José Tomás Urmeneta
De Wikipedia, la enciclopedia libre
José Tomás de Urmeneta y García (Santiago de Chile, 8 de octubre de 1808 - † Limache, 20 de octubre de 1878) fue un político e industrial chileno.
Hombre público y acaudalado industrial, fue dueño de las famosas minas del "Pique de Tamaya", del ferrocarril de Tongoy, en Coquimbo y principal propietario de la Empresa de Gas de Santiago. En Limache trabajó como industrial y agricultor, a la vez que se hizo conocido por su filantropía y ayuda prestada en la formación de San Francisco de Limache.
[editar] Vida y Obras
Fue el primogénito del matrimonio conformado por Tomás Ignacio Urmeneta Guerra y Manuela García-Abello Pizarro, que tuvo un total de 7 hijos.
En 1823, después de sus estudios básicos, se fue a estudiar a Estados Unidos en donde se graduó en Leyes y Artes en la Universidad de Brown. En 1827 regresó a Chile con 19 años.
El 7 de junio de 1832 se casó con doña Carmen Quiroga y su matrimonio tuvo tres hijas: Manuela, María del Carmen y Josefa Amalia.
Se incorporó a la minería del cobre a comienzos de la década de 1830 y gracias a esta actividad se hizo millonario. En la década de 1870, llegó a convertirse en un exitoso empresario, caracterizado por la diversidad de sus inversiones.
Urmeneta formó parte del Congreso Nacional de Chile, integrando la Cámara de Senadores (1855-1864) y la Cámara de Diputados, por Ovalle (1846-1849)y por Elqui (1852-1855). También ocupó un asiento en el Consejo de Estado. En los puertos de Guayacán y Tongoy se levantaron bajo su protección sendas poblaciones. El hospital de Ovalle lo cuenta entre sus benefactores.
Varios partidos políticos (radicales, liberales y nacionales) lo proclamaron en 1870, candidato a la Presidencia de la República, pero su candidatura no triunfó en las elecciones populares de aquel año. Compitió en las elecciones del 25 de junio contra el candidato oficial Federico Errázuriz Zañartu y perdió por 226 votos contra 58, en medio de denuncias de fraude electoral.
Ganó el remate de la Hacienda de Limache en 1858, a la muerte de don Ramón de la Cerda, y ayudó en la construcción del naciente San Francisco de Limache. Como un homenaje a su memoria se le dio su nombre a la arteria principal de dicha ciudad.