza a trabajar en la redacción del Diario Madrid: Miguel Ángel Aguilar, José Oneto, José Vicente de Juan o Alberto Mínguez.
A partir de ese momento, Madrid se convierte en un referente de las corrientes aperturistas que empezaban a despuntar en el crepúsculo de la dictadura. Se caracteriza por su independencia y la expresión de ideas propias con frecuencia muy críticas con el régimen. Comienzan también de manera tímida y sutil a reclamar una mayor apertura democrática y una mejor defensa de las libertades y los derechos individuales.
Esta nueva línea editorial le provocó graves dificultades con el Gobierno. Un artículo de Calvo Serer, publicado en 1968, en el que de manera indirecta y mediante una sutil comparación con Charles De Gaulle, demandaba la retirada del poder de Francisco Franco, dio lugar a la suspensión del diario durante dos meses.
Posteriormente, el 25 de noviembre de 1971, con la excusa de dificultades empresariales, el Gobierno procede a la cancelación del periódico y prohíbe su publicación. Pese a las batallas judiciales que se sucedieron, el diario se vio obligado a vender su patrimonio para hacer frente a las deudas contraídas, y el 24 de abril de 1972 se procedió a volar la sede del rotativo, en un acto simbólico que suponía dar por zanjada una de las primeras incursiones en el terreno de los principios democráticos durante los años de la dictadura.