Nicarao
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Nicarao,o Nicaraocallí supuestamente era el rey de la tribu que vivía a la llegada de los Españoles en la zona del actual Lago Cocibolca. Según una versión poco respaldada por los historiadores actuales, de su nombre proviene la actual denominación de Nicaragua.
[editar] Imágen popular
Es realmente poco lo que a ciencia cierta se sabe de su persona, la mayor parte de lo cual se ha formado y ha llegado hasta la actualidad gracias a la tradición popular. Su figura, tal a como se conoce comúnmente, es recordada por el gesto amistoso que mostró ante los primeros conquistadores españoles que entrando por el sur de la provincia al mando de Gil González Dávila en 1523 se encontraron con el rey y su pueblo a orillas del Gran Lago, recibiéndolos éste con agrado, teniendo un supuesto breve intercambio cultural (los indígenas les mostraban a los españoles sus creencias religiosas, costumbres y conocimiento de la región) y permitiendo que muchos de los miembros de sus tribu acogieran el bautismo y con ello el Cristianismo. Nicarao mismo, supuestamente recibió la propuesta de parte de los conquistadores de someterse al Rey de España y convertirse al Catolicismo. Luego de este encuentro, otro rey llamado Diriangén vino a ver a los españoles. Al principio los trató con cautela y luego los atacó, obligándolos a retirarse.
[editar] Verdad histórica sobre la figura de Nicarao
La realidad histórica sobre la figura del rey Nicarao se ha visto profundamente cuestionada por algunos historiadores y demás estudiosos a lo largo de los últimos años. Hay quienes, como el Doctor Fernando Silva (escritor y miembro de número de la Academia Nicaragüense de la Lengua) argumentan que tal verdad histórica jamás ha existido. Se considera que la figura de Nicarao no es más que una construcción ficticia (quizá por un error de copia del diplomático norteamericao y estudioso del patrimonio histórico de Nicaragua E.G. Squire, o bien por equivocaciones de los cronistas españoles) sobre la personalidad histórica de Macuilmiquiztli (cinco muertes, en la rama de la lengua náhuatl hablada en la región), que era en realidad el nombre del rey que sale al encuentro de los españoles a orillas del Gran Lago. Se argumenta también que no existe registro alguno en el Archivo General de Indias sobre los famosos diálogos e intercambios entre el indígena y su homólogo español.
Así mismo, se cree que el supuesto diálogo entre los nativos y los europeos no pudo haber sido posible, al menos no al nivel que comúnmente se supone, puesto que no hay registro alguno de que los españoles contaran con alguien que sirviera de intérprete, ni mucho menos los aborígenes.