Lucrecia
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Lucrecia, en latín Lucretia, es un personaje perteneciente a la historia de la antigua Roma, coetánea del último rey romano Lucio Tarquinio el Soberbio (534-510 a. C.). Hija del Ilustre Romano Spurio Lucrecio Triciptino, contrajo matrimonio con Tarquino Colatino. Fue víctima de una violación por parte del hijo de Lucio Tarquinio. Este ultraje y el posterior suicidio de Lucrecia, influyeron en la caída de la monarquía y en el establecimiento de la República.
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[editar] La leyenda
[editar] Relato de Tito Livio
Según la narración de Tito Livio,[1] aceptada sin graves reparos por los historiadores posteriores, tenía fama de mujer hacendosa, honesta y hermosa. Se sabe que su belleza y honestidad impresionaron vivamente a Sexto Tarquino, hijo del Rey Lucio Tarquinio el Soberbio.
Éste, para satisfacer los frenéticos deseos que sentía por ella, pidió hospitalidad a Lucrecia cuando su esposo se hallaba ausente. Aprovechando la oscuridad de la noche, se introdujo en la habitación de Lucrecia y la violó, sin que ella se resistiese ni gritara, creyéndole su marido. Esto ha derivado una variante no menos sospechosa que la mencionada como increíble[2]
Al día siguiente Lucrecia llamó a su padre y a su esposo, y les refirió el ultraje recibido. Les pidió venganza contra Sexto Tarquino y se hundió un puñal en el pecho luego de pronunciar aquella admirable frase; ¡Ninguna mujer quedará autorizada con el ejemplo de Lucrecia para sobrevivir a su deshonor!
[editar] Relato de Gneo Afer
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Gneo Afer, un histrión , liberto del Magister Aquitum Mastarna, ignorado por la tradición Latina pero que figura en la Estrusca, escribió unas Memorias en donde el episodio de la Muerte de Lucrecia que motivó la caída de la Monarquía en Roma, relata su conversación con Lucrecia. En ella, Lucrecia se refiere al hecho acontecido con Sexto Tarquino como una noticia falsa y señala "¿Quién puede concebir que una tan leal y amante esposa como yo pudiera, ni aun sin luces, unir mi cuerpo con el cuerpo de quien no era mi esposo? Los cinco sentidos conocen por igual su amor, cuando uno duerme los otros los sustituyen sin desventaja alguna en reconocer al amado. Solo uno de ellos cualquiera hubiese reconocido a Tarquino Colatino aún antes de quien por el quisiera hacerse pasar hubiese pesado en mi lecho. Pero aún me parece más necia la otra atribución ¿Cómo podían atemorizarme las amenazas de Sexto si, aun cumpliéndose, mi destino fatal ya estaba decidido por los dioses?, en fin creo yo que la fuerza de una irritada mujer es suficiente para vencer a esa otra fuerza del varón que intenta forzarla. Según esta historia Sexto Tarquino no consumó su propósito.
[editar] Influencia sobre la suerte de Roma
Cierto es que existen muchas versiones sobre el hecho, mas lo importante es cómo contribuyó a la caída de la monarquía en Roma, al ser expulsado de Roma Tarquino el soberbio junto con su familia por el acto de Sexto Tarquino contra Lucrecia.
Su pariente Lucio Junio Bruto fue líder de la revuelta que se organizó contra el rey Lucio Tarquino el Soberbio y después proclamó la República, en el año 509 a. C. A partir de estos hechos, ya no fueron elegidos más reyes. En su lugar fueron elegidos para gobernar los pretores, que más tarde fueron llamados cónsules. Es el camino hacia la República romana.
[editar] Representaciones artísticas
La violación y suïcidio de Lucrecia han sido objeto de numerosas representaciones en las artes plásticas, incluyendo entre ellas obras de Tiziano, Rembrandt, Durero, Rafael o Botticelli.
El compositor británico Benjamin Britten estrenó en 1946 la ópera La violación de Lucrecia.
[editar] Notas
- ↑ Livio, Tito (1997), Historia de Roma desde su fundación.Volumen I: Libros I-III, Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-1434-9. Ver libro I (cap 58 al 60). Puede descargarse la Traducción inglesa
- ↑ Según la moderna referencia del episodio, Lucrecia despertó sobresaltada y reconoció a Sexto; quien temeroso de que su víctima gritase, le dijo "¡Silencio, Lucrecia; Sexto Tarquino Soy, si lanzas un grito, si profieres una palabra, te mato!" y como Lucrecia no pudo responder ya que la punta de una espada colocada sobre su pecho, Sexto Tarquino prosiguió "Escucha: yo te amo. Sé que eres fiel, y que me resistirás, prefiriendo morir antes de rendirte. Mas con todo, óyeme. No es la muerte la mayor amenaza para ti, sino la deshonra pública. Si no accedes a mi pasión y me veo obligado a matarte, mataré en seguida al más joven y bello de tus esclavos, pondré su desnudo cadáver entre tus brazos y proclamaré que habiéndote sorprendido en adulterio, he castigado a ambos con la muerte, vengando así el honor de Colatino, mi deudo y amigo En vano Lucrecia rogó, imploró, se revolvió desesperada, Sexto Tarquino le hizo comprender con evidencia que resistirse era morir y quedar para siempre deshonrada en la memoria de Roma y de su esposo.