Usuario:Yenney Rossi
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GIROLAMO SEGATO
Más que un discipulo Girolamo Segato es un continuador del arte del conde Giovanni Battista Negroni. En realidad, sus experimentos en petrificación y esos del Príncipe fueron superados por aquellos de Girolamo Segato , nació en Vedana, cerca de Belluno, en 1792 y murió en Florencia en 1836.
Girolamo tiene éxito para petrificar cada tejido humano, también separadamente tipo por tipo, ya sea manteniendo los colores originales de la flexibilidad primitiva. También se lleva el propio secreto a la tumba, dejando sin embargo en Florencia 214 miembros humanos preparados con su método. Segato es un célebre naturalista y preparador anatómico que estudia química y minerología con el pofesor Tommaso Catullo; recolecta muchos fósiles y conchas en los montes de Marca Feltrina; inventa un método para separar las conchas sin romperlas, pero no encontrando fortuna y fama, como cree merecerlo, se va para Egipto en 1820, siguiendo al ejército del virrey a la conquista de Senaar. Junto a la segunda catarata del Nilo se dirige alrededor del grande desierto con un solo criado, poco pan, pocos dátiles y algún odre de agua y así marcha por ocho días estudiando el célebre fenómeno llamado trompa terrestre.
Animosamente desciende en el hueco abierto de ese meteoro para observar que tanto contiene bajo la arena y, después de haber buscado tanto, encuentra momias enteras de hombres y animales todas petrificadas. Aquí es el germen de su celebre encuentro, porque, dispuesto en ànimo de imitar esas petrificaciones que la naturaleza opera en el curso de los siglos, con agudísimo ingenio y férrea constancia llega a descubrir su método de petrificación de cuerpos no sólo enteros , sino separadamente de todas las partes de las cuales son compuestas; cutis, musculos, nervios, grasa, sangre, intestinos, y todo en resumidas cuentas cubre el portentoso cambio manteniendo los colores originales, no sólo formas y caractéres , pero también conservando la flexibilidad que cada miembro tiene cuando está vivo. Se conservan en Florencia muchas de sus maravillosas preparaciones, dentro de las cuales está una mesa que parece estar hecha de piedras ordenadas y brillantes, como a decir de granito, sardónicos, cornalina y similares: esta mesa está en cambio formada de miembros humanos. Este trabajo se compone de 214 trozos preparados por Segato con su nuevo método. Pero regresando a sus viajes, saliendo del desierto se encamina hacia el Nilo.
Junto a la pirámide de Abuyr, después de grandes penurias y fatigas penetra en el más profundo seno de ese monumento, y se quedan por seis días continuos investigando dentro de esas cerradas cavernas. Regresa al Cairo con un aspecto más lastimoso que humano, débil por una enfermedad contraída en el fondo de esa pirámide, así cambiado, en resumidas cuentas, deforme que incluso los mismos amigos no podían reconocerlo. Entonces siente la necesidad de regresar a la suavidad del clima italiano. Habiéndose establecido en Florencia, comienza a ordenar los diseños que tenía ejecutados de los antiguos monumentos egipcios, pero un ladrón le sustrae esa valiosa colección. Excelente diseñador y grabador de mapas geográficos, se da a esos trabajos de los cuales deja un valioso estudio de su celebre mapa de la África meridional y del imperio de Marruecos publicada en Florencia en la cual anota esmeradamente también los últimos descubrimientos hechos hacia el centro de África.
Reduce a forma más concisa el gran mapa topográfico de la Toscana del Inghirami. Mientras tanto se habla mucho de sus estupendas preparaciones anatómicas. Los más ilustres químicos lo han alabado y parece buen tiempo en el que él debe recoger el premio de su valiosa fatiga, pero o por envidia, o por vieja herrumbre de prejuicios, o tal vez por una tal modestia, no puede o no quiere explicarle al mundo su técnica de petrificación para poner en claro su verdadero mérito; se agrega a esto que una lenta enfermedad sin pose le desgasta la vida. Es Segato el hombre de costumbres de tomarlas como ejemplo y con él descansa en la tumba el método que descubrió de la preparación anatómica. A tal mérito se puede consultar su Elogio escrito por el abogado Luigi Pellegrini en Florencia en 1836. Hasta el presente se práctica la momificación de cadáveres de pequeños animales y de otras substancias orgánicas poniéndolas para uso interno en pequeñas pirámides. El resultado es ciertamente una momificación, pero de nivel infinitesimal y de ínfimo valor a esa obtenida con el método de Segato.
