Rafael García Herreros
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Rafael García Herreros (Cúcuta, 1909–Bogotá, 1992) fue un sacerdote eudista colombiano fundador del Minuto de Dios.
Rafael García Herreros nació en Cúcuta, el 17 de enero de 1909, hijo del General Julio César García Herreros Orbegozo y de doña María Unda Pérez. En 1923, a la edad de 14 años, ingresó al Seminario Conciliar de Pamplona, donde terminaría sus estudios en noviembre de 1927. En 1928 fue invitado a ingresar a la Congregación de Jesús y María, fundada por San Juan Eudes; comunidad a la que ingresó el 7 de febrero de 1932. En los años siguientes y hasta 1943, García Herreros estudió filosofía, latín, griego, inglés, ciencia, historia, eclesiástica, exégesis de la Biblia, teología, dogma, moral, hermenéutica, derecho canónico, hebreo, arte, literatura, ascética y pedagogía.
Rafael García Herreros fue ordenado diácono el 19 de agosto de 1934. En sus primeros años de sacerdocio se dedicó a la formación de sacerdotes en varios seminarios de Colombia. Finalmente en 1950 se trasladó a la Casa General de los Eudistas en Roma.
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[editar] El programa del Minuto de Dios
García Herreros inicia en 1946, en la emisora Radio Fuentes de Cartagena, el programa de la Hora Católica, que mantendría por los próximos cuatro años antes de trasladarse a Roma. El progama, que tenía espacios para la música, la oración y la enseñanza, se trasladaría luego a Cali, a Medellín y finalmente a Bogotá.
En 1955, un año después de la fundación de la televisión en Colombia, se inicia la transmisión de un espacio diario en la televisión: El Minuto de Dios. Considerado hoy como el programa más antiguo de la televisión en este país.
La escenografía del programa se hizo pronto muy familiar entre los colombianos. Una cruz de madera con el travesaño inclinado, tras la imagen de García Herreros, quien en los últimos años vestía una ruana sobre su sotana, o de sus invitados ocasionales. También se hizo familiar la frase con la que cerraba diariamente este espacio de un minuto: « Dios Mío, en tus manos colocamos este día que ya pasó y la noche que llega.»
El programa se ha seguido transmitiendo tras la muerte, en 1992, de Rafael García Herreros, manteniendo la misma escenografía y la misma oración al final. En 2005, el programa cumplió 50 años de transmisión ininterrumpida.
Este programa sirvió de plataforma para impulsar la labor social de García Herreros y permitió la difusión de inquietudes sociales y cristianas a través de los medios de comunicación.
[editar] La Corporación Minuto de Dios
Una de las primeras inquietudes que García Herreros canalizó a través de su programa de televisión fue la de construcción de viviendas para los más pobres de Colombia. En 1961, García Herreros convocó el primer Banquete del Millón, con el objetivo de recoger fondos para construir soluciones de vivienda.
De iniciativas como esta surge el barrio Minuto de Dios, que ha sido considerado un arquetipo de la ciudadela integral, alrededor de la escuela que fundara antes en 1957. Finalmente los esfuerzos se centran en la fundación de la Corporación del Minuto de Dios, que se ha dedicado, no sólo a la construcción de comunidades, sino también a la atención de las poblaciones vulnerables de Colombia.
[editar] García Herreros y la Renovación Carismática
Menos conocido ha sido el papel de Rafael García Herreros como promotor de la corriente de espiritualidad conocida como Renovación Carismática Católica en Colombia y América Latina. Se sabe que invitó de los años 60 a algunos predicadores protestantes de la Iglesia Bautista de los Estados Unidos, para que orientaran la formación de los primeros grupos de oración, propios de dicha corriente religiosa. Además, este sacerdote se dio a la tarea de crear diversas organizaciones que bajo el nombre de "Minuto de Dios" promovieran la renovación carismática, a través de la realización de multitudinarias eucaristías y congresos de adoración y alabanza, conciertos de música religiosa, seminarios de iniciación y seguimiento, escuelas de formación para laicos, programas en radio y televisión y publicaciones de diverso tipo. Tras su muerte, varios sacerdotes de su comunidad religiosa, han continuado con esta misión de evangelización.