Juan de Dios Bojórquez
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Juan de Dios Bojórquez (San Miguel de Horcasitas, Sonora; 8 de marzo de 1892 - Ciudad de México, Distrito Federal; 1967). Fue un político mexicano, miembro del Partido Revolucionario Institucional, fue Diputado, Senador, Secretario de Gobernación, entro otros cargos de importancia.
Juan de Dios Bojóquez fue Ingeniero Agrónomo, simpatizante de la Revolución Mexicana encabezada por Francisco I. Madero desde sus inicios, fue electo Diputado al Congreso de Sonora y al Congreso constituyente de 1917, Embajador de México en Hondura, Guatemala y Cuba y Jefe del Departamento de Estadística Nacional y del Departamento del Trabajo y Diputado Federal a la XXIX Legislatura de 1920 a 1922. Durante toda su carrera política fue un decidido y muy cercano partiadario de Plutarco Elías Calles, durante el llamado Maximato, por instancias de Calles fue nombrado Secretario de Gobernación en el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río en 1934, sin embargo al año siguiente al ocurrir el rompimiento entre Cárdenas y Calles fue obligado a renunciar y permaneció alejado de la política durante muchos años.
Electo Senador por Sonora para las Legislaturas XLVI y XLVII en 1964, falleció en el ejercicio de este cargo en 1967.
Juan de Dios Bojórquez, constituyente y cronista de 1917, describe en su entrevista la situación lamentable de los peones antes de la revolución. Declara que leía Regeneración, desde 1906, y que Flores Magón fue siempre un anarquista, respecto a que pretendiera fundar una República en Baja California, considera que es un hecho que no se ha aclarado.
Refiere también que la Revolución no había nacido con un programa. Primero fue un movimiento político contra Díaz, y después contra Huerta. Hasta que empezó el movimiento social con el proyecto revolucionario de reparto de tierras, en las adiciones al Plan de Guadalupe.
Bojórquez se volvió maderista y reconoce en Carranza a un gran político, que primero fue radical, cuando comentó que “la Revolución que transa va al fracaso”, y después frenó las cosas, porque era ya mayor de edad. “Primero quería derrotar a esa gente y después vendería el programa”, destaca que tuvo la visión de influir en América Latina.
Juan de Dios relata cómo organizó la primera comisión agraria, “como cosa simbólica”, para demostrar que la Revolución iba a hacer justicia al campo. En 1913 se incorporó con Carranza y trabajó con Bonillas, también con el ingeniero Pastor Rouaix y fue Secretario del Jefe Yaqui.
Bojórquez considera que el liderazgo de México en América Latina, se debe a la Revolución, reconoce influencia de los socialistas franceses, belgas y rusos, pero destaca que la Revolución Mexicana fue anterior a la rusa y que aquí no se hablaba de Marx. Ante la dificultad de realizar la revolución agraria, hay que organizar cooperativas.
Juan de Dios Bojórquez convivió con los caudillos como Salvador Alvarado y todos los primeros jefes. De Obregón y de Calles, destaca su mal carácter. Respecto a Ignacio Bonillas coincide en que era capaz pero americanizado. Hace alusión a su origen modesto y al respeto que tenía de mexicanos y norteamericanos pero, con la popularidad de Obregón era imposible competir. En cuanto a Calles, comenta que todos lo consultaban, lo que era incomodo para el Presidente en turno, hasta que Cárdenas rompió con él. Considera que Cárdenas exageró “un poco” su radicalismo y Calles creyó necesario detener “un poco” ese movimiento y cayeron todos sus amigos.
Bojórquez describe a Obregón como un obrero y agricultor pobre, mediero, que trabajaba la tierra ajena y le pagaban con la mitad de la cosecha, por eso a su pequeña granja le llamó “La Quinta Chilla” y cuando pudo se vengó de los dueños de la tierra. Nunca perdió una batalla. Admira la visión de Obregón de dar becas a los centroamericanos, 12 becas por cada país. Y considera que con Adolfo López Mateos, México recuperó el liderazgo en América Latina.
Cree que el distanciamiento entre Carranza y Obregón vino por los triunfos militares del sonorense. Refiere como los carrancistas lo intrigan desde Veracruz, porque querían seguir en el poder. No obstante, a Carranza no le sirvieron para nada y lo siguieron explotando muerto. Relata la muerte de Carranza y cómo lo dejaron sin guardia, no hubo ni un herido y sólo a él lo mataron. Se considera carrancista y obregonista.
Para el constituyente la escisión sonorense se debió a la política, e hicieron creer a De la Huerta que él podía, era un buen revolucionario pero no tenía carácter, le llamaron la “revolución sin cabeza”, porque había muchos generales que tenían más personalidad que él y cada quien jaló por su lado.
Juan de Dios Bojórquez, fundó en 1933 el Departamento Autónomo del Trabajo, origen de la Secretaría correspondiente. Organizó grandes sindicatos como el petrolero y le dio fuerza al ferrocarrilero, en forma tripartita, como hacen en la OIT con representantes del capitalismo, de los obreros y el gobierno, se siente orgulloso de este logro. Ocupó la Secretaría de Gobernación antes de la crisis del 15 de julio de 1935 entre Calles y Cárdenas. Comenta que con Calles había más control sobre las huelgas, no se les dejaba estallar, igual que con Rodríguez se lograba una conciliación.
Bojórquez refiere su participación en el Bloque de trabajadores y la fundación de la revista Crisol, en 1929, que pretendió defender y esclarecer la ideología de la Revolución Mexicana.
Juan de Dios Bojórquez cree que la Convención de Aguascalientes no tuvo influencia en el Constituyente del 17, ya que fue “una cosa” muy desordenada. Los carrancistas no querían que se modificara su proyecto. Carranza aceptó la Constitución, pero frenó su aplicación, no haciendo el reparto agrario que se dio con Obregón.
Juan de Dios Bojórquez defiende la pluralidad del constituyente y justifica la falta de una mayor representatividad, por la dificultad para realizar elecciones completas en todas las zonas del país, dadas las condiciones de guerra. Considera que el constituyente cumplió con su función, aunque no fuera demasiado “científico”, pues no había demasiados abogados y sí hubo generales.
Explica que se empeñaron en incluir detalles en los artículos 27° y 123°, ante el temor de que en leyes reglamentarias hubieran podido desvirtuar sus ideas. Todo ello fue posible, gracias a que había muchos profesores de escuelas y ellos conocían mejor las condiciones del pueblo. Luis G. Monzón, profesor comunista activo hubiera deseado medidas más radicales. También asegura que había reaccionarios, por eso estaban representados todas las corrientes.
Bojórquez describe a sus compañeros constituyentes, Múgica era radical, Palavicini, líder de la derecha, que Macías era “importante”, y Luis Manuel Rojas, “a veces estaba con ellos”. Los radicales eran el 85%, por lo que todas las votaciones las ganaban con un amplio margen. Los capítulos más trabajados en la Constitución, según su testimonio, fueron el de las garantías individuales y los derechos sociales, trabajaban tres sesiones diarias. Señala la importancia de las sesiones en casa de Pastor Rouaix para los artículos 27° y 123°.
Concluye que, gracias ha haber sido elaborada por el grupo radical, fue una Constitución de vanguardia, por eso tiene todavía vigencia y hay puntos de su programa que no se han cumplido.
Juan de Dios Bojórquez colaboró para Crisol, revista que quiso difundir el ideal revolucionario, aunque sólo publicó mil ejemplares que circulaban entre los intelectuales. Recuerda que se pelearon con Vasconcelos, “hombre irregular, gran escritor y hombre decente”, pero no lo considera el maestro de América como a Justo Sierra.
Respecto a la posible unión entre intelectuales y obreros, ésta fracasó, porque “no se sentía bien los intelectuales”. Lombardo se quedó y después fue el causante de la escisión. A su juicio Lombardo fue un teórico que no sirvió en la práctica. Fundó la CTM apoyado por Cárdenas, pero después salió y quedó Fidel Velázquez.
Bojórquez comenta que lo que siempre quiso Calles fue que el clero no tuviera la educación, sobretodo en la enseñanza primaria; pero se opuso a la exageración de Cárdenas “imitando la cosa comunista”. Confiesa que se enteró que era el Secretario de Gobernación en la toma de posesión de Cárdenas, que si le hubieran preguntado le hubiera gustado más Educación o Agricultura.
[editar] Véase también
Predecesor: Juan D. Cabral |
Secretario de Gobernación 1934 - 1935 |
Sucesor: Silvano Barba González |