Vitamina B2
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La vitamina B2 o riboflavina es una vitamina hidrosoluble de color amarillo constituida por un anillo complejo de isoaloxacina al que se une el ribitol, un alcohol derivado de la ribosa.
La riboflavina se halla mayoritariamente combinada formando parte de dos coenzimas, el FAD (flavín adenín dinucleótido) y el FMN (flavín mononucleótido), denominados comúnmente coenzimas flavínicos, y como tales interviene en los procesos enzimáticos relacionados con la respiración celular (en reacciones de óxido-reducción de los glúcidos (ciclo de Krebs) y ácidos grasos (beta-oxidación)).
La vitamina B2 es necesaria para la integridad de la piel, las mucosas y por su actividad oxigenadora de la córnea imprescindible para la buena visión. Su presencia se hace más necesaria cuantas más calorías incorpore la dieta. Sus fuentes naturales son las carnes y lácteos, cereales, levaduras y vegetales verdes.
Su carencia genera trastornos oculares, bucales y cutáneos, cicatrización lenta y fatiga. A su vez, su carencia puede ser causada por regímenes no equilibrados, alcoholismo crónico, diabetes, hipertiroidismo, exceso de actividad física, estados febriles prolongados, lactancia artificial, estrés, calor intenso y el uso de algunas drogas.
Sus necesidades diarias son de 1,5 mg para niños y de 1,7 mg para adultos. Por otra parte, la riboflavina no es almacenada por el organismo, por lo que el exceso de consumo se elimina por vía urinaria.
Esta vitamina es sensible a la luz solar y a ciertos tratamientos, como la pasteurización, proceso que hace perder el 20% de su contenido. Por ejemplo, la exposición a la luz solar de un vaso de leche durante dos horas hace perder el 50% de su contenido de vitamina B2.
Es un aditivo alimentario permitido por la Unión Europea identificado por el código E-101.