Batalla de Montgisard
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Batalla de Montgisard | |||||||
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Parte de Cruzadas | |||||||
Representación de la batalla |
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Beligerantes | |||||||
Reino de Jerusalén | Ayubíes | ||||||
Comandantes | |||||||
Rey Balduino IV de Jerusalén, Maestre del Temple Eudes de Saint-Amand, Reinaldo de Chatillón, Jocelín III de Courtenay, Reinaldo de Sidón y Aubert,obispo de Belén |
Sultán Saladino | ||||||
Fuerzas en combate | |||||||
350 caballeros (80 de ellos templarios) y no más de 4.000 infantes | 27.000 hombres | ||||||
Bajas | |||||||
Desconocidas | Más de 15.000, sin contar la marcha de retirada, en la que murieron varios musulmanes de sed, perdiendo caballos, etc. |
Guerra Cruzado-Ayubí (1177 a 1187) |
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Montgisard - Jacob's Ford - Kerak - Cresson - Hattin - Jerusalén |
La Batalla de Montginsard fue un combate que tuvo lugar el 25 de noviembre de 1177 entre musulmanes al mando de Saladino y cristianos bajo las órdenes del rey leproso, Balduino IV de Jerusalén. El conflicto se produjo durante los últimos años del Reino Cristiano de Jerusalén, cuando Saladino amenazaba con invadir los estados francos en Siria.
[editar] Historia de la batalla
El Reino de Jerusalén se encontraba al borde de la invasión de los mamelucos y soldados musulmanes del Sultán Saladino, que comandaba un ejército de 27.000 hombres según Guillermo de Tiro. Y empezó la invasíón sobre los campos creyendo atacar un país sin defensores. Pero el joven rey Balduino IV reunió a todos los caballeros que le quedaban y se llevó la Vera Cruz. Primero fue a refugiarse a Ascalón.
El rey de Jerusalén llevaba consigo trescientos setenta y cinco caballeros, de los cuales ochentas eran templarios bajo las órdenes del maestre Eudes de Saint Amand, Reinaldo de Chatillon y Jocelín III de Courtenay, tío del rey; los hermanos Íbelin, Reinaldo de Sidón y Aubert, obispo de Belén, que llevaba la Vera Cruz. La infantería fue reclutada a toda prisa, incluyendo a los burgueses, era más numerosa que la caballería pero no superaba los cuatro mil hombres.
El ejército católico atacó por retaguardia al musulmán y de forma sorpresiva, lo que produjo una gran confusión en las filas del ejército de Saladino, quién se salvó de milagro, gracias a la abnegación de los mamelucos de su guardia personal, que murieron casi todos alrededor de él. Dicen las crónicas: "el joven rey, atacado por la lepra, superó todos los obstáculos y luchó con un gran valor, lo que dio también valor a sus hombres." El ejército de Saladino huyó en desbandada hacía Egipto, con enormes pérdidas, mientras el ejército cristiano era recibido triunfalmente en Jerusalén.
La victoria de Montginsard significó la supervivencia del Reino de Jerusalén hasta la muerte del rey Balduino IV.