Novela policial
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La novela policial, también novela policíaca o novela detectivesca es una clase de textos o subgénero dentro de la novela, que es a su vez un subgénero de la épica o narrativa. Su principal móvil lo constituye la resolución de un enigma, que es generalmente de tipo criminal. Por tanto, se trata de una estructura novelística cerrada. Durante el transcurso de la historia se descubre al culpable y su forma de realizar el crimen. El protagonista, un policía o detective, resuelve el caso usando la razón (siglos XVIII - XIX), basándose en la indagación y observación, o usando la intuición , los sentimientos y la deducción (siglos XX - XXI).
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[editar] Características
La novela policial que comenzó siendo un enigma que se proponía al lector, un desafío a su imaginación y su capacidad deductiva, con el paso de los años el género fue evolucionando hacia formas mucho más complejas que atañen a la descripción de la sociedad en general, sus partes más oscuras, y los tipos de personas que prosperan en esos ambientes.
Durante el siglo XIX, el detective de estas novelas hizo triunfar la razón por sobre todo, además de demostrar la seguridad y tranquilidad de poseer el mundo. La figura del detective privado nace como una crítica a la policía institucional del estado, ya que se consideraba que había fracasado con sus responsabilidades.
La novela policial se acerca a la naturaleza humana de una manera mucho más cruda que otros géneros, mostrando la parte amarga tanto de las personas como de las sociedades. El detective, que empezó siendo un personaje burgués, elegante y ocioso (policial inglés), fue evolucionando hacia el tipo duro que buceaba en la inmundicia de su tiempo (policial estadounidense o negro). Mientras al principio sólo se mostraban los hechos y las investigaciones del detective, luego se fue poniendo mayor énfasis en la vida y motivaciones del delincuente y las raíces socioculturales de la delincuencia.
La novela negra evolucionó y se vulgarizó gracias a su éxito en colecciones populares hacia el subgénero del [[Thriller (género)|thriller]], donde se mezcla de novela policíacas y la novela de aventuras. Hay tiras cómicas como ésta en todo el manga de Detective Conan diseñado por el renombrado de mangaka Gosho Aoyama
(1829), con la Policía Metropolitana en Scotland Yard. En esos años también se prohibió la tortura para la confesión de los criminales y comenzó a buscarse indicios para que un sospechoso confesara su culpabilidad.
[editar] Padres del género
Puede decirse que el creador de la novela policíaca es el estadounidense Edgar Allan Poe, en sus cuentos Los crímenes de la calle Morgue (1841), El misterio de Marie Rogêt (1842-1843), La carta robada (1844) y El escarabajo de oro (1843). Los tres primeros fueron protagonizadas por Auguste Dupin, el primer detective de ficción, que sirvió de modelo a uno de los personajes arquetípicos del género, el detective Sherlock Holmes de sir Arthur Conan Doyle, quien considera dos aspectos al resolver un crímen: se fundamenta en deducciones y se obliga a no adivinar nada. Finalmente llega a conclusiones razonadas, como una máquina lógica perfecta. Doyle, junto a Agatha Christie y otros autores, llevaron el género a su madurez formando la llamada escuela inglesa de novela policíaca, caracterizada por un desarrollo casi matemático de la trama, centrada en la resolución del enigma a través de pistas y piezas que deben encajarse, fórmula intelectualizada y psicológica en sus mejores momentos que es desenvuelta casi siempre en espacios interiores y en estratos sociales de clase alta. Entre los ingleses merece también citarse a Wilkie Collins quien, con La piedra lunar (The Moonstone, 1868) es cosiderado como uno de los precursores del género (T. S. Eliot).
La escuela estadounidense de novela policíaca, por el contrario, formada principalmente por Dashiell Hammett, Raymond Chandler y Jim Thompson, criticó el escaso realismo de esas novelas y dejó en segundo lugar la importancia del enigma y lo subordinó a la suspensión, siempre con el fin de subrayar los aspectos sociales del crimen y la denuncia de una sociedad corrupta, contribuyendo a crear la llamada novela negra, de ambientación urbana y callejera y donde se devuelve el crimen a la calle y a los ambientes miserables donde más se suele cometer, de forma que se cuestionen los valores éticos y materialistas de la sociedad capitalista de consumo como responsable en última instancia del crimen.
[editar] Véase también
[editar] Bibliografía
- Lorena Amaro, Marcela Cabrera, Alejandra Caballero (2005), Lengua Castellana y Comunicación 2, Santiago de Chile: Editorial Santillana. ISBN 9561510197.