Discusión:Ambrosio de Milán
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- "El nuevo prelado demostró muy pronto que estaba a la altura de su dignidad. Su vida, ya siempre sobria, se hizo ahora austera y penitente. Distribuyó a los pobres todo su dinero y se trazó un programa pastoral vastísimo, al cual se adaptó con gran actividad durante todo su pontificado. Uno de los rasgos más característicos de su actuación fue siempre la caridad para con los pobres, enfermos, moribundos, cautivos, viudas y huérfanos. Fundó hospitales y albergues."***************************************
Creo que esto corresponde más a "propaganda" cristiana que a la realidad. San Ambrosio era ante todo una especie de "diplomático" entre el gobierno Romano y el cristianismo. Hacía funciones administrativas y formaba parte de la Alta Sociedad romana, los altos cargos romanos le acogian en su casa y celebraban comidas en su honor. (Lo cual dista de ser una vida sobria, austera y penitente).
Creo que estamos mezclando la FABULA Cristiana de San Ambrosio y su vida efectiva. (Lo de las abejas,etc... suena más a fabulaciones que a hechos constatados).
Por eso preguntaba yo, cuando creaba el artículo... ¿Que tiene este hombre de Santo si hasta animó a las masas a MATAR Arrianos y consiguió inmunidad para la persecución religiosa?
Tienes razón en que hay que tratar de evitar "propagandas" sean del credo que sean, e intentar ceñirse a hechos históricos en vez de enumerar las virtudes de los personajes(para ello ya están los famosos libros de vida de santos). La objetividad e imparcialidad debe ser una máxima en una enciclopedia designada como libre.
Un hecho más o menos probado es que Ambrosio era muy apreciado por el pueblo antes de ser elegido Obispo, y que su elección pretendía contentar a Obispos Ortodoxos y Arrianos. Ambrosio destacó por su lucha contra otras corrientes cristianas, pero no estaba de acuerdo con las ejecuciones de los llamados "herejes". Su carácter conciliador en la fe se puede ver también en las buenas relaciones que mantenía con la Iglesia de Oriente.
La verdad es que la Iglesia de los Primeros Siglos no tenía un proceso de canonización como el que tenemos hoy en día nosotros. Sin embargo, el proceso era quizás mucho más sincero. Tan pronto Ambrosio de Milán murió, el Pueblo lo aclamó como Santo y veneró su memoria: el pueblo en eso, hay que decirlo, es sincero. No puede engañarse a una multitud que ha sido feligresa de un obispo durante toda una vida. Sobre lo de los hechos de sangre, traigo a la discusión el famoso asunto de la matanza de Tesalónica hecha por el Emperador Teodosio en que, en vista del derramamiento de sangre ocurrido, Ambrosio le negó la entrada a la Basílica de Milan y el Emperador hizo penitencia en la puerta. Además, junto con el Obispo San Martín de Tours amonestaron severamente a la multitud que asesinó a un maniqueo en Milán: ESA era la politica de Ambrosio frente a los herejes. Durante esta época, la lucha contra la herejía se lleva a cabo en sínodos y concilios. Son debates de teología, no cacerías de brujas.
Sobre la santidad del personaje prefiero no hablar, por que a mi entender lo que nos interesa de Ambrosio es su huella en la historia y no sus milagros. De todas maneras, viendo el proceso que sigue la Iglesia Católica para elevar a alguien al rango de Santo, te puedo decir que si hubiera sido directamente responsable de la muerte de alguien no estaría en los altares...
)) No estoy profundamente informado al respecto, pero algunos comentarios que me parecen claros: "Su vida, ya siempre sobria, se hizo ahora austera y penitente" es sin duda una forma propagandística de expresarse, al margen de la discutida veracidad de esta austeridad. Por otra parte, y sobre el último argumento expuesto antes que este, me parece innecesario hacer una lista de los hombres que la iglesia cuenta entre sus santos y que son directamente responsables de la muerte no de uno, sino de muchos hombres. Y cuando hablamos de directamente, lo estoy planteando en términos muy literales.
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“Hacía funciones administrativas y formaba parte de la Alta Sociedad romana, los altos cargos romanos le acogian en su casa y celebraban comidas en su honor. (Lo cual dista de ser una vida sobria, austera y penitente)”.
Sintomático: quejarse de falta de objetividad recurriendo al mismo expediente de emitir un juicio personal y de valor, como si no fuese ello una forma palmaria de (anti) propaganda…
De todos modos, no veo por qué (1) desempeñar funciones administrativas, (2) pertenecer a la clase alta, (3) ser recibido por personas que ocupaban altos cargos y (4) se agasajado con comidas en honor es incompatible con una vida sobria, austera y penitente.
En efecto, el autor de la objeción, por lo mismo que no lo aclara, supone a contrario que la sobriedad, austeridad y penitencia es incompatible con eso.
Ahora bien: si uno se tomase la pena, antes de hablar, de definir los conceptos, ya se echaría un poco de luz en la cuestión y podría deslindarse si esas virtudes condicen o no con aquello que se achaca a Ambrosio, y así determinar –por fin- si tenía o podía tener esas virtudes, a pesar de las razones del achaque.
Pues bien… a) si sobrio es la cualidad o virtud de ser moderado y templado; b) si austero es la cualidad o virtud de ser temperado y sencillo; y c) penitente es la cualidad o virtud consistente en dolerse de haber pecado junto al propósito de no volverlo a hacer (nociones todas tomadas del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española), se advierte claramente que no se ve por qué Ambrosio (o Juan, o Pedro, o Pepito) no podía ser moderado, templado, sencillo y dolerse de sus pecados Y desempeñar funciones administrativas, pertenecer a la clase alta, ser recibido por personas que ocupaban altos cargos o ser agasajado por otras personas…
Lo que le cabe bajo una formalidad no impide para nada lo que le corresponde según otra formalidad, como si fuese, por caso, absolutamente incompatible (o, al contrario, si debiese ser rigurosamente compatible) ser pelirrojo y hablar español…
Puede ser que el articulista de Ambrosio no haya sido lo más objetivo posible, y que por error haya deslizado lo que corresponde más a una opinión subjetiva; pero quien contesta la posición del articulista no es ni muchos menos tendencioso en el juicio que porta sobre Ambrosio.
Un error no se corrige con otro error, y menos con un prejuicio.
Ahora bien, sentado que una cosa no es incompatible con otra, tanto -como signifiqué- como no lo es ser pelirrojo, hablar español y vivir en Hong Kong, corresponderá en todo caso traer pruebas de que las virtudes que se le atribuyen existieron efectivamente en él.
Y si en el caso existieron, no habría que privarse de decirlo, como tampoco -prueba mediante- de que haya o hubiese fundado hospitales, orfelinatos o cualquier otra cosa. Eso -una vez más, probado- también corresponde a la objetividad de las cosas y de las personas y en modo alguno a la propaganda, porque lo que fue hecho, hecho está.
Agregar -por lo demás- la razón a la cual esa (u otra) obra responde, en modo alguno pertenece al reino de la propaganda, pues es claro que todo hombre hace algo por alguna causa y motivo. Y si ese motivo es conocido o puede conocerse (sea que haya sido declarado explícitamente, sea que razonablemente pueda suponerse o inferirse), eso también pertenece a las realidades objetivas de la historia, salvo -claro está- que se entienda a la historia como una colección de hechos mudos, nudos y desnudos, con una existencia y una realidad independiente de sus autores.
Sin embargo, como la historia es la disciplica que estudia y narra los acontecimentos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados (diccionario de la Real Academia de la Lengua Española), al estudio de los acontecimientos privados de Ambrosio (es decir, a su historia) no pueden ser ajenas las causas, porque el conocimiento, como dice el Filósofo, es por las causas (el conocimiento como "resultado" mental se reduce, en última instancia, a la atribución de una causa a cierto efecto, y ésto, tanto en el caso de las realidades físicas, como en la matemática... caso de una fórmula en que tengo uno de dos presupuestos más el resultado, debiendo despejar el segundo de los datos, como en la lógica... en que se llama "causa" a las premisas que "generan" la conclusión... y así en toda otra).
Y por eso, no habría inconveniente alguno ni sería propagandístico decir que fundó -prueba mediante- hospitales y orfelinatos por causa de caridad, tanto como no sería falso decir que Platón fundó el Liceo, y Aritóteles la Academia, por causa de querer enseñar, o lo que es lo mismo, por amor a la sabiduría.
Ahora, si afirmar que estos filósofos hicieron esto por esa causa (lo cual no declararon, pero que se infiere claramente) es hacerles propaganda...