Dámaso I
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Dámaso I |
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Nombre: | |
Nombre en latín: | Damasus I |
Comienzo del papado: | 1 de octubre de 366 |
Fin del papado: | 11 de diciembre de 383 |
Apodo: | |
Predecesor: | Liberio |
Sucesor: | Siricio |
Fecha de nacimiento: | ¿304? |
Lugar de nacimiento: | Roma |
Fecha fallecimiento: | 11 de diciembre de 383 |
Lugar de fallecimiento: | Roma |
Beatificación: | |
Canonización: | |
Festividad: | |
Santo patrón: | {{{Santo patrón}}} |
Dámaso I, 37º papa de la Iglesia Católica entre 366 y su muerte, en 384. En menos de veinte años de una intensa actividad consiguió restituir a la Iglesia de Roma su prestigio y su preeminencia. Su sucesor completaría su obra.
[editar] Vida
Aunque romano, su familia era de origen hispano (probablemente procedía de Gallaecia), había acompañado en su exilio al papa Liberio, cuando aún era diácono. Sin embargo cuando regresó con el papa a Roma, como muchos otros clérigos, se adhirió al antipapa Félix, para más tarde reconciliarse con Liberio.
La actitud de Liberio supuso un duro revés para el prestigio de la Iglesia de Roma. Su sucesor tendría que enderezar el rumbo y reafirmar su primacía sobre las demás comunidades cristianas. El 1 de octubre del año 366, Dámaso fue elegido obispo de Roma por mayoría de fieles y de eclesiásticos en la basílica de Lorenzo en Lucina. Una pequeña minoría encabezada por un tal Julio protestó y manifestó su desagrado mientras elegían a su oponente, Ursino, que aunque sólo había reunido unos cuantos votos se alzó contra él como antipapa. Dos años necesitaría Dámaso para imponerse en la contienda; los enfrentamientos entre ambos bandos cobraron tal violencia y fueron tan sangrientos que en una de aquellas batallas campales se recogieron 137 muertos en un solo día. Sus adversarios llegaron a acusarle de asesinato y Dámaso tuvo que defenderse ante un tribunal imperial.
El emperador Valentiniano I apoyó a Dámaso, que en el 378 fue absuelto, en tanto que Ursino desterrado. Y su proceso le dio ocasión de hacer precisar las relaciones entre la justicia civil y la jurisdicción eclesiástica. El Estado reconocía oficialmente a la Iglesia su competencia en materia de fe y de moral, pero asumiría la ejecución de las sentencias dictadas por el tribunal del obispo.
Tales vicisitudes no impidieron a Dámaso aprovechar todas y cada una de las oportunidades para afianzar la posición privilegiada de la Iglesia de Roma. Con ese objeto, se puso a la cabeza de todos los combates contra los herejes, empezando por los arrianos y siguiendo por los macedonianos y apolinaristas; igualmente se mantuvo enérgico frente al priscilianismo surgido en España. En 381 se negó a ratificar las decisiones del Segundo Concilio de Constantinopla en tanto que éste no declarara explícitamente que el patriarca de la nueva ciudad imperial en el Oriente no tendría nunca primacía sobre el obispo de Roma. Este concilio definió entre otras cosas, la divinidad del Espíritu Santo.
Dámaso I fue el primero en llamar Sede apostólica a la sede romana. Bajo su pontificado el latín llegó a ser la lengua oficial y obligatoria de la Iglesia. Mandó traer a Jerónimo a Roma y lo nombró secretario suyo. Después le dio instrucciones para que comenzara la traducción de la Biblia al latín. Esta traducción se conoce como la Vulgata que fue el texto ofical de las Sagradas Escrituras en la Iglesia por muchos siglos, si bien posteriormente se tuvieron que corregir numerosos errores de traducción.
Dámaso era un hombre brillante y culto, poeta, autor de célebres epitafios, aristócrata, acostumbrado al trato con las gentes, tenía éxito indudable entre lo que se podría llamar hoy la alta sociedad romana. Consciente de ello, se valía audazmente de su simpatía para obtener, de sus admiradores en especial, sustanciosos donativos. Afirmaba que un obispo o un sacerdote debía mostrar que pone su paternidad espiritual por encima de su paternidad carnal. Dámaso redactó, además, un tratado sobre la virginidad.
Tenía una gran devoción a los mártires. Realizó remodelaciones y reparaciones muy importantes en las catacumbas y compuso muchos epitafios en verso para las tumbas de los mártires. Dámaso restauró su propia iglesia (ahora iglesia de San Lorenzo en Dámaso) y la dotó con instalaciones para los archivos de la Iglesia Romana (vea Archivos Vaticanos ). Construyó la basílica de San Sebastián en la Via Apia (todavía visible) edificio de mármol conocido como "La Platonia" (Platona, pavimento de mármol) en honor al traslado temporal a ese lugar (año 258) de los cuerpos de los Santos Pedro y Pablo, y la decoró con una inscripción histórica importante (ver Northcote y Brownlow, Roma Subterránea). Dámaso construyó en el Vaticano un baptisterio en honor de San Pedro y gravó en el una de sus inscripciones característicamente artísticas (Carmen 36), todavía conservada en las criptas Vaticanas. Desecó esta zona subterránea para que los cuerpos que se enterraran allí (beati sepulcrum juxta Petri) no pudieran ser afectados por agua estancada o por inundaciones. Murió el 11 de diciembre de 383 y fue enterrado en una pequeña iglesia que había mandado construir con ese fin en la via Ardeatina, según el "Liber Pontificalis" junto a los restos de su madre, Lorenza y su hermana.
Predecesor: Liberio |
Papa 366-384 |
Sucesor: Siricio |
[editar] Fuentes
Enciclopedia Católica.