Cuesta de Moyano
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A comienzos del año 1925, un nutrido grupo de intelectuales, libreros y escritores se dirigió al Ayuntamiento de Madrid solicitando la reserva de un espacio para instalar una feria fija del libro. Se respondió afirmativamente destinando a ese fin la calle de Claudio Moyano, que comunica el Paseo del Prado con el parque del Retiro. Desde entonces, una treintena de casetas venden todo tipo de publicaciones.
Sin embargo este enclave sufrió un grave contratiempo en julio del año 2004 tras el incendio de una estación eléctrica en la vecina calle de Almadén. El suceso motivó el traslado de la misma a la Cuesta de Moyano, construyéndose la misma bajo la superficie. Las obras obligaron al traslado provisional de los libreros a unas casetas provisionales alineadas junto a la verja del Jardín Botánico. Pero esta circunstancia adversa se aprovechó para acometer una profunda remodelación de la Cuesta, que se prolongó durante más de dos años. El 19 de abril de 2007 se reabrió finalmente la Cuesta a los libreros y a los peatones, habiéndose eliminado la circulación de vehículos.
La caseta número 1 fue reservada para el Ayuntamiento con el fin de vender sus propias publicaciones. Desde ese día la cuesta está presidida por el monumento a Pío Baroja, uno de los promotores de la feria, trasladado desde su primitiva ubicación en el cercano parque del Retiro. En el otro extremo, junto al paseo de Recoletos, se levanta el monumento a Claudio Moyano.
Cae por la cuesta de Moyano un alegre carrito de hortalizas. Los puestos de libros de lance guardan, herméticamente, su botin inmenso de vanas ilusiones que fracasaron, ¡ay!, sin que nadie se enterase
Camilo José Cela, Viaje a la Alcarria (1948)
